Hablarle a Dios en latín, la vuelta al origen
En Saltillo, en la colonia Bonanza, se ubica una parroquia que predica la misa en latín y conserva las tradiciones religiosas de una manera radical.
Allí las mujeres acuden con velo y los acólitos realizan todo un ritual frente el sagrario.
El sacerdote explica los motivos que lo llevaron a elegir esta manera de predicar la Palabra y cuenta el temor que tiene de que se confunda a este templo con una “secta”.
Dijo que lo que hace se puede interpretar como una rebeldía hacia los Papas impuestos después del Concilio Vaticano II.
Juan Razo García, sacerdote diocesano del templo Dulce Corazón de María, originario de Monclova, Coahuila y rector de la Rectoría de San Francisco, señala por qué optó por “la misa tradicional” por su formación.
“El señor Obispo me envió a estudiar una especialización en Roma, en Teología Patrística, en el año 2009. La Patrística estudia los primeros nueve siglos de la Iglesia: la teología que se recibía por medio de los apóstoles. Hace énfasis en los orígenes del cristianismo y eso hizo que tenga interés en la tradición”, explica.
“En mis estudios descubrí el valor de la misa tradicional y cómo se celebró en forma general en el rito latino por lo menos durante mil 500 años.
Hasta una reforma litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II por el papa Pablo XVI en los 60, buscando de esa manera hacer más accesible la misa para el hombre de ‘hoy’”.
GRUPOS SECTARIOS
Juan Razo, quien lleva un año y medio con esta práctica, señala que dentro de la Iglesia hay quienes pensaron que cualquier Papa que estuviera al frente del Vaticano después de dicho Concilio, era un “Papa falso”.
“El Concilio Vaticano II se planteó para anunciar el mismo mensaje cristiano al hombre de hoy en su condición actual (sin saber latín). Algunos grupos no aceptaron el Concilio Vaticano II, de hecho hay quienes señalan dentro de la Iglesia que los Papas elegidos después del Concilio Vaticano Segundo son papas “falsos”, dijo el sacerdote.
“Estos grupos sectarios ya no están dentro de la Iglesia Católica. Ellos están atados porque no aceptan las reformas necesarias para que la Iglesia fuera accesible al hombre de hoy”, dice.
LOS OBJETIVOS
El Concilio se convocó con los fines principales de:
Promover el desarrollo de la fe católica.
Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
Lograr la mejor interrelación con las demás religiones, principalmente las orientales.
Concilio Vaticano II
Fue uno de los eventos que marcó al siglo XX y sucedió el 25 de enero de 1959.
Éste consistió en cuatro sesiones en la cuales se discutirían la manera de desarrollar y promover la fe católica de una manera más efectiva por lo cual, una de las decisiones tomada fue la de eliminar el latín.
El que comenzó esta renovación de fe fue el papa Juan XXIII, quien murió un año después de la primera sesión de cáncer de estómago.
Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965.
La lengua oficial del concilio fue el latín.
El velo reconoce lo sagrado
El padre Razo responde a críticos, que ven en la práctica un menosprecio al sexo femenino
Sobre el hecho de que las mujeres utilicen velo al acudir a misa, el sacerdote diocesano Juan Razo García, dijo que mucho lo confunden con un acto de menospreciar al sexo femenino. Explicó que según las creencias significa todo lo contrario, pues en el catolicismo “todo lo que es sagrado se cubre”.
“A veces le tenemos tanta confianza a Dios que se le pierde el respeto. La vestimenta debe ser casual. Algunos que no entienden el velo, dicen que es un símbolo de sumisión, como que no cuenta (la mujer) o que no tiene un papel importante.
“Pero esa no es la interpretación, al menos en lo que yo he estudiado, si se fijan, en la liturgia católica todo lo que es sagrado se cubre, como el cáliz de la misa, que va cubierto con un velo; los sagrarios también van cubiertos con un velo.
“El sacerdote, que es una persona sagrada —según la tradición—, se cubre con una vestimenta distinta”, explica.
Agregó que el uso de latín sigue siendo la lengua oficial de la Iglesia y al conservar la lengua se conservan oraciones. También es para recordarle al fiel que al llegar al templo se llega a un lugar sagrado.
BENEDICTO XVI, IMPULSOR DEL LATÍN
El papa Benedicto XVI fue quien tomó la decisión de volver a permitir que el latín regresara a los templos, pero de una manera extraordinaria.
A la misa en español se le nombra ordinaria y a la misa en latín, extraordinaria.
El padre Juan Razo García señaló que su decisión resultó por su interés en los orígenes. Señaló la diferencia entre una misa extraordinaria y una misa ordinaria.
De la misma manera, la misa actual es la misa que se celebra en la lengua vernácula (originaria de cada país), es una misa que enfatiza la participación los gestos por parte de los fieles.
Mientras que en la misa tradicional hay más silencio; es más contemplativa, más interior, más espiritual. El uso del latín es característico de la misa tradicional; sigue siendo la lengua oficial de la misa”.
“Al traducir, siempre se le pierde un poco al texto original. A cualquiera que le guste la literatura prefiere leer el idioma en que se escribieron las obras. Todo es pensado para hacerle pensar al fiel que entra a un lugar sagrado. Se alaba a Dios a latín; es para dar a entender que a Dios se le da algo especial.
LENGUAJE
La lengua litúrgica no es propia de la misa católica. La gente común hablaba arameo en el tiempo de Cristo, que después fue evolucionando al hebreo. En las sinagogas el culto se hacía en hebreo.
Así también, hay algunos ritos orientales que conservan la lengua litúrgica, aunque no sea la lengua en que la gente habla normalmente. Es una manera de reservar para Dios algo especial, dijo el padre.Tradicional. Juan Razo García, sacerdote católico.