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Antes de los ‘40s
Si se está acercando a su quinta década de vida, se habrá dado cuenta de que su cuerpo no le responde como antes: sus crudas ya no duran un par de horas, puede que su cintura se esté ensanchando sin saber cómo, y sus allegados le recomiendan cada vez con más frecuencia visitar al médico.
A partir de los 40 o 50 años, un examen médico anual o bianual no es mala idea. Pero muchas veces, por motivos de trabajo o de familia, olvidamos cuidarnos. No obstante, el examen anual permite ver cómo anda nuestra salud física y mental para eliminar algunos hábitos antes de que el futuro nos alcance.
Pero esto no significa que tenga que ir de médico en médico, sino que ciertos hábitos de la juventud deben quedar atrás.
Estos son los que debería reconsiderar antes de entrar a los 40s.
1. Cheque el gimnasio
Puede que haya comenzado a darse cuenta de lo importante que era la sesión de gimnasio que le ayudaba a mantenerse en forma, pero todo lo bueno se acaba.
Por fin ha descubierto que la cantidad de grasa corporal aumenta de manera constante después de los 35 años. Y que las personas mayores pueden tener casi un tercio más de grasa que cuando eran jóvenes.
Además, con la edad, disminuye la masa muscular.
Pero los excesos de una dieta inadecuada no afectan por igual a todos los organismos, sino que dependen de cómo está conformado su propio cuerpo.
Pero sin agobios, ya que el ejercicio físico repentino conlleva riesgos. Por eso puede ser peligroso emular a otros que llevan más tiempo de entrenamiento o que lo han cambiado con la edad. El ejercicio tiene dosis recomendadas, indicaciones y contraindicaciones, e incluso efectos secundarios.
La Organización Mundial de la Salud recomienda para los adultos y mayores un mínimo de 150 minutos semanales de actividades físicas aeróbicas moderadas o 75 minutos de actividades vigorosas. O la combinación de ambas.
A fin de aumentar los beneficios para la salud, la OMS multiplica por dos la cantidad de tiempo de actividad, es decir, 300 minutos de aeróbicos moderados y 150 vigorosos (o la combinación entre ambos). El truco está en introducir la actividad en la vida cotidiana: por ejemplo moverse más en la bicicleta la Ruta Recreativa y en las plazas de la ciudad.
Nada de correr solo los sábados o domingos para descargar la culpa de una semana divertida. Recuperar en el fin de semana todo lo perdido entre semana solo sirve para incrementar el riesgo de lesiones. Del mismo modo, machacarse en carreras de 30 minutos a diario y pasar el resto de la jornada sentado en la oficina, en el coche o en casa, está muy lejos de una vida saludable. Nada de eso importa si el resto del tiempo va de la silla al coche y viceversa.
2. Deje el cigarrillo
Dejar de fumar antes de los 40s reduce el riesgo de muerte prematura en 90%
Es común pensar que después de muchos años de hábito, ya es demasiado tarde para dejarlo. Pues bien, la ciencia dice que no hay un punto de no retorno (aunque cuanto antes lo deje, mejor).
Según un estudio publicado en la revista médica The Lancet, si apaga su último cigarro antes de soplar las 40 velitas, descenderán las probabilidades de muerte prematura en 90%.
El estudio afirma que dejar de fumar trae beneficios y aumenta la esperanza de vida, a cualquier edad.
“El tabaquismo comienza generalmente en la juventud, generando un mecanismo de dependencia que hace que sea cada vez más difícil dejarlo, salvo que haya un claro convencimiento de su inutilidad y perjuicio.
Usted ya ha escuchado que cada cigarrillo contiene más de 4 mil productos químicos, entre ellos metanol, un componente de la gasolina; amoníaco, presente en productos de limpieza; y alquitrán, con el que se asfaltan las calles y carreteras. Y entre ellos, la nicotina, que provoca la necesidad de fumar.
3. Piense en el día siguiente
El consumo de alcohol no es, desde luego, una sensata recomendación médica. Pero a veces se nos olvida. Y pasamos de una copa a otra, con los indeseados efectos de una cruda para el día siguiente.
Cuando se es joven, no importa: Pero a los 40, conviene entender que un día con cruda será un día perdido. Náuseas, escalofríos, dolor de cabeza, vómitos, malestares, mareos, mal cuerpo…
La razón principal por la que la cruda es cada vez más nociva reside en la deshidratación. El alcohol se distribuye en el agua del organismo, y en el organismo de las personas mayores hay cada vez menos cantidad de agua. Y lo mismo sucede en el cuerpo de las mujeres.
