Sacrifican a la ballena varada en el río Támesis en Londres

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Sacrifican a la ballena varada en el río Támesis en Londres

La ballena que había quedado varada en el río Támesis de Londres fue sacrificada anoche después de volver a quedarse atrapada en un terraplén de la ribera.

La ballena varada en el río Támesis de Londres fue sacrificada anoche tras quedarse atrapada de nuevo en un terraplén de la ribera, después de que unidades de policía, bomberos y guardacostas intentaran rescatarla, informó la organización Royal National Lifeboat Institution (RNLI).

La operación para liberar al cetáceo, de cuatro a seis metros de largo, empezó el domingo a las 19 horas GMT en la esclusa de Richmond Lock and Weir, en el suroeste de la capital británica, donde también se desplazaron un equipo de biólogos marinos y veterinarios para evaluar el estado del animal.

Tras horas de trabajo y ante la expectación de decenas de curiosos, se logró liberar a la ballena y trasladarla a una parte más profunda del Támesis, donde se escapó de madrugada y se alejó nadando, a pesar de estar desorientada y mostrar "comportamientos preocupantes".

Sin embargo, horas más tarde volvió a quedar atrapada en Teddington Lock, en el suroeste de la ciudad, donde un equipo de veterinarios de la Sociedad Zoológica de Londres evaluaron al animal y, ante su deteriorado estado de salud, decidieron sacrificarlo, según el RNLI, una institución benéfica dedicada a salvar vidas en aguas de Gran Bretaña e Irlanda.

El cuerpo de British Divers Marine Life Rescue informó en un comunicado que mañana se someterá al cetáceo a una evaluación forense para certificar por qué se desorientó y llegó hasta el río en tan malas condiciones.

Se trata de un incidente "muy raro e inusual", aseguró en una nota un comandante del cuerpo de bomberos de Londres, que activó tres camiones, dos unidades de rescate y un bote para tratar de liberar al animal.

La ballena sacrificada es un ejemplar joven de la especie Minkle, que puede llegar a pesar hasta diez toneladas y medir unos 7.5 metros.

No es la primera vez que el Támesis es escenario de avistamientos de cetáceos desorientados: en 2018, se encontró a una beluga cerca de la localidad de Gravesend, a unos 40 kilómetros de la capital británica, y en 2006, murió una ballena después de remontar el río hasta llegar a Londres.