Cientos de fieles se congregaron el día de ayer en la parroquia del Santísimo Cristo del Ojo de Agua para dar el último adiós a José Luis del Río y Santiago, único sacerdote de la Diócesis autorizado por la Santa Sede para realizar exorcismos.

Entre lágrimas, rezos y llantos, el cuerpo del hombre católico quien presentó complicaciones apenas dos días antes, es velado en la misma parroquia en donde será sepultado. De acuerdo con lo dicho por el coordinador de una de las comunidades fundadas por el sacerdote, “La Comunidad de Amigos de Jesús”, José Luis Alvarado y quien asistió al religioso hasta el momento de su fallecimiento, su última voluntad fue que su cuerpo fuera sepultado en la parroquia del Ojo de Agua en donde estuvo más de 32 años como párroco.

“Faltan ver unos requerimientos de carácter técnico para cumplir con las normas sanitarias. Un pérdida enorme no solo para esta comunidad, sino para toda la Diócesis y no hay al menos en este momento cómo remplazarlo”, señaló el coordinador.

“Me tocó asistirlo desde el primer momento en que empeoró su salud. Fue prácticamente en dos días y ya no se recuperó”, agregó. El padre Ignacio Flores sostuvo que se están haciendo todos los trámites ante la Secretaria de Salud y el Municipio para que cumplir con su última voluntad. En caso contrario será en un panteón y conforme pasen los años, trasladar el cuerpo al templo en el cual oficio misa por más de 30 años.

El presbítero José Luis del Río y Santiago falleció la madrugada de ayer domingo a la edad de 86 años. El equipo de comunicación de la Diócesis de Saltillo anunció que su muerte derivó de una pancreatitis aguda. Su misión clerical se caracterizó por ser el único sacerdote de la Diócesis de Saltillo autorizado por la Santa Sede para realizar exorcismos en la ciudad. José Luis del Río y Santiago llegó a Saltillo en 1987.