Encarnación: primer preso por fumar mariguana

Hace 100 años, el hombre aceptó de buen grado el castigo, pero pidió al Alcalde la liberación de su esposa, ‘que solo le compró la mariguana’

Encarnación Hernández fue sentenciado a cuatro años de cárcel por fumar mariguana en Saltillo el 16 de junio de 1919, junto con su esposa, quien esa ocasión le hizo el favor de comprarla.

Ahora, después de un siglo, estamos a meses de que en México se otorgue la  libertad de hacer lo que se quiera con la planta: desde el consumo recreativo hasta su producción industrial.  

Encarnación, después de ser arrestado, escribió una carta desde la penitenciaría del pueblo dirigida al alcalde Antonio de Cabello, en donde le pide el favor de liberar a su esposa.

En unas hojas amarillentas por el paso de los años y escrita con tinta azul, el hombre menciona que su mujer es la única persona que: “le lleva tortilla cuando la consigue”.

Las hojas fueron encontradas en el Archivo Municipal de Saltillo y revelan un poco del grado de castigo y el pensamiento que predominaba en aquella época: desde el machismo hasta la manera de castigar el consumo de mariguana.

A Encarnación lo sentenciaron a cuatro años por consumir una de las plantas que desde siglos atrás, con la llegada de los españoles, se utilizó en textiles y en rituales dentro de las culturas prehispánicas.

Los primeros registros que se tienen de la mariguana fue con la llegada de los españoles. El territorio no contaba con esta planta. Los europeos la trajeron con fines textiles y le llamaban cáñamo.

Lo anterior de acuerdo con la tesis: “La prohibición de la mariguana en México de 1920 a 1940”, de José Domingo Shievenenini Stefanoni.

La mariguana nunca fue mencionada con tal nombre. En las crónicas de los frailes españoles le nombraban: “yerbas que invitaban a la embriaguez, pérdida de los sentidos, incluso la locura”.

Algunas de esas mencionadas yerbas ya pertenecían a la herbolaria indígena. La mariguana comenzó a integrarse a este reparto en el siglo 16. Lo que sí usaban las culturas prehispánicas antes de la mariguana era el peyote y los hongos.   

“Suplico a usted favor de dejar a mi esposa libre. Ella fue remitida de la penitenciaría a la comandancia municipal. Yo le pedí una mariguana y me la ha traído. Ella no tiene la culpa porque yo le he ordenado que me la traiga. Así es que le suplico a usted que me la libere. Me han sentenciado 4 años de prisión y yo no tengo aquí a nadie de mi parte, no mas [sic] a ella que es la que me viene a dejar aquí una tortilla cuando ella la consigue y me lava los trapitos. Yo le ruego señor me aga [sic] el favor de dejarla libre y le prometo a usted nunca volver a cometer un falta porque el señor director nos invita a que no andemos fumando esas cochinadas. Y así es que me haga el favor de dispensarme por esta falta que he cometido a la vuelta […] espero su contestación si me hace el favor. Sin mas [sic], su muy atento y seguro servidor.
Encarnación Hernández.

COMIENZOS DE  LA PROHIBICIÓN

La prohibición según el investigador no se debió directamente a los efectos de la planta en la salud, como ahora su argumenta, se debió a que la mariguana se utilizaba en los rituales prehispánicos hacia otros dioses distintos a la las figuras del Cristianismo, por lo que la inquisición castigó su uso. El Santo Tribunal tachó a estas prácticas como “herejías” o “apostasías”.

De justificar la prohibición por cuestiones metafísicas, como la idea estar en contra de un Dios, a principios del siglo 19 y hasta el siglo 20,  la prohibición pasó a ser una cuestión de moral, higiene pública, educación, prácticas laborales, la prensa de aquellos años y los argumentos alrededor de los discursos médicos y jurídicos.

La idea a la que la prohibición se aferra

Consumir mariguana dejó de ser una práctica que atentaba contra la religión y pasó a ser un problema de salud, siempre con la intención de arrinconar el uso de drogas

Cuando drogarse era…‘degenerar la raza’

A partir del cambio de paradigma de religión a ciencia, la clase más educada despreció y condenó la embriaguez junto con la pérdida de la razón, la vagancia y las conductas antisociales. Después agregaron a su discurso la falta de higiene, la desnutrición, las enfermedades venéreas, la indigencia, las malformaciones físicas, el alcoholismo heredado y el mal uso de las drogas.

A este problemática, dicho sector le llamó la “degeneración de la raza”.

Todo aquel que consumía este tipo de sustancias estaba degenerando a una nación en temprana formación. Estamos hablando de unos años después de la Independencia de México.

El mundo en aquellos años estaba lleno de pestes como la del cólera. El miedo a lo insalubre y a los comportamientos anormales fue fundamental para el comienzo del control formal del consumo de la planta, y para que se legislara en su contra.

Tanta fue la mala fama de la planta y la paranoica postura de la petulante clase aristocrática de aquellos años, que el primer indicio del control formal de las drogas se dio en 1831, con la creación de la facultad medica del Distrito Federal; la cual en 10 años después se convertiría en el Consejo de la Salubridad del Departamento de México; algo así como el abuelo de la Cofepris actual.

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El texto de puño y letra de Encarnación, pidiendo la dispensa al alcalde Antonio de Cabello.
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Evidencia.

LA MODIFICACIÓN LEGAL

En estos 10 años se creó el primer reglamento policiaco, en el que ya se daba la orden de vigilar la venta de drogas. Además de la creación de leyes que evitaban la venta de medicamentos fuera de farmacias y algunas disposiciones contra vagos y curanderos.

