Eli Lilly lanza una versión barata de la popular insulina Humalog

Usted está aquí

Eli Lilly lanza una versión barata de la popular insulina Humalog

Eli Lilly, uno de los tres grandes fabricantes de insulina, anunció que había empezado a vender su propia versión genérica del Humalog U-100 con el nombre de insulina lispro. Foto: WIPR
Lilly, uno de los tres grandes fabricantes de insulina, anunció que había empezado a vender su propia versión genérica del Humalog U-100 con el nombre de insulina lispro.

La farmacéutica Eli Lilly empezó a comercializar una versión a mitad de precio de su popular insulina Humalog, tras la promesa de la compañía en marzo de ofrecer una opción más asequible a los diabéticos en medio de fuertes críticas por los precios disparados de la insulina en Estados Unidos.

Lilly, uno de los tres grandes fabricantes de insulina, anunció que había empezado a vender su propia versión genérica del Humalog U-100 con el nombre de insulina lispro.

La insulina lispro costará 137.35 dólares la cápsula, o 265.20 dólares el parquete de cinco KwikPens, una opción más fácil de inyectar, señaló la empresa de Indianápolis.

Eli Lilly, uno de los tres grandes fabricantes de insulina, anunció que había empezado a vender su propia versión genérica del Humalog U-100 con el nombre de insulina lispro. Foto: buy-pharma.md

Esas cifras son la mitad de lo que cobra Lilly por Humalog. Unos 700,000 estadounidenses consumen ese fármaco de acción rápida, que algunos diabéticos se inyectan poco antes de cada comida.

Los pacientes más beneficiados son los que no tienen seguro, tienen uno con una franquicia alta o tienen planes de la categoría Part D de Medicare.

Las aseguradoras suelen pagar mucho menos por los medicamentos de lo que marca el precio para el público, pero muchos pacientes deben pagar un porcentaje del precio de venta al público, o asumir el coste en su totalidad hasta que alcancen la franquicia deducible anual que contempla su seguro.

Los precios de la insulina casi se triplicaron entre 2002 y 2013, y los precios han subido un 10% o más al año desde entonces, obligando a muchos diabéticos a racionarse la insulina. Algunos han terminado hospitalizados y unos pocos han muerto como resultado, lo que llevó al Congreso a celebrar vistas sobre la situación.