Aledmys Díaz le hace homenaje a José Fernández

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Aledmys Díaz le hace homenaje a José Fernández

Emotivo. Díaz le dedicó su primer grand slam de su carrera al que fuera su gran amigo desde la infancia, José Fernández. / AP
Fueron amigos de la infancia y ambos pudieron cumplir su sueño de jugar en Grandes Ligas, por eso el jugador de Cardenales le dedicó su primer grand slam en Las Mayores

SAN LUIS - Luego de pasar el lunes en Miami por la muerte de José Fernández, el cubano Aledmys Díaz regresó el martes con los Cardenales, listo para rendirle tributo a su compatriota y amigo de la infancia que murió en la madrugada del domingo en un accidente marítimo.

Antes del partido contra Cincinnati, Díaz colgó una camiseta con el número 16 de Fernández en la cueva de San Luis en señal de solidaridad con una familia y una comunidad que están de luto. Y luego, produjo no sólo uno de los momentos más conmovedores de la temporada de los Cardenales, sino que dio uno de sus batazos más memorables como ligamayorista.

Con un jonrón con bases llenas en el cuarto inning —el primero de Díaz en la Gran Carpa— el torpedero ayudó a los Cardenales a vencer por 12-5 a los Rojos.

“Lo hice por su familia”, dijo Díaz, entre lágrimas. “Estos últimos días han sido muy difíciles para mí. Esto me ayudó un poco”.

Díaz, quien se crio en la misma calle que Fernández en Santa Clara, no había jugado desde que se enteró de la muerte de su amigo el domingo por la mañana. Díaz se ausentó de los Cardenales para ir a Miami a consolar a la madre y abuela de Fernández.

Mientras se preparaba para el juego del martes, Díaz juró que esa noche haría las cosas de una manera distinta. De ahora en adelante, quiere jugar como lo hacía Fernández.

“Creo que la mejor manera de rendirle tributo a su memoria es venir todos los días y jugar al 100 por ciento”, dijo Díaz. “Eso es lo que él hubiese querido. Voy a salir a dar el 100 por ciento todos los días para darle a mi equipo la oportunidad de ganar, como lo hacía él.

“Él nos hacía recordar lo divertido que ese este juego. Le encantaba este juego. Le gustaba competir. De ahora de adelante, tengo que tener aun más amor por el juego. Cada vez que me ponga el uniforme, tengo que dar todo lo que tenga. Ese es el legado que él nos ha dejado”.

Luego de que Díaz fallara en su primer turno al bate el martes, el receptor cubano Brayan Peña buscó al novato en la cueva e hizo un pronóstico.

“Le dije, ‘Vas a dar un jonrón hoy’”, dijo Peña. “Sabía lo importante que era ese juego para él. Estaba muy entusiasmado por jugar hoy y luego, cuando consiguió la camiseta y la puso en la banca, sentía que iba a pasar algo especial”.

Con los Cardenales desesperados por seguir en la lucha por el Comodín de la Liga Nacional, Díaz entró a la caja de bateo en el cuarto inning con la casa llena y se voló la barda para darle una ventaja de 5-2 a San Luis.

Díaz alzó sus brazos hacia el cielo cuando llegó al plato y abrazó a sus compañeros, el boricua Yadier Molina y el lanzador Adam Wainwright, antes de regresar a la cueva. El público le pidió un saludo y Díaz los complació.

“Espero que esto sirva para aliviar el dolor (de la familia Fernández)”, dijo Díaz. “Cada vez que estas aquí, tienes que enfocarte en el juego 100 por ciento. Es difícil. (José) era como un hermano para mí”.

Díaz llegó a las Grandes Ligas esta temporada y aunque él y Fernández coincidieron como ligamayoristas por menos de seis meses, pudieron compartir algunos momentos especiales. Díaz y Fernández fueron compañeros en la escuadra que representó a la Liga Nacional en el Juego de Estrellas en San Diego en julio, el mismo mes en el que se enfrentaron como ligamayoristas por vez primera. Díaz le conectó un jonrón a Fernández ese día. Posteriormente, el serpentinero le dijo a

Díaz que la próxima vez que midieran fuerzas, lo poncharía dos veces en represalia.

Ese momento nunca llegó. 

Le dan último adiós en Miami
Cientos de aficionados a los Marlins se despidieron ayer de José Fernández en un cortejo fúnebre llevado a cabo en la ciudad de Miami.
Consternados jugadores y empleados de los Marlins también escoltaron la carroza que trasladó los restos del pitcher desde el estadio del equipo hasta su velorio.