Luego de que los Raúl González y Luis Cárdenas, propietarios de la cierva que murió en la Casa Alameda, señalaran que el cuerpo de “Cometa” fue llevado al Museo del Desierto como donación y para que se realizara una necropsia, Fernando Toledo, encargado del área de Fauna confirmó el hecho, aclarando que los jóvenes no solicitaron ninguna necropsia.

Toledo relato que fue el 30 de junio cuando trajeron el cadáver de una hembra de venado cola blanca, la cual dijo recibieron con gusto puesto que el museo cuenta con una colección científica museográfica, por lo que cualquier pieza que sea donada, les funciona para sus pabellones. Sin embargo, no les fue solicitada ningún tipo de necropsia.

“Pero en ningún momento nos solicitaron ningún tipo de necropsia. Si nos lo hubieran solicitado lo hubiéramos canalizado a un patólogo porque no tenemos por qué hacer nosotros necropsias de animales que no están en la colección, los médicos que tenemos son médicos que trabajan para la fauna de aquí. Salvo algunas excepciones en el que la Sema o la Profepa nos pidan apoyo médico o algo, con todo gusto”, compartió el encargado.

Fernando Toledo afirmo que “cometa” llegó sin una sola herida, con los globos oculares sanos, sin fracturas, con bueno peso y con una piel perfecta, contrario a lo que se mostraba en fotos explicando que es común que los ciervos se lastimen al ser animales muy nerviosos,  por lo que cualquier ruido los puede alarmar orillándolos a toparse con lo que encuentre a su paso.

“Tenemos que tener en claro que una foto puede sacar muchas cosas de contexto. Ese animal no tenía ni una sola herida, eso sí lo podemos asegurar en el museo. Las heridas pueden ser muy escandalosas, pero tiene n una capacidad para sanar impresionante los animales. El animal, no tenía esas heridas, está bien, no había fractura, incluso venía bien de peso”.

Animales silvestres deben estar en su hábitat

Por otro lado, el encargado de fauna del Museo del Desierto, dijo no estar de acuerdo en fomentar la posesión de fauna como mascota, reiterando tener muy en claro que la fauna silvestre tiene que estar en vida silvestre. Pero también reconoció que hay ejemplares que necesitan estar fuera de su hábitat natural para su preservación, como es el caso de algunas especies que viven en el Mude.

“En esos aspectos está justificado el tener animales fuera de su hábitat natural porque estamos educando, porque nos visitan más de 300 mil personas al año se van con una realidad que está pasando en México y por el otro lado somos un banco que germo plasma, tenemos capacidad genética y posibilidad de reproducir las especie que tenemos”.

Así mismo al cuestionarlo sobre si el museo podría dar asilo a “Manzana”, Toledo hizo énfasis en que se encontraba fuera de sus manos puesto que no tienen un área adecuada y específica para venados. “Aquí si me lo traigo no tengo un área específica para venados, lo podría tener un tiempo en el área temporales pero sería un tiempo de transición en lo que le buscan un lugar apto para venados”.

Tras observar las imágenes del lugar en el que vive “Manzana”, Fernando Toledo asintió que el espacio en el que se encuentra es adecuado para ella, y refirió que de ser liberado a su hábitat, no sobreviviría.