La vida pende de un hilo… o varios

¿Son las marionetas de la plaza Acuña una oportunidad de diversión infantil? ¿Somos títeres de un ser superior o dueños de nuestro destino?
Fotos: Vanguardia/MARCO MEDINA

Fotos: MARCO MEDINA /  Texto: FELIPE RODRÍGUEZ


Ser considerado “títere” de alguien no es una expresión que el destinatario pueda considerar elogiosa. Y cómo iba a ser así, si uno de los valores más anhelados por los seres humanos es ser “libre”, decidir por uno mismo su destino y no ser juguete sin voluntad que maneja un “alguien”.

Ahora que, si el títere es un juguete de verdad, como Pinocho, el movimiento es un regalo. 

Así sucede desde hace 25 años con las marionetas de don Raúl Rodríguez Espinoza, el titiritero que con su espectáculo de muñecos de tela, cartón, madera e hilos les infunde vida.

A veces es posible escuchar en el centro de Saltillo al popular músico Rigo Tovar cantando que cuando buceaba por el fondo del océano se enamoró de una bellísima sirena. 

Lo impresionante es que al volver la vista buscando el origen de la música, quien “baila” es un “Rigo” que don Raúl enseña a danzar, igual que hace con otros personajes. Quienes pasan por la plaza Acuña los identifican: Shakira; Donald Trump; Miguel, el niño vivo que va al mundo de los muertos en “Coco” y, por supuesto, el rey de los títeres, Pinocho.

Curioso, don Raúl Rodríguez actúa frente al Teatro García Carrillo, que se quemó el siglo pasado durante el montaje de la obra “El loco Dios”. Otra figura, un ángel de mármol, está también junto a los títeres de la plaza donde guarda al inerte poeta Manuel Acuña, quien decidió cortar él mismo el hilo del que pendía su vida. “¡Y bien! Aquí estás ya..., sobre la plancha donde el gran horizonte de la ciencia la extensión de sus límites ensancha”, escribiría el vate. No. Entre clásicos hoy es mejor la cumbia que eligió don Raúl Rodríguez Espinoza para que, desde su Matamoros querido, Rigo termine de contarnos-cantarnos su aventura con un final feliz: “…cuando aparece mi sirena y cuenta toda la verdad…”.

Fotos: Vanguardia/MARCO MEDINA
Fotos: Vanguardia/MARCO MEDINA
Fotos: Vanguardia/MARCO MEDINA