Usted está aquí
Cómo evitar que estafen a nuestros abuelos
Parecía un sueño glorioso hecho realidad. La suegra de Sharon Marchisello, una anciana, había recibido muchas cartas que la felicitaban por su notable buena suerte.
“Recibía trece o catorce cartas por día que le informaban que había ganado —o podría ganar— un premio grande en efectivo”, recordó Marchisello, una escritora que vive en Atlanta.
Claro, había letra chica. Algunas de esas cartas exigían un pago de lo que denominaban “tasas de procesamiento”. “Algunas de las más siniestras venían con un casillero para marcar en el formulario de devolución que las autorizaba a debitar de su cuenta corriente todos los meses”, agregó Marchisello.
Lamentablemente, terminó siendo una enorme estafa. Marchisello estimó que su suegra acabó gastando varios miles de dólares a lo largo de un año o dos sin ver ni un centavo de las supuestas ganancias.
“Nuestra solución fue quitarle la chequera y automatizar todos los pagos de facturas. No fue fácil. Primero, ella encontró una chequera vieja y empezó a escribir cheques en ella; en otra ocasión, llamó al banco y pidió más cheques”, dijo Marchisello. “Al final, lo aceptó. Podría haber sido mucho peor si no hubiésemos intervenido”.
La familia de Marchisello tuvo que reaccionar ya ocurrido el incidente. Pero existen maneras de proteger a seres queridos de edad avanzada contra los predadores financieros y evitar daños al bolsillo.
“Desenfrenadas” y “letales”
En una audiencia reciente del gobierno estadounidense, Kathleen Quinn, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Servicios de Protección para Adultos de aquel país, describió las estafas financieras contra ancianos como “desenfrenadas, en gran parte invisibles, costosas y letales”.
Sus palabras cuentan con el respaldo de un estudio reciente hecho por True Link Financial, una empresa que vende productos y servicios para enfrentar el problema. Según el documento, se estima que esas estafas cuestan más de US$36.000 millones por año en EU.
Y puede que aquellas cifras se queden cortas. Según funcionarios de agencias de seguridad y defensores de la atención médica en EU., no se suelen denunciar las estafas financieras contra ancianos, muchas veces porque las víctimas sienten demasiada vergüenza para admitir que las estafaron o porque no saben cómo obtener ayuda.
“Los ancianos son blancos fáciles de las estafas financieras porque las generaciones mayores esperan que la gente sea honesta con ellas en el mercado”, dijo Les Szarka, planificador financiero certificado en Olmstead, Ohio. “También son menos propensas a reaccionar cuando sufren una estafa y tienden a conocer menos sus derechos en un mundo cada vez más complejo”.
Qué hay que vigilar
Uno de los primeros pasos para ayudar a proteger a un ser querido de edad avanzada contra las estafas financieras es familiarizarse con algunas de sus formas más comunes. Como sucedió con la suegra de Marchisello, los esquemas con supuestas loterías —que inevitablemente vienen con alguna clase de pago obligatorio— son uno de esos trucos. Otros posibles son:
Telemarketing – “Con frecuencia en este tipo de estafa se hace que el anciano realice una compra o haga una donación a una organización benéfica por teléfono”, dijo Richard Newman, abogado especializado en el tema en el condado de Bucks, Pensilvania;
Fraudes con obras sociales y seguros médicos – Un farsante se hace pasar por un representante de alguna obra social o seguro médico y pide datos personales o de pago para armar una factura falsa;
Fraude por internet – E-mails que parecen verdaderos y piden un pago o informaciones financieras personales.
Otras estafas pueden ser realmente audaces. Fran Walfish, una psicoterapeuta de Beverly Hills, dijo que una vez su madre de 84 años recibió una llamada de alguien que fingía ser su nieto adolescente. La persona dijo que había salido de excursión con su escuela y lo habían secuestrado y que ella tenía que aportar US$7.000 para el rescate.
“Mi mamá entró en pánico y siguió las instrucciones de los supuestos captores de transferir esa suma de su banco a una cuenta en otro país”, dijo Walfish. “Luego, mi mamá juntó fuerzas para contárselo a sus hijos adultos. Inmediatamente contactamos al nieto en cuestión para determinar que estaba a salvo y que la historia era falsa. Luego contactamos al departamento de policía, que nos informó que se trata de una práctica común contra los ancianos. Suelen hacer llamadas al azar en busca de gente vulnerable que muerda el anzuelo”.
Qué hacer
Una educación proactiva es fundamental para identificar y evitar posibles estafas financieras a ancianos. Para empezar, instala un sistema de identificación de llamadas.
“No atiendas llamadas de números que no reconoces”, dijo Dana Twight, una planificadora financiera certificada en Seattle. “Eso puede ayudar a evitar engaños y a los telemarketers”.
Si una llamada parece verdadera y lo que dicen suena atractivo, pregunta si la organización tiene licencia.
“Siempre hay requisitos mínimos de licenciamiento para vender productos financieros y seguros”, dijo Gary Watts, planificador financiero certificado en Walnut Creek, California. “Pregúntales también si pueden reunirse en su oficina. Esto puede ser útil para verificar a qué empresa pertenece el vendedor y darles a los consumidores una idea acerca del profesionalismo y el estilo de la oficina o la agencia. Si bien muchos vendedores y asesores legítimos suelen ofrecerles a los clientes reunirse en la casa de estos, personalmente no me gustaría ver a un extraño en la casa de un anciano a menos que haya pasado por una verificación completa”.
No vayas solo/a. Si alguien que te contacta acuerda realizar una reunión, pregúntale si puedes llevar a un asesor de confianza, agregó Watts. Si te dice que no, termina todo en ese instante.
Los papeles son otro posible punto débil. Por eso, tritura documentos importantes, declaraciones y registros contables antes de botarlos. Si sueles recibir visitas, no dejes cheques o documentos importantes a la vista o al alcance de la mano.
“Protege tu correo”, agregó Howard Tischler, fundador de EverSafe, una empresa de servicios de protección financiera. “El correo entrante o saliente que queda en un buzón inseguro es una oportunidad para cometer fraude”.
Si sospechas que has sido víctima de alguna clase de estafa, no te intimides y toma medidas rápidas. Además de entrar en contacto con la policía, informa al banco, la correduría o a cualquier otra entidad financiera con la que trabajes. Muchas veces, sus empleados pueden intervenir antes que el ladrón pueda acceder al dinero o —en el peor de los casos— limitar los daños.
Aunque pueda tratarse de un tema delicado, hijos adultos u otros parientes pueden probar involucrarse directamente en las finanzas de un pariente anciano. No hace falta que controlen todo. Pueden revisar juntos los extractos bancarios y los resúmenes de las tarjetas de crédito: “Agrega tu nombre a las cuentas o sistemas de pago si hace falta”, declaró Twight.