¿Dónde están los animales que la Profepa decomisó a los circos en México?

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¿Dónde están los animales que la Profepa decomisó a los circos en México?

La ley comenzó con demandas de activistas que argumentaban que los animales en los circos eran maltratados por los propietarios / Archivo
A un año de que entró en vigor la ley que prohíbe los animales en los circos, se desconoce a dónde fueron a parar los ejemplares decomisados

El pasado 8 de julio se cumplió un año que entró en vigor la ley que prohíbe los circos con animales, con la que se prohibió el uso de animales silvestres o domésticos para espectáculos. Esta ley fue impulsada a finales de 2014 por el Partido Verde Ecologista, con lo que prometieron llevarían a los animales a tener una mejor calidad de vida.

¿Cuál es el paradero de los animales que fueron retirados de los circos por la Profepa?, es la pregunta que más de uno se hace.

Jorge Rex, empresario del circo en México, en su gira por Saltillo explica la situación que han vivido a partir de que se prohibieron los espectáculos con bestias en los circos por la modificación a la Ley General de Vida Silvestre.

Comenta que vio recientemente en los diarios una nota donde Teresa Moreno, de la Semarnat declara que el 80 por ciento de los animales que fueron retirados de los circos están muertos y el resto está enfermo y deprimido en el intento por salvarlos del supuesto maltrato.

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Jorge reafirma que tanto él como la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo (UNEAC), tienen conocimiento de que en algunos circos sí padecían el maltrato animal, pero en el caso de otros cirqueros, los cuidaban tanto que había empleados que se distribuían en tres turnos para estar al cuidado de los animales y sus necesidades.

Los cirqueros que forman parte de la UNEAC, tienen el deber de pagar impuestos, tener registros de los animales e incluso estaban obligados a incrustarles un microchip por órdenes de la Profepa para comprobar la procedencia de cada uno de ellos.

Jorge Rex, empresario circense. / Archivo / Roberto Armocida

“Cada movimiento se tenía que reportar a la Profepa, desde las vacunas hasta la alimentación, no podíamos ni queríamos maltratarlos, pero una mentira dicha mil veces se cree como la verdad”, dice Jorge

Desde que autorizaron la ley, los empresarios tuvieron seis meses para decidir qué pasaría con sus animales, las opciones eran venderlos o entregarlos al Gobierno, pero el problema vino cuando nadie quiso adquirirlos.

“A los animales se les dio amor y eran parte de nuestra familia”, insiste Jorge.

“Nosotros acercamos los animales a las personas y a lugares donde no había nada por medio de esta cultura, la gente conoció a estos ejemplares en lugares donde nunca hubo zoológicos”, comenta el cirquero.

Hace poco más de cuatro décadas se cambió el método de entrenamiento en los circo, dentro de la preparación diaria para los shows que duran ocho minutos aproximadamente en la escena, los animales recibían un premio cada vez que se repetía el acto.

La mascota preferida
La elefante de Jorge se llamaba Ani, llegó de tres meses de nacida y fue adquirida en el estado de Colorado.

Cuenta que la tenían en un corralito especial, la cuidaron hasta que cumplió 22 años y después de eso tuvieron que entregarla por la fuerza. “Le teníamos mucho afecto, fue como entregar a una hija, siempre fue la protagonista en nuestra familia y en todos los shows”, recuerda con nostalgia. 

A raíz de la ausencia de animales en los circos, las entradas bajaron un 70 por ciento, los cirqueros de la UNEAC creen que la gente acudía a ver específicamente a los animales. “El público no sabe que hay otra cosa en las carpas, la gente participaba en el cariño y el cuidado de ellos’”.

Los circos tienen otros gastos, actualmente se les cobra el uso de suelo, permiso de espectáculo, y se paga a artistas en escena, personal de staff para montaje, mantenimiento constante, agua, luz, gasolina para el traslado e impuestos por boletaje vendido. 

Desprendimiento. El Circo Rex y/o Chilico Atayde desde hace un año se deshizo de sus animales. / Roberto Armocida/Archivo

En Argentina, Brasil, Chile y Uruguay la situación es distinta; aprobaron la ley, pero los gobiernos tuvieron medidas preventivas para los animales y soluciones eficientes para los empresarios, en beneficio les ayudan pagando el permiso de suelo, terrenos para montar el espectáculo y no se les cobran impuestos, además obtienen un descuento en anuncios publicitarios para medios masivos de comunicación.

Jorge dice que existe una lucha en la UNEAC, se reúnen los martes de cada mes con la esperanza de que la ley pueda echarse atrás como en el caso de Brasil en 2014; el Gobierno regresó los animales a sus propietarios. Tienen esperanza de que al concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, pudiera cambiar el rumbo de los circos en México.

“Nosotros no sabemos dónde están todos nuestros animales”, dice Jorge.

Luego del diálogo con la UNEAC, la Profepa prometió a los empresarios que los animales serían llevados a reservas ecológicas, pero a un año que fue aprobada la ley no se ha dado seguimiento alguno al tema.

Jorge dice que los activistas que estuvieron en defensa de la ley no han hecho acto de presencia en las oficinas del Gobierno ahora que los animales están en riesgo, como lo hicieron anteriormente.

Uno de los ejemplos que los empresarios comparan acerca de los cuidados que da el Gobierno a las especies y lo que se hace detrás de las carpas, es el jaguar, un animal en peligro de extinción del cual en los circos tenían 300, mientras que en los zoológicos el número sólo llega a 50.

En Morelia, existe un rancho de los Atayde Hermanos donde se dedicaban al cuidado de algunos animales que descansaban y se preparaban antes de dar inicio a su temporada de actuación, este rancho se ubicaba justo en la misma calle de un zoológico que fue de los primeros en recibir a los animales que estaban siendo entregados por empresarios y confiscados por la Profeoa.

Hubo una ocasión en que cayó granizo y uno de los elefantes con 20 años de carrera en circos murió dentro del zoológico a consecuencia de una hipotermia, mientras que en el rancho de los Atayde a tan sólo unas cuadras, todos los animales estaban reguardados en carpas de mantenimiento especial, ninguno sufrió daños.

“Los diputados nos señalaban diciendo que les dábamos perros y burros para comer, mientras que nosotros nos defendimos con las facturas de croquetas para cuando eran cachorros y 4 pollos diarios cuando eran más grandes por cada animal carnívoro, también tenemos grandes facturas de fruta y alfalfa para los animales herbívoros”, relata.

El Circo Rex y/o Chilico Atayde se encuentra en Manuel W. González y Enrique Martínez y Martínez, en la colonia Girasol y ofrece 2 funciones a las 18:00 y 20:00 horas.

¿Qué contempla la Ley General de Vida Silvestre?
> El artículo 78 es el que establece la prohibición para que los circos usen animales en sus espectáculos.
> La fracción XXIV del Artículo 122 considera como infracción la realización de actos que contravengan las disposiciones de conservación de vida silvestre fuera de su hábitat natural establecidas en la ley.
> El artículo 127 plantea que quien cometa dicha infracción se hará acreedor a una multa de 50 a 50 mil veces el salario mínimo, lo que equivale actualmente a entre 3 mil 652 pesos y hasta 3 millones 652 mil pesos.