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El sonido de Richard Rodgers
Junto al letrista Larry Hart y Oscar Hammerstein II creó uno de los musicales más recordados de todos los tiempos. Mas su vida personal fue un secreto hasta después de su muerte, además de sus conflictos con las productoras.
Con una canción en el corazón
Empezando a componer brillantes melodías desde los seis años, la infancia de Rodgers no fue de las más gratas. Su padre era un hombre frío que no conversaba con su familia para nada, y cuando lo hacía era para gritándole a su esposa.
Estas experiencias marcarían la vida del compositor durante su vida, al igual que la muerte de su bisabuela que lo llevaría a cuestionar las ideas religiosas de su familia.
Inspirado por la música de Victor Herbert y Jerome Kern, el músico se propueso a colaborar con sus compañeros de estudios de la Universidad de Carolina: Hammerstein y Hart.
Día y noche, reescribiendo
¿Quién no conoce Blue Moon por voces como las de Billie Holliday, Doris Day o Ella Fitzgerald? Si emabrgo, auella famosa versión de la canción es la cuarta versión de dicho tema. Rodgers y Hart fueron contratados por MGM para hacer música para una película. La canción apareció para expresar lo que sentía una joven artista por desear ser una estrella de cine.
Hart cambió múltiples veces la letra de las canciones hasta que se mantuvo la letra de “Blue Moon” (Luna azul) para un programa de radio como tema principal.
Sus cosas favoritas y secretas
El alcoholismo marcó la vida adulta del compositor de Broadway. El mantenía que el consumir alcohol y embriagarse “en ocasiones” era símbolo de hombría.
Previamente a su matrimonio, Rodgers era un seductor conocido que conocía a cualquier cantante femenina del medio. Se decía era tan seguro en su acercamiento que podía acercar a una mujer y preguntarle “¿Quieres c…? sin sufrir reprimendas.
Nunca caminó solo
Tras varios años de conquistas, Rodgers conoció “al amor de su vida” en su esposa Dorothy Feiner, con quien tuvo dos hijas. Uno de ellas falleció al nacer, y la otra, Mary, también fue compositora.
Rodgers fue un declarado ateo, cosa que llevó a alejar a su familia de cualquier indoctrinación religiosa, pues consideraba que la religión se basaba profundamente en el “miedo y el sentimiento de culpa” en las personas.
Richard Rodgers falleció a los 77 años, tras haber luchado contra un cáncer de quijada, una laringotomía y un ataque al corazón.