¿Cómo hacer tu propio jardín zen para meditar en casa?

Usted está aquí

¿Cómo hacer tu propio jardín zen para meditar en casa?

Elementos. Para crear tu propio jardín zen, vas a necesitar arena, piedras, algunas plantas o musgo, así como herramientas de jardinería tradicional.
No están limitados a una zona o espacio, cualquiera puede crear un pequeño jardín zen dentro de su hogar

Más allá del sushi, el ramen o el anime, la cultura asiática nos ha compartido importantes filosofías de vida, como el zen y el budismo, disciplinas que nos ayudan a relajarnos a través de la reflexión y la tranquilidad. De hecho, muchos hogares ya han tomado como ejemplo el minimalismo de oriente, instalando en sus patios traseros con su propio jardín zen, también conocido como Jardín de Kare-san-sui, que puede traducirse como paisaje seco e incluso espurio.

La palabra “zen”, de origen chino, hace referencia a un sistema que facilita y potencia la práctica de la meditación, conocida por aumentar la concentración y reducir la ansiedad. El sistema o escuela zen llegó otros países de Asia como Japón, donde nacieron los jardines zen. Estos jardines, antiguamente ubicados en monasterios o centros budistas, eran sencillos, secos y diseñados para ser contemplados, no caminados. Estaban conformados por elementos como piedras, grava y poca vegetación. En la actualidad estos jardines pueden llegar a ser muy diversos y variar en formas, tamaños y ambientes sin dejar de ser estéticamente placenteros y minimalistas.

Es importante conocer que, estos jardines simplemente están creados para su contemplación, generalmente desde una terraza o plataforma superior, pero no para pasear por ellos. ¿Te animas a probarlo? De hecho, existen dos opciones para crear tu propio jardín zen:

La primera es la más conocida. Es la creación de un jardín zen en el exterior. Cuidar de él es simple porque no incluye plantas por lo que no necesitamos estar atentos a su cuidado. Tampoco necesitamos una gran casa para crearlo. Basta con un balcón o una terraza en el que poder explorar nuestras herramientas zen.

La otra opción es tenerlo dentro del hogar, conocido como jardín zen "bonsái". Su función, al igual que en una gran superficie, es la de proporcionar serenidad y relajación. Estos centros se pueden colocar en una mesa y sirven como elementos decorativos en estancias como el salón, el recibidor, el rincón o ese rincón donde colocar incienso y abrir un libro.

Lo mejor de todo es que no están limitados a una zona o espacio, cualquiera puede crear un pequeño jardín zen dentro de su hogar. Aquí te dejamos algunos consejos para que puedas hacer el tuyo, la mayoría de los elementos que necesitas los puedes encontrar en el supermercado o en tiendas especializadas en construcción.

 

EL ESPACIO IDEAL

Por fortuna, puedes tener tu jardín zen en cualquier área de tu hogar y puede ocupar el espacio que tú desees. Aunque comúnmente son ubicados en áreas exteriores, puedes colocarlos en interior también. De preferencia escoge una esquina iluminada donde no haya mucho movimiento y ruido. Una vez delimitado el espacio, deberás construir tu propio contenedor a través de tablas de madera o algún tipo de cerca. Es importante que quede bien fijado, ya que, más tarde introduciremos en él la arena y otros elementos naturales. Será la superficie sobre la que recaigan todos los objetos zen. 

 

DISÉÑALO A TU MEDIDA

Toma los productos que necesitaras para crear tu jardín: piedras o grava y plantas. Aunque originalmente los jardines zen tienen musgo y flora japonesa, lo más natural es que uses plantas que se den en tu región para que siempre lo mantengas en óptimas condiciones. Coloca las plantas y macetas en un círculo o en una esquina y rodéalas de piedras blancas. Es recomendable que las rocas estén dispuestas en grupos de tres, en líneas rectas o en patrones simétricos; que no sean de colores llamativos, teniendo siempre en cuenta la simpleza y el equilibrio.

AGREGA ELEMENTOS

Lo mejor de las reglas es que una vez que las conoces, puedes romperlas para adaptar las cosas a tu manera. Por ejemplo, si ya tienes tu jardín zen instalado en casa y sientes que le falta algo, no dudes en ponérselo. Puede ser una pequeña fuente, una silla para sentarte a ver el jardín o hasta pintar una pared de un color azul o verde para hacer alusión a la naturaleza. Un consejo muy sencillo, es colocar las maderas o piedras sobre la superficie, semienterradas y agregar musgos en zonas especiales, etc. En este caso, hay que decir que en la imaginación está nuestro límite, pero siempre teniendo presente no recargar el jardín. Debemos buscar la armonía en todos los lugares de él.

 

¡HORA DE RELAJARNOS!

Como hemos explicado, la esencia de los jardines zen es que nos evoquen a la naturaleza y la tranquilidad. En este caso, una vez que tenemos todos los elementos introducidos en el lugar, es el momento de crear ondulaciones en la arena a través de un rastrillo. Pueden ser líneas, círculos o figuras simétricas. Lo importante será que simulen las olas del mar, la calma y el zen propio de la cultura japonesa. No debe ser un rastrillo enorme, servirá con uno pequeño que podemos encontrar en una tienda de productos de jardinería.

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO?

Meditación

Los jardines Zen tienen como objetivo la meditación y la reflexión, y según el diseño del mismo, este puede traer a la mente paisajes de lo más diversos y relajantes como montañas, ríos o islas en el mar. Puede crearse en una porción del escritorio de la oficina, hasta todo el patio de la casa.

Yin Yan

El jardín japonés maneja los elementos del Yin y del Yan, busca el equilibrio en su estructura. El objeto del mismo está en parecer un terreno virgen, el cual despierte una reflexión en el visitante, cada roca se ubica en una posición por una razón especial y no por simple azar; todo depende de cual sea el objetivo de quien lo creo para con quienes lo visiten.

Transportar la mente

Probablemente nunca lo pensaste, pero cuando ves un bonsái, ¿No te imagina el árbol en proporciones grandes?, pues bien, aquí es lo mismo, de repente una roca grande y oscura simula una pequeña isla perdida en el mar rodeada de arena, de tonalidades claras y con una leve capa de musgo que simula la selva. El objetivo principal es trasladarte momentáneamente a tus pensamientos.

¿Cómo meditar?

La clave para desarrollar el hábito de la meditación es encontrar el momento perfecto para ti. Es necesario encontrar un lugar que te permita estar relajado y sin interrupciones ni interferencias. Para meditar debes sentarte en el suelo con la espalda recta, respirando hondo y manteniendo los hombros y brazos relajados. Céntrate en un objeto o en la respiración (con los ojos cerrados) cuando te inicias en la práctica meditativa. Más adelante, puedes realizar otros.