En tiempos de guerra la ley guarda silencio; entrevista con Sergio González Rodríguez (Segunda y última parte)
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En tiempos de guerra la ley guarda silencio; entrevista con Sergio González Rodríguez (Segunda y última parte)
-México es muchos Méxicos. Pero primordialmente se advierten dos. El progresista y el represor. Un día legalizamos el matrimonio entre personas del mismo sexo y otro quemamos pruebas de nuestra corrupción, como ocurre con los documentos de la deuda de Coahuila. ¿Ontológicamente nos definen estos dos opuestos? ¿La permisividad y la impunidad?-
“Estoy de acuerdo con la idea de que México es muchos Méxicos, y también lo estoy con la idea de un amplio terreno (real e imaginario) que se abre entre dos extremos, el progreso y el autoritarismo. Allí caben esos Méxicos y es donde, a mi parecer, se pueden hallar las causas históricas, culturales y sociopolíticas que determinan los contrastes y diferencias que caracterizan la sociedad mexicana en el presente. En lo personal, desconfío de las explicaciones metafísicas cuando existen factores tan evidentes como la pobreza, la desigualdad, la marginación, el desorden institucional, las carencias educativas, la impunidad completa de los delitos. En tales factores se origina la permisividad, el delito, la violencia, etcétera. Lo peor es cuando se generaliza la idea de fatalidad de lo mexicano, es decir, se atribuye a un componente esencial, racial, cultural o religioso una supuesta condición negativa, pues se niega la posibilidad de enfrentar causas concretas y se estigmatiza a un pueblo, o se forjan estereotipos de uno u otro rango”.
-Formalizamos el matrimonio por convivencia incluso antes que Estados Unidos. ¿Se trata de un avance en materia social o es un simple atenuante para la distraernos del estrangulamiento que sufrimos por parte del Estado en cuanto a la pérdida de las garantías de los derechos humanos?-
“El logro de las libertades para las minorías tiende a ocultar la urgencia de otros contenidos modernizadores en todas las sociedades. Incluso, para muchos basta con disponer de matrimonios por convivencia para permanecer indiferentes a otras necesidades de la vida cotidiana, por lo que se elogia y protege sin condiciones a gobernantes y funcionarios atentos a la agenda arco iris y se soslayan los errores y corruptelas de éstos en muchas otras áreas de la vida pública. Los Gobiernos tienden a cultivar sectores, clientelas, grupos, redes, adherencias y apoyos, y suelen capitalizar la propaganda que garantice la continuidad en el poder. A veces, las políticas públicas que ejercen son simples usos oportunistas que dejan de lado el respeto a los derechos humanos, por ejemplo, en cuanto a la generalización de la tortura por las policías o Fuerzas Armadas”.
-En “Campo de Guerra” aparece el concepto de “anamorfosis”. México es una herida que parece no tener solución. Hemos pisado fondo. Un infierno más pronunciado se avecina. ¿Será la guerrilla urbana por la supervivencia su protagonista?-
“La anamorfosis de la víctima se refiere al momento en el que una persona que es víctima de un ataque, un abuso, un delito por parte de criminales o de policías, militares, marinos o funcionarios, se ve dentro de una perspectiva deformada respecto de lo que era antes su mundo de vida. Jamás las cosas volverán a ser las mismas. En México, con un índice de absoluta impunidad de los delitos, todos somos víctimas reales o potenciales. La lucidez ante tal hecho o riesgo es lo único que puede protegernos de que el síndrome de anamorfosis de víctima se convierta en ‘normalidad’ aceptada sin rechazo alguno. El infierno más pronunciado se avecina, y sólo puede salvarnos nuestra profunda oposición a ello en el orden de la política, la moral, la ética. Asimismo, tengo la certeza de que la violencia sólo genera más violencia”.
-La efeméride era el vehículo del Estado para establecer identidad entre los mexicanos. En todo el territorio se celebra el 20 de noviembre. El bombazo en Michoacán durante el sexenio de Calderón socavó este instrumento de control. ¿Qué nos identifica ahora como mexicanos?-
“Los relatos históricos, la vida de los héroes, las celebraciones patrias, el discurso nacionalista fueron los contenidos privilegiados del Estado mexicano a lo largo del Siglo 20. Desde los últimos años del Siglo 20 hasta la fecha, dichos contenidos han perdido vigencia, entre otras cosas, porque la alternancia de partidos en el poder confundió Estado con Gobierno, y quiso imponer una legalidad partidaria que olvidó la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, su firmeza y tradición, la historia y la memoria del País, el pasado con su carga civilizadora: lo prehispánico, lo hispánico, lo colonial, el mestizaje (que incluye lo africano, lo asiático, lo árabe), lo moderno, la influencia europea y, sobre todo, francesa en el Siglo 20. Hay que recordar que incluso se quiso modificar el escudo nacional para darle un tinte partidario. Esto no es anecdótico ni trivial, refleja por el contrario ignorancia y estupidez extremas con el pretexto del reformismo anglosajón. La historia de México merece no sólo respeto, sino inteligencia. En efecto, el 20 de noviembre se celebra el estallido de la Revolución mexicana de 1910, pero dicho estallido desató una guerra civil de 10 años y, tiempo después, surgió la instauración del Estado postrevolucionario y siete décadas de estabilidad nacional. Sólo desde el olvido histórico podría pensarse que lo que los mexicanos requieren ahora es levantarse en armas, o que cada quien haga justicia por propia mano (como las llamadas ‘autodefensas’, que quieren constituir la autonomía en la criminalidad). Los bombazos o atentados en festejos patrios son parasitarios de situaciones en crisis”.
