Elecciones Coahuila 2021 | Proteger la sierra de Zapalinamé, una prioridad para Saltillo
La sierra de Zapalinamé es el área natural más importante de Saltillo: ahí se genera más del 40 por ciento del agua que se consume en la ciudad y se concentra una gran riqueza de vida silvestre. Desde hace décadas, asociaciones civiles, instituciones educativas y autoridades implementaron programas para protegerla y continúan investigando el valor incalculable que representan la flora y fauna para la Región Sureste de Coahuila.
La amenaza más grande para este patrimonio natural es la actividad humana: desde los tiraderos clandestinos de basura y escombro en las faldas de la sierra, cerca de asentamientos urbanos, pasando por incendios forestales originados por fogatas o asadores, hasta la recarga de los mantos acuíferos.
“Actualmente tenemos 32 programas proyectos funcionando, divididos en protección, uso sostenible de los recursos, mejoramiento de la calidad de vida, investigación y monitoreo, educación ambiental y participación social, porque creemos que un punto muy importante de la protección de la sierra de Zapalinamé debe ser que los usuarios, o sea, los principales beneficiarios que son de la ciudad de Saltillo en primer lugar, también en grado menor de Ramos Arizpe y Arteaga, se hagan partícipes de la conservación de esta sierra”, explicó Sergio Marines, director de Profauna, asociación civil encargada de manejar la zona.
El primer logro en pro de la conservación de la sierra se conquistó el 15 de octubre de 1996 mediante un decreto estatal que estableció a Zapalinamé como un área natural protegida en Coahuila, gracias a la presión de Profauna, que desde finales de la década de 1970 emprendió acciones para evidenciar la importancia del lugar para Saltillo, como el abastecimiento de agua.
Lo que se conocía al emitir el decreto era que el 70 por ciento del agua que consumía la ciudad provenía de Zapalinamé, ahora hay otras fuentes de líquido, pero no se tenía mucha información de la riqueza biológica; hoy se tiene documentado que el área natural protegida es hogar de 2 mil especies de animales y del 60 por ciento de especies de aves que se encuentran en el estado, además del 45 por ciento de tipos de plantas, entre ellas cinco de siete especies de vegetación endémica de la entidad.
Entre los programas de Profauna destacan el monitoreo de aves, mediante el cual también identifican la calidad del hábitat; por ejemplo, han detectado más de 200 especies en la sierra, algunas clasificadas como migratorias de Estados Unidos y Canadá, como pájaros azules, patos y gavilanes, que ya radican en Saltillo, y cuya población aumenta en temporadas de migración. Asimismo, encontraron más aves con afinidad tropical, lo cual preocupa debido a que indica que el clima de la sierra se está calentando o tropicalizando.
El seguimiento de osos y el monitoreo de la calidad de agua son otros programas de Profauna, pues la sierra es un reservorio de osos negros de importancia nacional. Y en el caso del agua, dan seguimiento cuatro veces al año a 16 manantiales que abastecen el consumo humano, 15 dentro de la sierra y uno en la ciudad y que es alimentado directamente por Zapalinamé.
PROGRAMAS DE REFORESTACIÓN
Para el Gobierno municipal de Saltillo, a través de la Dirección de Medio Ambiente y Espacios Urbanos, la sierra de Zapalinamé es lo más valioso que se debe conservar. Por ello desde 2019 inició un proyecto de reforestación que a la fecha ha plantado 70 mil pinos piñoneros, con un éxito del 98 por ciento de supervivencia, a los cuales se les da seguimiento, monitoreo y riego debido a las temporadas de extrema sequía.
Asimismo, la Dirección de Medio Ambiente participa en escuelas con clases y actividades de educación ambiental para niñas y niños; durante la pandemia se hizo de manera virtual.
Junto con Profauna, instituciones educativas y sociedad civil han realizado jornadas de limpieza en las faldas de la sierra, donde se instalan tiraderos clandestinos de basura.
“Al estar a un lado de la ciudad, la sierra de Zapalinamé tiene una gran cantidad de tiraderos de basura clandestinos. Lamentablemente la gente sigue yendo a tirar, hemos involucrado a las colonias, la gente se da cuenta que es mucho trabajo, que es más fácil no tirar basura que recogerla”, señaló Sergio Marines.
Destacó que los mismos vecinos participan en la vigilancia y reportan a la Policía Ambiental cuando ven gente dejando residuos en las faldas del área natural. Si los elementos encuentran in fraganti a los infractores, entonces los atrapan, porque de otra manera es muy difícil dar con los responsables.
“Tenemos que ser conscientes que la naturaleza no tiene la capacidad de reciclar ese tipo de material, sobre todo escombros y plásticos, entonces todo lo que tiremos va a durar cientos y hasta miles de años tirado”, apuntó el director de Profauna.
PELIGRO DE DESERTIFICACIÓN
En el transcurso de los años, la actividad humana transformó el ecosistema del valle de Saltillo, de bosque gigantesco a semidesierto. La desertificación se ha acentuado con el crecimiento de la mancha urbana que ya invadió la sierra de Zapalinamé y la inmensa actividad industrial. En ese sentido Janeth García, miembro del grupo de ambientalistas Saltillo Ecológico, señaló que es indispensable la conservación del área natural protegida, “es el pulmón de la ciudad, es la esponja para mantener los mantos acuíferos que llegan a Saltillo y por todos los beneficios ambientales”.