¿Es lo mismo el amor que el enamoramiento?

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¿Es lo mismo el amor que el enamoramiento?

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El amor es lo que siempre queda en una relación verdadera pero la fase del enamoramiento puede llegar a que el “yo” caiga en el olvido.

Cuando tienes pareja… ¿es sano estar en las nubes o ver todo de color de rosa? Los expertos en psicología dicen que no lo es aunque en algunas ocasiones también es necesario. Enamoramiento y amor no significan lo mismo. 

El amor es lo que siempre queda en una relación verdadera pero la fase del enamoramiento puede llegar a que el “yo” caiga en el olvido. El psicólogo Sergio García lo analiza en “El Bisturí” 

Muchas veces el enamoramiento ha llegado a ser etiquetado como “trastorno mental” pero esto no es cierto, se trata de un estado que va desapareciendo a medida que pasa el tiempo.

Sergio García, colaborador del Colegio de Psicólogos de Madrid, explica en “El Bisturí” que en la fase del enamoramiento “todos cometemos muchas torpezas que van a perjudicar tanto a la familia como a uno mismo”.

Cuando comienza una relación es normal que veamos “el mundo de color de rosa” o que nos sintamos como “en una nube” pero hay veces en las que una persona se vuelca tanto en supareja que acaba olvidándose de su propia vida.

El amor, un paso más
El psicólogo clínico comparte que cuando se pasa del enamoramiento -de esa etapa de idiotez como la denominaba Ortega y Gasset– nos adentramos en el compromiso.

“Ya no hay esa pasión del inicio, ahora todo tiene que ver con tener un proyecto de vida, con compartir, con que te guste tu pareja”, amplía.

Y es que el goce y el placer del principio no puede perpetuarse.

Sergio García explica que al final “es bueno tener pactos, alianzas, tener a alguien con quien compartir la alegría de vivir“.

Los riesgos de la dependencia emocional
El especialista denomina a la dependencia emocional como “un tema peliagudo que está a la orden del día”.
García opina que todos dependemos de todos y que nadie es autosuficiente, pero nunca hay que jugarse toda la felicidad “a una sola carta”.

A modo de ejemplo explica que para tomarnos un café precisamos al menos de 20 servicios: “Necesitamos servilletas, a alguien que fabrique las tazas, las cucharas”.

En el caso de las personas ocurre lo mismo porque “ni tu marido ni tu mujer pueden ser absolutamente todo; pueden ser un apoyo pero nunca pueden ser el único que tengas”.

Cuando la pareja es la única persona con la que se pueden hacer ciertas actividades ya no está tan claro que se trate de una pareja. 

En este caso, el psicólogo se refiere a relaciones maternofiliales o paternofiliales; no se trata de una relación de adultos.