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Alerta Pronatura sobre el estrés hídrico en Valle de Cuatro Ciénegas
Al igual que la laguna de Churince, la Poza de la Becerra ubicada también en el valle de Cuatro Ciénegas corre el riesgo de morir en el lapso de dos a tres años a consecuencia del estrés hídrico que científicos detectaron en ese municipio de la región Desierto desde décadas atrás.
El subsistema ecológico, único en el mundo por poseer más de 70 especies endémicas, padece los mismos síntomas que se registraron hace casi una década en la laguna de Churince, formación a abras nuevas (aberturas anchas despejadas), caída del nivel del tirante de agua en más de 40 centímetros, aunado a la desesperación de la flora y fauna por tratar de sobrevivir.
El director general de Pronatura Noreste, Mauricio de la Maza Benignos, visitó VANGUARDIA para informar que la principal problemática que tiene actualmente Cuatro Ciénegas y sus reservas naturales es la trasvasa ilegal del 80% de los 104.8 milímetros cúbicos anuales que genera el valle.
Solo el 20% de este total de vital líquido registra títulos ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el 10% de ellos pertenece a Pronatura Noreste que los destina para uso ambiental, es decir, tienen que utilizarse obligatoriamente para preservar los subsistemas acuíferos.
La pregunta que se hacen científicos es ¿a dónde se dirigen los más de 86.51 milímetros cúbicos que produce el valle y no están siendo regulados por Conagua?
Según un artículo publicado por Pronatura Noreste durante el 2017, para el año 2010 se ejercieron18.9 millones de pesos en la construcción de una obra de toma y estructuras para la conducción de la misma y durante el 2011 con una inversión de 54.21 millones de pesos se llevó a cabo la obra de entubamiento del canal de la Becerra, que de acuerdo a proyecciones estimadas aportaría un gasto de 200 litros por segundo, para la recuperación del río Garabatal, situación que a la fecha no ha sucedido.
Solo el 20% de este total de vital líquido registra títulos ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el 10% de ellos pertenece a Pronatura Noreste que los destina para uso ambiental, es decir, tienen que utilizarse obligatoriamente para preservar los subsistemas acuíferos.
La pregunta que se hacen científicos es ¿a dónde se dirigen los más de 86.51 milímetros cúbicos que produce el valle y no están siendo regulados por Conagua?
Según un artículo publicado por Pronatura Noreste durante el 2017, para el año 2010 se ejercieron18.9 millones de pesos en la construcción de una obra de toma y estructuras para la conducción de la misma y durante el 2011 con una inversión de 54.21 millones de pesos se llevó a cabo la obra de entubamiento del canal de la Becerra, que de acuerdo a proyecciones estimadas aportaría un gasto de 200 litros por segundo, para la recuperación del río Garabatal, situación que a la fecha no ha sucedido.
“Conagua debió haber clausurado los canales antiguos, cuando se invirtió 600 millones de pesos en crear una infraestructura nueva, nunca cancelaron una infraestructura antigua, a partir del 2013 nunca cumplieron y duplicaron la el volumen de agua que se está extrayendo del valle y se está trasvasando”, explicó el director de Pronatura.
PODRÍA EXTINGUIRSE EN TRES AÑOS MÁS
Una de las soluciones que ofrecen los expertos en sostenibilidad, es que se relocalice un volumen del título que tiene la reserva de la Poza de Pronatura hacia la Poza de la Becerra para que esta no se extinga al 100% en los siguientes dos o tres años, aunado a que clausuren la infraestructura antigua.
“El Valle de este Pueblo Mágico es un lugar único en el planeta, un oasis del desierto chihuahuense que integra gran parte del estado de Coahuila, es uno de los más importantes en la biodiversidad debido a que la vida acuática que se puede encontrar ahí”.
El deterioro ha sido paulatino dice Mauricio de la Maza, quien informó que a raíz de los años 60 se comenzó a entubar y a canalizar el valle se vio el deterioro de los subsistemas endémicos.
“Se dice que el Valle está cruzando un umbral y al realizarlo ya no habrá marcha atrás para recuperar la biodiversidad que ahí se desarrolló por miles de años.
“La solución está en la gobernancia, en sentarse todas las partes con interés legítimo, como el agricultor, no se trata de pelearse con el ambientalista o con el Gobierno, se trata de encontrar soluciones en las cuales al final, todos deberemos ceder algo, pero aportando una solución equilibrada que permita la conservación de todos estos subsistemas y la producción agrícola de turismo o de actividad económica en función de lo que el sistema permite más allá de lo que el sistema puede otorgar.
“Lo que propone Pronatura es que a los cuerpos de agua del valle de Cuatro Ciénegas se les garantice ese mínimo que requieren para poder seguir otorgando los servicios ambientales y a partir de ahí, se distribuya el agua de manera más equitativa para maximizar los servicios la misma a través de las actividades económicas que se puedan desarrollar en el valle para atraer bienestar y prosperidad al valle”, manifestó.