Don José Alfaro: Una vida dedicada a ayudar al prójimo
Con constancia y paciencia conquistó aquella esquina en donde era común verlo: se hizo uno con el paisaje revestido de postes de luz, automóviles, puestos de periódicos, asfalto, comerciantes y de fondo el ruido de los cláxones y motores.
Don Víctor Chavez, dueño de “La Cocinita de Camila”, fonda cercana a la esquina emblemática, almorzaba a diario con don José desde hace dos años, antes de comenzar a trabajar.
Él cuenta sobre los últimos días del titiritero, quien inclusive el pasado lunes 21 de septiembre todavía acudió a la esquina a pesar de que el doctor le recetó reposo, de acuerdo con sus familiares.
“Aquí lo conocí. Él en pláticas nos dijo que comenzó a trabajar de panadero desde joven. Él nos contaba que de joven a él se le ocurrió la idea que vio en una revista en donde salió el muñeco “Beto”.
“Después, con lo que sacaba a diario, becaba y ayudaba a madres solteras y a niños que pasaban por aquí. Por eso recolectaba todos los días, desde muy temprano”, recuerda don Víctor.
“Decía que desde muy chavo comenzó a trabajar. Él tenía inclusive el teléfono directo del Alcalde, le contestaba si se le ofrecía algo. Se echaba su café aquí, el comenzaba desde las 07:30. Decía que su meta diaria, hablando de cifras, era entre los 3 mil y 4 mil pesos diarios. Pero cuando él decía que estaba muy fregado se iba para Mirasierra”.
“El también comía aquí en el negocio. Uno lo lleva en el corazón”, narró el señor Chávez.
Deja don José un legado de generosidad
El pasado mes de diciembre de 2019, antes de esta pandemia, la noticia de que a don José le habían robado a “Beto”, su títere, movilizó a miles de saltillenses quienes mostraron su solidaridad a través de redes sociales y acudiendo a la esquina en donde por décadas llenó de risas a miles de automovilistas (bulevar Venustiano Carranza e Hinojosa) para aportar unas monedas extras.
En aquella ocasión, don José ya comentaba que tenía un dolor en el pecho y que uno de sus hijos lo llevaría a estudio médicos.
Dicho dolor lo obligaba a que se encorvara durante minutos hasta que poco a poco desaparecía. Un dolor similar provocó que se distrajera y el ladrón aprovechó mientras don José se encorvaba, para robarle su títere.
LEGADO
Don José deja un legado de generosidad a sus cinco hijos biológicos y uno adoptivo, mismo a quien se le entrevistó el área de urgencias del Hospital Muguerza, después de que la noticia trascendiera en redes sociales y medios de comunicación.
Gustavo Mata, que también se dedica al comercio en una esquina de las calles de Saltillo, es hijo adoptivo, quien recordó con lágrimas en los ojos las acciones altruistas que realizaba don José, a quien siempre recordarán por ayudar al prójimo.
“Él tenía una asociación para ayudar a las personas muy necesitadas hasta la última fecha. Siempre hizo eso. Aunque se sintiera mal de salud, él salía; no daba a conocer que se sentía mal. Estamos desgarrados. Yo soy hijo adoptivo. Él me adoptó desde que yo tenía la edad de los 14 años”, señaló.
Por otra parte, según José González, joven que vivía con don José en la colonia Mirasierra, el hombre sintió un fuerte dolor en el pecho, por lo que lo llevó al área de urgencias del Hospital Muguerza en donde falleció alrededor de las 08:00 horas de ayer martes.
Fue él quien señaló que hace dos semanas el doctor le había recetado reposo total, pero don José Alfaro desobedeció y decidió salir a trabajar, como desde hace más de 30 años lo hizo.
El cuerpo del personaje icónico fue velado en la colonia Roma, en la casa de uno de sus hijos. Su cuerpo será cremado el día de hoy.
Según sus familiares, la última voluntad de don José fue que “Beto”, el muñeco compañero por décadas, fuera donado a un museo.