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Mexicanos califican con 8 su satisfacción con la vida
Ciudad de México.- En una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con su vida por parte de la población adulta urbana se situó durante enero de 2016, en 8.0; valor que ha disminuido con respecto al 8.2 de enero de 2015, pero que se ha mantenido en su nivel actual a partir del mes de julio del año pasado, de acuerdo con los resultados de los módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE), que elabora el Instituto nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En lo que concierne a aspectos específicos de la vida, los mayores promedios de satisfacción se refieren a las relaciones personales (8.6), mientras que aspectos que van más allá de la esfera privada de interacción, tales como el país y la seguridad ciudadana, registraron los menores promedios de satisfacción, 6.6 y 5.4, respectivamente.
Con respecto a enero del año anterior, hay promedios de satisfacción superiores en dos dominios específicos: tiempo libre y actividad u ocupación.
Por su parte, otros aspectos como logros en la vida, relaciones personales, vivienda, vecindario, nivel de vida, seguridad ciudadana, ciudad y país retroceden, registrando éste último la disminución más grande (tres décimas).
Los dominios restantes (estado de salud y perspectivas a futuro) se mantuvieron sin cambios.
El balance afectivo de la población urbana de 18 años y más mostró un mayor predominio de los estados anímicos positivos, así como estabilidad durante el período observado. En una escala que va desde -10 a +10, en enero de 2016, solo 4.0% se ubicó con un balance anímico negativo; 26.0% con un balance ligeramente positivo y 70.0% con un balance inequívocamente positivo.
El concepto de bienestar subjetivo, explica el Inegi, se refiere a las percepciones de los individuos en edad adulta sobre su propia situación y contexto. Estas percepciones comprenden tres aspectos: a) Satisfacción con la vida en general y con aspectos particulares de la misma (dominios de satisfacción); b) Enunciados referidos a fortaleza anímica y sentido de vida (eudemonía); y c) Balance afectivo, el cual explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en la población bajo estudio, en un momento específico. Cada informante evalúa los aspectos anteriores, dándoles una calificación.