Fue hasta 1871, en el Código Martínez de Castro, en donde apareció por primera vez el concepto “Delitos Contra la Salud Pública”.

Años después, la idea de la “degeneración racial” seguía permeando las élites de los científicos porfiristas. Estos hicieron un diagnóstico de la población y tacharon a la mayoría de antihigiénica, degenerativa y de vida breve, por lo que crearon una sanción moral a quienes cayeran en comportamientos similares al consumo de drogas.

CONTEXTO DEL ARRESTO DE ENCARNACIÓN

Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, años en los que Encarnación fue arrestado en Saltillo, eran comunes en México las referencias del “Fortalecimiento de la Raza Mexicana”.

Se hablaba de una “raza aborigen” que dificultaba el desarrollo del país. Las personas con ascendencia indígena era parte de este sector mal visto. Para el grupo de poder, era una raza en donde abundaban los cretinos y los herederos del alcoholismo, de acuerdo con dicha investigación de más de 260 páginas.

Fue así como se dio toda una campaña por normalizar la “Higiene de la Raza”, que además provenía de una tendencia internacional de regular ya el comercio ilegal de sustancias entre países.

La facilidad con la que se podía cultivar siempre ha hecho a la planta una droga o un medicamento accesible a las clases desfavorecidas, las cuales, en el momento de la prohibición del pasado siglo 20, eran la gran mayoría.

Los consumidores pertenecían a sectores marginales, por lo que no estaban “al frente” de la civilización. Eran clases despreciadas por las élites por su condición social, su miseria y sus supuestas prácticas degenerativas.

En 1917 el Congreso de la Unión, a través del Departamento de Salubridad Pública, dio vida al espíritu constitucional de materias de regularización exclusivo de narcóticos. Anteriormente, México se encontraba ya presionado por la Convención de Haya en materia de la regularización de dichas sustancia.

“En aquellos años la planta se daba en cualquier lugar, lo que no dejaría una utilidad económica a ninguna industria ni beneficios fiscales a ningún gobierno.

El alcohol para este momento ya significaba un negocio para un sector de la industria, por lo que fue excluido de la lista negra de sustancias que se prohibieron formalmente por primera vez.

LOS TIEMPOS QUE CORREN

El instituto Belisario Domínguez y la Dirección General de Investigación Estratégica, el pasado mes de octubre publicaron una revisión de la regulación de la mariguana en Canadá, Colombia, España, Estados Unidos (Colorado), Israel, Países Bajos, Portugal y Uruguay.

El estudio echó un vistazo al Régimen Internacional de Control de Drogas (RICD) y las sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el cannabis.

Además hizo una revisión de los principales aspectos en la regulación, como el estado actual de dicha estrategia, objetivos, portación permitida, facultades de los organismos reguladores, modalidades de producción, suministro, tarifas, impuestos, control y trazabilidad; prohibiciones de la regulación, y medidas de prevención.

Visión. A lo largo del tiempo, la manera en que se ve la droga y su consumo ha cambiado.

2019: MÉXICO Y LAS DROGAS

En días anteriores, la presidencia de la Mesa Directiva del Senado de la República solicitó a la Mesa Directiva del Senado, una prórroga que permita agotar el procedimiento legislativo correspondiente a la regulación integral del cannabis.

El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, mencionó que su bancada pretende “enfriar un poco los ímpetus” respecto a esta iniciativa para regular el consumo y la venta de la mariguana.

En entrevista, el senador reconoció que representantes de empresas internacionales y nacionales, laboratorios, farmacéuticas y empresas de producción, han intentado presionar a senadores para legislar a su favor.

Mencionó que la intención del Gobierno era otorgar el 80 por ciento de las concesiones a los campesinos, por ser los más afectados en la lucha contra el narco. Contra esta intención fue que las farmacéuticas y empresas no estuvieron de acuerdo.

Ni modo Encarnación, te tocó una época mala para fumar mariguana y andar ebrio por la calle. Aunque sabemos que quienes te arrestaron también tienen sus gustitos oscuros.

Sobre el ingreso de México al RICD

El Régimen Internacional de Control de Drogas (RICD) de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) está integrado por tres tratados: la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 y la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988.

Cuando México entró a estos tres convenios en el periodo que va de 1967 a 1990, se le aplicaron todas las medidas de fiscalización incluidas, como la prohibición de la producción, fabricación, exportación e importación, comercio, posesión o consumo, ya que el cannabis estaba en la lista de sustancias que la RICD no permitía.

Dicho régimen alegaba que se trataba de una estrategia para proteger la salud y bienestar, haciendo la excepción de las cantidades necesarias, únicamente para la investigación médica y científica, incluidos los experimentos clínicos.

En 1988 se estableció en uno de los convenios, que los Estados deberán adoptar las medidas necesarias para tipificar como delitos penales, la producción, fabricación, extracción, preparación, oferta, distribución, venta, envío, transporte, importación o exportación de cualquier estupefaciente o sustancia psicotrópica, entre ellas el cannabis.

Canadá y Uruguay pertenecen también al Régimen Internacional de Control de Drogas y a dichos convenios, y ahora han legalizado el uso de cannabis.

Uruguay argumentó que su política como país se enmarcaba en los objetivos originales de los tratados de control de drogas de la ONU […] pero que no han logrado cumplir ni la protección de la salud ni el bienestar de la humanidad por lo que necesitarían hacer unos cambios en las política y estos cambios incluían legalizar su consumo y producción.