General Motors, cuyo plan de cerrar cuatro fábricas en Estados Unidos enfureció al presidente Donald Trump, podría verse en la obligación de aplicar más recortes.

La mayor fabricante de automóviles de EU salvó a tres plantas de una reestructuración productiva que fue objeto de fuertes críticas por parte de Donald Trump esta semana. Las unidades dan empleo a más de 5 mil 100 personas, según el sitio web de GM.

La planta de Chevrolet Camaro en Lansing, Michigan; la fábrica de Corvette en Bowling Green, Kentucky; y las instalaciones de Chevy Malibú en Fairfax, Kansas, operan muy por debajo de su capacidad de producción, según datos recabados por just-auto y Bloomberg Intelligence.

Si bien estas plantas corren riesgo, toda vez que la directora ejecutiva Mary Barra lleva a cabo una ofensiva de recortes, existen razones para mantenerlas operando. Los autos deportivos, incluidos el Corvette y el Camaro, suelen mostrar fuertes oscilaciones en términos de ventas. La demanda sube por versiones renovadas y luego baja poco a poco cuando ya llevan un tiempo en el mercado.

Asimismo, Cadillac tiene una serie de nuevos modelos previstos para los próximos años. GM podría mantener algunas plantas que no utiliza a plena capacidad para añadir la producción de estos vehículos.

Fuente: EL FINANCIERO