La pandemia de coronavirus puede tener un impacto negativo en la salud mental de las personas. El aislamiento, la inestabilidad económica y las noticias constantes sobre el avance de la enfermedad por el país pueden aumentar la ansiedad y el estrés.

Una forma efectiva para lidiar con los pensamientos y relajarse es a través de la meditación. Aunque existen muchas creencias erróneas alrededor de ella -dicen que está relacionada con la espiritualidad o solo podrás practicarla si eres especial o le dedicas muchas horas al día-, la realidad es que este ejercicio está al alcance de todos.

No es indispensable comprarte ropa, tapetes, esencias, velas o incienso. Solo necesitas un espacio adecuado y compromiso. Te ayudará a limpiar la mente de los problemas, centrarte en ti mismo e identificar qué necesitas para crecer como persona y afrontar las dificultades de tu vida.

Los pensamientos pueden contaminar y la meditación ayuda a “observarlos uno a uno y dejar que se disuelvan sin aferrarnos a ellos”, explicó Belén Colomina, psicóloga e instructora de mindfulness. De esta manera, tendrás mayor control sobre cómo reaccionas a los problemas y cómo te afectan.

Si quieres a practicarla, te damos cinco consejos para empezar:

1.- Encuentra el lugar adecuado

Busca un espacio en tu hogar donde puedas alejarte de las preocupaciones y del ruido. Puede ser un rincón en tu cuarto o cualquier otra habitación, siempre y cuando no tengas contacto con el exterior para no distraerte. 

Aquí puedes construir tu área favorita y llenarla de velas u objetos con los que estés cómodo o te hagan feliz. Pero no incluyas aparatos electrónicos como el celular o la televisión. Puedes colocar un sillón, tapete, cojín o incluso recostarte en el suelo.

Empieza aquí, para después llevar tu práctica a cualquier lugar. Así, al regresar a tu vida diaria, podrás dedicar unos minutos a meditar donde estés.

2.- Compromiso sin presiones

Comprométete. Crea una rutina donde dediques unos cuantos minutos, de preferencia al despertar, para despejar la mente. Tampoco te presiones demasiado, pues será contraproducente.

Si un día no te apetece practicar, no lo hagas, pues si te obligas dejará de ser placentero y perderás la mayoría de sus beneficios.

3.- Las apps son aliadas

Aunque no te recomendamos introducir el celular al área de meditación, utilizar una aplicación sí está permitido. Existen muchas opciones y puedes probar varias hasta encontrar la adecuada para ti.

Por ejemplo, HeadSpace cuenta con sesiones temáticas e incluye un curso para aprender los conceptos básicos. Calm reproduce sonidos como lluvia, grillos o ríos para transportarte a la naturaleza. Stop, Breathe and Think es ideal para adquirir conocimiento de tu estado anímico y físico, pues te pedirá llevar un registro diario y medirá tu progreso.

4.- No te frustres

Al principio puede resultar difícil, pues no estamos acostumbrados a vaciar la mente y es fácil distraernos con cualquier idea. Colomina explica que “es como ir al gimnasio, se consiguen resultados con la práctica y cuando se convierte en un hábito”.

El primer día puedes empezar con 10 minutos e ir aumentando el tiempo. Si sientes que vas muy lento o no avanzas como esperabas, recuerda: no es una competencia. Los resultados para cada persona se alcanzan a distintas velocidades.

5.- Postura y respiración

No es necesario sentarse en posición de flor de loto, basta con estar cómodos. Ya sea acostado o con las piernas cruzadas, pero tu postura no debe afectar tu concentración. Procura “mantener la espalda recta, pero no rígida. Si meditamos en una silla podemos apoyar las manos sobre nuestros muslos. Si nos tumbamos, lo haremos boca arriba y con las palmas de las manos hacia arriba”, explicó Colomina.

Respirar es la clave y el primer paso para liberar la mente. “Lo primero al sentarte es enfocarte en tu respiración unos cuatro o cinco minutos, eso es suficiente para acostumbrarse a estar quieto y profundizar en esas sensaciones que recorren tu cuerpo mientras exhalas e inhalas”, afirmó Ale Quintero, instructora de yoga.