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‘Amaba sembrar árboles frutales’
Daniel Ángel Huereca García no iba a subirse a ese camión. Originalmente se iba a regresar a su casa en Escobedo, Nuevo León el domingo en un carro, pero al final decidió esperar un día más y abordó el autobús de pasajeros con su hija Idalia.
Huereca García era albañil y se especializaba en poner pisos en Escobedo. Sus ingresos le permitían mantener a su esposa y tres hijos de manera digna, sin lujos pero sin necesidades. Uno de sus hijos, Luis, asegura que nunca les faltó nada y que su principal enseñanza e fue el forjarse de un carácter fuerte.
“Ya tenía tiempo diciéndonos que si algún día nos faltaba que supiéramos salir adelante, las palabras son solo eso y ahora los hechos son diferentes, no sé qué vamos a hacer sin él. Era un hombre de carácter fuerte, no se dejaba, luchaba por todo y nos enseñó que no había que dejarnos de nadie”, cuenta Luis.
UN HOMBRE DE CAMPO
Minutos antes de recibir el cuerpo de su padre, fallecido en el asalto perpetrado al autobús en el que viajaba, Luis relató que el pasatiempo favorito de su padre era sembrar árboles frutales. Ni su hermano Antonio ni él quisieron ver el cadáver en Parras, donde le hicieron la necropsia, prefirieron hasta llegar a su casa en Escobedo.
“Él tenía un terreno, le gustaba mucho ir ahí a sembrar árboles frutales, era lo único que quería hacer siempre. Le gustaba mucho el campo y los animales, nunca fue una persona de ciudad y ahora nosotros vamos a seguir sembrando árboles en su terreno”, dijo.
La última vez que Luis habló con su papá fue el lunes a las nueve de la noche, un par de horas antes de abordar al camión en Gómez Palacio, Durango con su hija Idalia. Le dijo que todo estaba bien, que en el camión estaban seguros y que pronto llegaría a casa.
A la una de la mañana de ayer recibió una llamada y le dijeron que su padre estaba herido, se subió a un camión de Futura y se fue a Parras para acompañarlo y lo encontró muerto.