El Presidente de México está cambiando la forma de hacer comunicación: Fernando Ávila
El Presidente Andrés Manuel López Obrador está cambiando la forma de hacer comunicación política, en la que el mensaje es el propio López Obrador y que lo podría llevar a tener una aceptación entre los mexicanos a niveles que ningún Presidente ha alcanzado en este País, sostuvo Fernando Ávila García, Director General Grupo TRIUNFADORes y colaborador de Radio Fórmula.
El también especialista en temas de comunicación institucional y personal habló sobre la estrategia comunicativa del titular del Ejecutivo, la que no obstante de tener errores, a él le ha funcionado.
Ávila García predice que, a más tardar en mayo, AMLO dejaría sus conferencias de prensa mañaneras, hoy el centro de su estrategia de comunicación y que, inclusive, convocaría al Congreso Constituyente para elaborar una nueva Constitución.
“Me parece que ya lo ha ido perfilando, lo que ahorita ha estado señalando respecto de su no compatibilidad con lo que son por ejemplo los organismos reguladores, que son organismos constitucionales; su réplica constante hacia ciertas instancias a las que incluso en el Presupuesto disminuyó los recursos, me parece que está perfilado a ir adecuando el modelo de Gobierno a lo que él considera que debería de ser.
En consecuencia es más sencillo generar un nuevo Constituyente y una nueva Carta Magna que empezar a hacerle más reparaciones o más parches como incluso él lo ha señalado”, dijo.
El especialista consideró que la forma de comunicación política, ciertamente, está cambiando.
“El presidente, como muy pocos, ha entendido que finalmente el presidente es el mensaje que se está emitiendo en términos de la comunicación y así lo ha sido desde que comenzó en esta larga carrera por la Presidencia de la República.
“Ha entendido la importancia que tiene en la comunicación política actual la presencia o el sentido que le da el propio emisor del mensaje. Esta es la principal diferencia con cualquier otro político de nuestro país y me atrevería decir, a nivel internacional”, dijo.
Ávila García indicó, que hoy por hoy, la gente le cree al presidente y al creerle al presidente le cree a su mensaje.
Explicó que los mensajes de AMLO tienen un elemento de poder a partir de la conexión que tiene con la propia gente y que se le percibe como un líder, que sí se puede equivocar, pero que reconoce esos errores y, sobretodo, que está diciendo la verdad.
“Andrés Manuel López Obrador ha logrado, después de mucho tiempo, de muchos años de batalla política, vestirse con la ropa de la honestidad, insisto, estamos hablando únicamente de la estrategia de la comunicación, más allá de que creamos si esto es cierto o no”, recalcó.
CON LENGUAJE SENCILLO
El especialista detalló que los elementos de comunicación de AMLO se basan en un lenguaje sencillo que básicamente entiende todo mundo, utiliza muchos dichos y frases coloquiales muy conocidos para la mayoría.
Explicó que AMLO habla de lo que molesta en general a los mexicanos, de lo que ya están cansados todos los gobiernos y realmente ha logrado ser la voz que representa a los más necesitados, a los despojados, a los que sienten que lo único que les queda es la esperanza.
“Esto no puede replicarse en sus adversarios políticos porque eso no le funcionaría a cualquier político nacional, porque simple y sencillamente, insisto, aquí el mensaje es el propio Presidente, él ha logrado vestirse de esta manera, la gente le cree a él como persona, como líder.
Consideró que al analizar la política comunicativa del presidente, se podría hablar, desde la tradicionalidad, que comete errores.
Primero, no pone en el centro del debate las preocupaciones de la gente; segundo culpa a los demás de sus propias decisiones, lo que en comunicación política tradicional también sería un error.
“Tercero, convertir básicamente a todos los temas en un conflicto contra el presidente. Esto sería en error en la comunicación política, pero al Presidente Andrés Manuel López Obrador, ninguno de estos errores le ha afectado en lo absoluto”, dijo.
Recordó que durante la crisis del abasto de gasolina en la Ciudad de México se hicieron algunas encuestas a las personas que estaban formadas para cargar gasolina.
Llevaban, dijo, más de una hora esperando cargar gasolina, se les preguntó si aprobaban el plan del gobierno federal de combate al huachicoleo y que contrario a la lógica de una persona que lleva más de una hora en fila, el resultado fue abrumadoramente de una mayoría aprobando las políticas del Gobierno Federal, lo que consideró increíble.
Recordó que según las últimas encuestas, más del 50 por ciento aprobaría una reelección presidencial y que un 80 por ciento aprueba la gestión de AMLO, “todo a partir de su política de comunicación”.
“¿Cuánto durará? Mi hipótesis y mi proyección es que las conferencias mañaneras del Presidente no van a durar los seis años, esto no va a suceder. Yo proyecto que las conferencias mañaneras terminarán a finales de abril o principios de mayo.
“Ahí se concluirá con este ejercicio, y no significa que el Presidente deje de tener este foco permanente ante los medios, lo va seguir haciendo, pero ya lo hará en la forma en que mejor sabe hacerlo, en campaña”, adelantó.
Aseguró que comenzará a hacer giras mucho más extensas a lo largo y ancho del País en las que seguramente continuará con el ejercicio de estar permanentemente informando a la opinión pública.
Opinó que buscará estar en condiciones hacia la elección intermedia para convocar un nuevo Congreso Constituyente, para elaborar una nueva Constitución en 2021.
Señaló que el último presidente que no tuvo ningún contrapeso en su ejercicio fue José López Portillo, cuando entonces prácticamente no existía oposición.
“López Obrador no es López Portillo, el México de hoy no es el México de 1976, pero precisamente para evitar incurrir en errores que ya pasamos, lo más importante es generar estos contrapesos que nos permitan, a partir de la información, del análisis de lo que es la comunicación y de la opinión informada respecto a lo que está haciendo el gobierno, generar estos contrapesos”, apuntó.