-Si en México las instituciones son una entelequia, ¿la institucionalización de la violencia es el máximo poder en el País? -
“Las instituciones en México son entelequias porque, o bien son ineficaces e ineficientes, o bien se limitan a cumplir formas pero incumplen lo sustancial: resultados tangibles. Todo Estado constituye violencia permitida y ejercida por el propio Estado, lo malo está cuando un Estado (como el mexicano) carece del monopolio de esa violencia (la delincuencia organizada se lo forcejea) y es incapaz de garantizar derechos o seguridad para los ciudadanos, y en cambio pretende encarnarse cada vez más en un Estado terrorista”.
-En “CeroCeroCero”, Roberto Saviano declara de manera un tanto tardía que la cocaína es la principal responsable de la violencia en el mundo. Pero el crack sepultó a la cocaína en algunas regiones de México. Lo podemos ver en sitios como Tepito, por ejemplo. ¿Crees que la coca sea todavía la protagonista del conflicto?
“La principal causa de la violencia en el mundo es la máquina de guerra implantada por Estados Unidos con el pretexto del combate al terrorismo, el cual subsume además el combate al tráfico de drogas a nivel planetario. La cocaína es uno de los protagonistas históricos, por cierto, menor: un pretexto para la política prohibicionista que encubre la maquinaria bélica y persecutoria en todos sentidos”.
-Los cárteles se disputan una plaza a muerte, con bajas de toda clase, incluidas civiles, sin embargo, son capaces de pactar acuerdos para que en determinada plaza la cocaína que se venda sea de la peor calidad. ¿A qué obedece esta lógica?-
“El tráfico de drogas es una modalidad del capitalismo, y sus empresarios ilegales se desplazan bajo la lógica de éste: oferta-demanda, bajos costos, máxima rentabilidad, acuerdos o desacuerdos mercantiles con sus competidores, etcétera. Si en alguna plaza ofrecen pésimo producto a sus consumidores, es para ganar más dinero a costa de éstos”.
-¿Agoniza la cultura mexicana? ¿Será suplantada por la narcocultura? ¿Se convertirá el narcotráfico en la cultura dominante?-
“La cultura mexicana está más viva que nunca, basta observar la calidad y diversidad a nivel internacional de los productos culturales en nuestra literatura, el arte, el pensamiento, la escena, la música, el cine, el video, la fotografía, el periodismo, etcétera. La llamada narcocultura, que prefiero llamar la subcultura del narcotráfico, ha tenido un auge que comenzó alrededor de tres décadas atrás y ya contempla su ocaso. Tal subcultura tuvo una primera etapa con las películas sobre el tráfico de drogas y el crimen de los años 80 del Siglo 20 (por ejemplo, “La Banda del Carro Rojo” de Rubén Galindo, 1978), derivada del corrido homónimo del grupo Los Tigres del Norte, los cuales a lo largo de los años 70 comenzaron a triunfar con este tipo de temas de “Contrabando y Traición”. La potencia de los grupos criminales en México, que hacia la década de los 90 se explayará por completo, hará que entre 1994 y 2012 la subcultura del narcotráfico se vuelva una corriente distintiva en el derrumbe del Estado-nación a través de relatos, canciones, películas y otras expresiones artísticas de índole más o menos apologética. Ahora que en 2015 el País vive una fuerte crisis económica y su política sufre cambios acelerados por la presión de Estados Unidos, se puede apreciar que, como tendencia, aquella va ya de salida. Por ejemplo, ya se registra el descenso de las ventas de libros dedicados a los antihéroes criminales y sus “hazañas” contra la ley. Hay que recordar siempre aquello que adelantó Susan Sontag: el gusto es el contexto histórico y el contexto cambia. La subcultura del narcotráfico jamás suplantará a la cultura mexicana (su historia, memoria, vigencia). El tráfico de drogas, su discurso y narrativas de autoafirmación, comienzan a ser pasado concluso sin viabilidad hacia el futuro: parodia de un tiempo perdido. En cambio, las miradas críticas al respecto mantienen su fuerza”.
-¿Es México un país de asesinos o de asesinados?-
“México es un país de asesinados, de asesinos y de una gran mayoría de personas que se niegan a ser ejecutados o convertirse en asesinos. Si no fuera por eso, desde mucho tiempo atrás este país sería inexistente”.
-¿Es México un país de sobrevivientes?-
“Sobrevivir no sólo es el lema de México, sino que es el lema de la especie humana, por eso fue la especie que triunfó en la creación. El ser humano encarna la conciencia del mal-bien que ha buscado el amor de la verdad para salvarse”.
DESPIDEN A UNA PLUMA CRÍTICA
> Ayer, gente de la cultura, literatura y periodismo llegó a la funeraria Félix Cuevas a despedir a Sergio González Rodríguez, quien falleció el lunes a los 67 ños, víctima de un infarto.
> En redes sociales, políticos, intelectuales, artistas y lectores publicaron muestras de pésame y lamentaron la pérdida de una de las voces más críticas del México contemporáneo.