Dado que con la edad hay en el cuerpo más grasa y menos agua, el alcohol se concentra con fuerza y no se distribuye por el organismo como lo hacía antes, por lo que un cuarentón siempre necesitará más agua que un veinteañero.
Es una cosa seria, pues al cumplir años también disminuye la sensibilidad a la sed. Y la deshidratación ayuda a que la cruda se convierta en un infierno. Pero si la bebida no es su fuerte, los atenuantes como el té o un caldo calentito tienen un alto contenido en agua y nutrientes, y quizá le apetezcan para curarse la cruda.
4. Lea las etiquetas
El 20% de ls personas no lee las etiquetas de los alimentos que consume. Pues bien, aunque este es un mal hábito, sea cual sea su edad, a los 40 ya es algo que tiene que acabar.
Uno de los objetivos es regular su consumo de azúcar y sal, sustancias que enseñan las garras a medida que vamos cumpliendo años. El riesgo de diabetes es ascendente. Y es una enfermedad traidora, sobre todo cuando nos aproximamos a los 40s. No causa prácticamente síntomas, pero el exceso de azúcar circulando en la sangre de forma continuada lo daña todo: el corazón, el riñón, la visión y la microcirculación.
La presión arterial también se eleva con la edad. La sal es uno de los desencadenantes (la OMS recomienda no superar los 5 gramos por día). Y todas esas cantidades se mencionan en las etiquetas de los productos.
5.Quédese en casa
Puede que nunca se haya preocupado por la salud de sus huesos, pero ya va siendo hora. La densidad y la calidad ósea disminuyen con la edad. Con el tiempo, la pérdida de minerales como el calcio puede debilitar los huesos y crear osteoporosis, culpable de las fracturas de las personas mayores.
Además, si es mujer, la menopausia no queda tan lejos (aproximadamente aparece a los 50), lo que agrava la disminución de la masa ósea.
Los expertos advierten de que aunque la descalcificación afecta principalmente a las féminas, no hay nadie exento de riesgo. La buena noticia es que los 40s siguen siendo una edad estupenda para apostar por la prevención.
Y ¿qué tal la vitamina D? Un aporte regular de este micronutriente será un gran aliado. Y aquí se encuadra lo de salir a la calle, esa frase que los padres sueltan con frecuencia a sus hijos adolescentes y que más convendría que fuera al revés. Pues la forma principal de obtener vitamina D (es decir, de apostar por los huesos sanos) es a través de la exposición al sol. Pero no se exceda.
No perdone el paseo diario (y mejor si es matutino). Eso sí: protéjase. Los diferentes tipos de radiación ultravioleta incrementan el riesgo de desarrollar un cáncer de piel. Tenga la edad que tenga.
6. Lávese los dientes
Al acercarse a los 40s existe más riesgo de padecer enfermedad periodontal, un importante daño en los tejidos blandos y los huesos que sostienen los dientes. Lo importante para prevenir ese mal es mantener una higiene dental rigurosa y no fumar, sobre todo si en la familia hay alguien que padezca esta patología, que tiene un fuerte componente genético.
Si además es mujer y está embarazada, sepa que ha de cumplir (siempre) con los tres lavados dentales diarios.
En fin, la idea es evtar la gingivitis, una inflamación de los tejidos que soportan la dentadura. Este riesgo acaba después de dar a luz, pero en algunos casos persiste.
Los dientes se mueven durante toda la vida, y tienden a apiñarse en torno a los 50s. Y aunque un apiñamiento leve es un problema puramente estético, puede provocar que se acumulen restos de comida y surjan las caries.
Pero esos cambios no afectan únicamente a la salud bucal, de hecho, con una mala dentadura los alimentos se mastican de forma inadecuada, lo que se traduce en una peor digestión.
Por eso visitar al dentista de forma regular le permite al especialista detectar el inicio de varios tipos de males orales, entre ellos la acumulación de sarro, caries incipientes e inflamación de encías.
7. Valore el sexo
Respire tranquilo. Aunque algunas cosas acaban con la edad, lo mejor está por llegar a los 40s: la década dorada de su sexualidad.
Las razones son muchas: usted disfruta de una buena salud física, tiene una situación económica estable, mantiene una comunicación positiva con su pareja y lleva una vida social activa… Todo eso suma.
Según apunta un estudio de la Universidad de Harvard (EU), los varones mayores disminuyen su riesgo de disfunción eréctil en 40% con solo 30 minutos de caminata diaria.
Puesto que todo eso ya lo dijimos desde el principio. No tiene sentido repetirlo.
En fin, es simple: una buena salud física y mental, asegura el buen sexo. Todo está dicho. (Selector de Vanguardia)