Una antigua entrevista a la filósofa alemana Hannah Arendt emitida en televisión a mediados de los años sesenta se ha convertido en todo un fenómeno en la plataforma de video YouTube, donde en sus diferentes versiones roza el millón de visitas.

"Es el hit de YouTube más inverosímil", escribió el diario alemán "Rheinische Post" sobre la conversación que Arendt (1905-1975) mantiene, cigarrillo en mano, con el periodista germano Günter Gaus.

Tanto desde la perspectiva visual como de contenido, la entrevista se sitúa en las antípodas de lo que habitualmente se asocia a los cánones de YouTube. Es por eso que muchos se preguntan cómo es posible que un video en blanco y negro, de una hora de duración y en el que se habla de teoría política cause tanta fascinación y tantos clicks.

Entre las razones aducidas figuran el hecho de que la entrevista está online desde hace ya un par de años. También se señala que puede ser interesante para los aficionados a la filosofía o para aquellos que hayan visto una película estrenada en 2012 sobre la influyente pensadora alemana de origen judío.

Otros arguyen que quizás se deba a la nostalgia de muchos usuarios de la plataforma por productos televisivos que se hacían años atrás.

El profesor de culturas digitales de la Universidad de Luneburgo Götz Bachmann no tiene ninguna duda de por qué el video triunfa. "La entrevista es simplemente un documento increíble porque mezcla un gran poder intelectual y una honestidad desgarradora", señala.

"Habla de la ayuda a los refugiados, habla de movimientos de extrema derecha y de lo que significa estar atacado existencialmente. Muchos identificarán en eso la situación actual. Ella habla sobre cómo abordar la política", añade.

De ascendencia judía, la filósofa alemana Hannah Arendt constituye una de las personalidades más influyentes del siglo XX. Autora de numerosas obras, se dio a conocer con la publicación de "Los orígenes del totalitarismo" (1951) en la que analizaba los orígenes del antisemitismo. Con la llegada al poder en 1933 de Adolf Hitler se vio obligada a exiliarse a Francia y posteriormente a Estados Unidos, país que le otorgó la nacionalidad en la década de los cincuenta.