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Adiós Scott Weiland
Madrid. Scott Weiland, el excantante de grupos como Stone Temple Pilots y Velvet Revolver, apareció muerto en Bloomington (Minnesota) el jueves 3 de diciembre; estaba en el autobús donde realizaba una gira con su último grupo, The Wildabouts. Aparentemente, el cantante expiró mientras dormía. Por el momento, se desconocen las causas; su hermano Michael había fallecido en 2007, víctima de una miocardiopatía. Un comunicado en el perfil del músico en la red social Instagram detalló que Weiland murió en Bloomington (Minnesota), donde se encontraba de gira con su actual banda The Wildabouts.
Nació en San José (California) el 27 de octubre de 1967 y fue inscrito como Scott Richard Kline. Adoptó el apellido Weiland tras una nueva boda de su madre y formó Stone Temple Pilots -otro de los nombres barajados fue Shirley Temple’s Pussy- en 1986, mientras vivía en San Diego con los hermanos Robert y Dean DeLeo y el baterista Eric Kretz. El cuarteto editó su primer álbum en 1992, a tiempo de beneficiarse del cambio de paradigmas que supondría el grunge, que arrolló al entonces triunfal “heavy de peluquería”.
El sonido de Stone Temple Pilots era duro pero rico en contrastes; el repertorio contenía sinuosas baladas y resultaba más accesible que el de sus contemporáneos de Seattle. Su vocalista llamaba la atención, tanto fuera como dentro del escenario: su comportamiento chocaba con el ascetismo que supuestamente encarnaba aquella oleada de rock alternativo. Digamos que Scott exprimió al máximo el estilo de vida del rock god.
Discos como Core o Purple, producidos con mimo por Brendan O’Brien, despachaban millones de copias. A la vez, Weiland se convirtió en habitual de las crónicas de tribunales. Detenido por posesión de crack o por conducir intoxicado, se juntaba con otras criaturas damnificadas, tipo Courtney Love. Sus matrimonios –se casó tres veces y tuvo dos hijos- también generaron los previsibles titulares.
Los conflictos legales y las frecuentes desapariciones de Scott entorpecieron la carrera de los Stone Temple Pilots, que finalmente se disolvieron en 2002. Seis años más tarde, se reunieron; sacaron un disco en 2010 con material nuevo, producido por los hermanos DeLeo; en directo, aprovechaban su cancionero dorado. A pesar de manifestar propósitos de enmienda, Scott tenía la garganta dañada y volvió a convertirse en un lastre; fue despedido oficialmente en 2013 y reemplazado por Chester Bennington, frontman de Linkin Park.
Carismático e inteligente, Weiland convirtió sus andanzas por el lado salvaje en material para sus discos en solitario, comenzando con 12 bar blues (1998). Eran trabajos musicalmente eclécticos y obtuvieron ventas modestas. Cabe imaginar que eso explica su implicación en Velvet Revolver, un supergrupo de planteamientos más bien mercenarios, organizado en 2002 por Slash y otros graduados de Guns N’ Roses, cabezas de fila del antes citado hair metal.
Incluso en compañía de semejantes campeones del exceso, Weiland logró destacar negativamente. Funcionaba en directo, con ocurrencias como utilizar un megáfono; fuera de las tablas, se convirtió en un problema. Para consternación de Slash y demás socios, les abandonó para volver a Stone Temple Pilots. Las acusaciones y réplicas animaron las páginas de las publicaciones dedicadas al rock duro.
Más allá de las caricaturas, Weiland era un personaje complejo, como dejaban ver sus elocuentes entrevistas y la autobiografía, Not dead & not for sale, redactada por David Ritz. Educado como católico, en 2011 publicó una respetuosa colección de canciones navideñas, The most wonderful time of the year. Su discografía incluye también una colección de versiones –desde David Bowie a Radiohead- más grupos paralelos (The Magnificent Bastard) y colaboraciones puntuales con proyectos como Art of Anarchy.