Si bien dado a la contingencia sanitaria actual el uso de cubrebocas o mascarillas se aplica para evitar la propagación del COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que su uso también prevé el contagio de otras enfermedades respiratorias como gripe, resfriado común o influenza.

La principal virtud del cubrebocas es evitar la transmisión de agentes infecciosos y evitan el contacto con las salpicaduras de fluidos potencialmente patógenos. No obstante, para hacer un correcto uso es necesario saber cómo y en qué momento usarlo de acuerdo al entorno.

Lo que SÍ se debe hacer con el cubrebocas:

Extraer el cubrebocas de su empaque sosteniéndolo por los cordones.

Ajustarlo a la cara de tal forma que no queden aberturas por los costados.

Asegurarse de que cubra la barbilla, boca y nariz. 

Evitar tocarlo mientras se tiene puesto.

Lavarse las manos antes y después de colocarlo.

Retirar el cubrebocas sosteniéndolo de los cordones.

Mantener el cubrebocas alejado de la cara una vez que se retire.

Si es una mascarilla de tela, se debe lavar con jabón y agua caliente. Luego de secarla, guardarla en una bolsa de plástico limpia y de cierre fácil.

Si es una mascarilla desechable, debe depositarse en una bolsa de plástico, sellarla y colocarla en la basura.

Lo que NO se debe hacer con el cubrebocas:

Utilizarlo si parece dañado o no viene empaquetado.

Agarrarlo sin haberse lavado las manos previamente.

Colocarlo por debajo de la nariz.

Retirarlo de la cara si hay alguien cerca a menos de un metro de distancia.

Utilizar mascarillas que impidan una respiración correcta.

Usar cubrebocas sucias

o mojadas.

Compartir cubrebocas con otras personas.

Reutilizar mascarillas de un solo uso, deben desecharse.