De Europa a América: ‘One way or another’

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De Europa a América: ‘One way or another’

Alejandro Cerecero, gracias a la Escuela de Artes Plásticas Rubén Herrera, muestra en España una lectura del mundo que va más allá de sus caminos y sus montañas

Saltillo, Coahuila. La cartografía actual ha dejado de registrar sólo las medidas y datos de la tierra para convertir los mapas en visualizaciones mundiales de distintos fenómenos naturales, sociales e incluso económicos que nos pueden mostrar hacia dónde vamos a llegar mucho más allá de arribar a un sitio. 

Fascinado con la evolución y el nutrido tema de los mapas, el artista plástico Alejandro Cerecero creó ‘Mapas: One way or another’, una colección de cinco collages que evidencian una extraña forma de ubicar los países en el mundo. 

Esta exposición llegó este sábado a la Casa de la Cultura Can Gelabert en Palma de Mallorca, donde en julio pasado estuvo realizando una residencia de intercambio junto con el maestro Rodolfo Ramírez Barrales por parte de la Universidad Autónoma de Coahuila. 

Durante su estancia, lo maestros estuvieron trabajando a los pies de la catedral de Mallorca, Ses Voltes: unos fuertes antiguos que fueron adecuados y modernizados para convertirse en áreas de trabajo. 

“Nos gustó mucho porque - Mallorca - es un sitio muy bonito en cuya historia convergen tres culturas: los romanos, los musulmanes y los españoles cristianos. 

Es una mezcla muy interesante sobre todo para nosotros herederos de estas culturas”, aseguró en entrevista para VANGUARDIA. Además de la riqueza histórica, la importante tradición mapística del municipio de Mallorca le ofreció a Alejandro otro dejo de familiaridad que le ayudó a desarrollar el concepto de sus mapas. 

“La isla fue un punto crucial en las navegaciones del mediterráneo. Muchos de los viajes que parten hacia el nuevo mundo o el nuevo continente salieron de ahí. 

Hay fabricantes de equipo de navegación y sobre todo ahí se hicieron los primeros mapas de la familia Cresquez, quienes editaron los primeros mapas donde figura América”, aseguró. 

El mismo Alejandro ha sido fanático de los mapas y los temas que les rodean, ya que además de coleccionarlos, ha analizado como su uso ha evolucionado para realizar otro tipo de registros sobre el planeta. “Se empieza a jugar con el mapa.

 Hay unos que por ejemplo marcan las direcciones ID de Apple que en total suman muchísimas más que el total de las que hay en un grupo de países en América Latina. 

Los mapas son una cosa que va cambiando incluso físicamente, podemos ver como la tierra va cambiando, como se acaban las costas, como los países van invadiendo a otros, como si fueran un ser vivo”, mencionó notablemente emocionado. 

Colecciona mapas, los busca, está fascinado con Google Maps e incluso una  expuso en el Cerdo de Babel una serie de mapas intervenidos. 

En Mallorca existe una fundación de la familia Cresquez con un archivo informativo y de mapas antiguos, sitio en el que se puso a investigar y conseguir datos como mapas antiguos de astrología, costumbres y atlas catalanes que funcionaban como una especie de remota enciclopedia.

Profundizó en la antigua insistencia de que Europa era el único continente y que Colón sólo llegó al otro extremo de la tierra única, en cómo aceptar la existencia de América era negar la de Adán y Eva y tretas como decir que las islas de Cuba en realidad eran Indonesia.

 “En mi forma de trabajar siempre ha existido el contraste, los símbolos, la broma y el juego y me llamó mucho la atención el comentario de un amigo que visitó Japón, donde no sabían donde está España pero conocen muy bien al Atlético de Madrid”, aseguró. 

Es así como concluyó que los mapas también pueden ser representados a partir de aspectos contemporáneos como las marcas y la comercialización, que se han encargado de relacionar al mundo directamente con un producto comercial. 

Añadió además elementos e ideas de mapas antiguos, palabras en griego y en catalán que culminaron en las cinco piezas sobre lona ahulada, hechas de distintos materiales y mapas viejos con una medida de 1.27 de diámetro, es decir cerca de la diezmillonésima parte del tamaño de la tierra.

Este intercambio le permitió además observar el panorama entre México y España en cuanto al arte, y a eso el saltillense dice que “serán mejores en el fútbol, pero en arte si les ganamos”. 

Aseguró que en Mallorca, hay una tradición artística muy cercana, una amplia cantidad de intercambio entre creadores, sin embargo asegura que tanto es así que mucha de la obra es bastante similar. “Ví una gran vertiente de trabajos influidos directamente por Joan Miró. Fue un artista excelente, pero su trabajo es de hace 80 años, y hacer cosas así ahorita…”. 

Sin embargo añadió que también existe una importante ola de visionarios contemporáneos con otras visiones, como Fernando Gómez de la Cuesta, uno de los organizadores del pasado festival Saltillo Contemporary Art. “Fue un experimento, un juego al trabajar con todo esto. 

Estoy muy contento, he tratado de reproducirlos pero no me han gustado. Dejé las obras allá para encontrarles espacios nuevos, pero espero poder traerla para acá algún día; me dio mucha emoción trabajar y convivir con algo así”, finalizó. 

De Europa a América: ‘One way or another’ Alejandro Cerecero, gracias a la Escuela de Artes Plásticas Rubén Herrera, muestra en España una lectura del mundo que va más allá de sus caminos y sus montañas. Cerecero plasmó su amor por los mapas en las obras que exponen los territorios manejados por las marcas más dominantes del mercado mundial. 
El dato 

One Way or Another’ se exhibe en la Casa de la Cultura Can Gelabert del 6 de febrero al 6 de marzo. 

Fernando Gómez de la Cuesta y Marcos Vidal, impartieron cursos de curaduría y técnicas de impresión en la Escuela de Artes Plásticas.

La catedral de Mallorca fue una mezquita antes de la conquista española.