Aunque de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Coahuila se ubicó con la menor cantidad de pobres en los últimos seis años, en la entidad aún sobrevive el 1.7 de la población, es decir 49 mil 700 personas, en pobreza extrema.

Esto significa que los habitantes que viven en la entidad en precarias condiciones son el equivalente a tres estadios Francisco I. Madero (de los Saraperos) a su máxima capacidad y todavía otras mil 700 personas más.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) vive en la pobreza extrema aquella persona que tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.

Esta semana el Coneval presentó la evolución de la pobreza 2010-2016 con base en información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En cuanto a las personas que sobreviven en pobreza en Coahuila, las cifras oficiales muestran una mejoría, pues mientras en la pasada medición (2014) el porcentaje en esta condición era de 30.2 por ciento de la población, para 2016 bajó a 24.8 por ciento, es decir casi 6 puntos.

El número de personas que vive en Coahuila en situación de pobreza es de 745 mil 900.

Esto da como resultado que la suma de pobres en grado extremo y pobres en general sobrepase el 26 por ciento de la población, con lo que poco más de la cuarta parte de los habitantes del Estado vive con serias carencias.

Pese a esto, Coahuila se ubica actualmente entre los cinco estados de México menos afectados por la pobreza de acuerdo con las mediciones del Coneval.

Las estadísticas del organismo señalan que en 2010 en Coahuila el 27.8 por ciento de la población estaba en situación de pobreza; para 2012 llegó a 27.9 por ciento; en 2014 se ubicó en 30.2 por ciento mientras que en la más reciente, la de 2016 bajó a 24.8 por ciento.En lo que hace a pobreza extrema, en Coahuila en el año 2010 el 2.9 por ciento estaba en esa condición; para 2012 pasó al 3.2 por ciento; en 2014 subió al 3.7 por ciento y en esta medición de 2016 bajó al 1.7 por ciento.

La entidad que menos personas en condición de pobreza tiene según la medición más reciente (2016) es Nuevo León, con un 14.2 de la población; le sigue Baja California Sur, con 22.1 por ciento; enseguida está Baja California, con 22.2 por ciento, en cuarto lugar está Coahuila, con 24.8 por ciento y en el quinto la Ciudad de México con el 27.6 por ciento de la población.

En cuanto a pobreza extrema estos mismos cinco estados son los menos afectados. Nuevo León tiene el 0.6 por ciento de su población; Baja California el 1.1 por ciento; Baja California Sur el 1.6 por ciento; Coahuila el 1.7 por ciento y la Ciudad de México 1.8 por ciento.

En contraste, de acuerdo con el Coneval, las cinco entidades con mayores índices de pobreza extrema son Chiapas, con el 28.1 por ciento de su población; Oaxaca, con el 26.9 por ciento; Guerrero, con el 23.0 por ciento; Veracruz, con el 16.4 por ciento y Tabasco con el 11.8 por ciento.

A excepción de Tabasco, las entidades antes señaladas son también las que mayor porcentaje de población en pobreza tienen. Chiapas tiene el 77.1 por ciento; Oaxaca el 70.4, Guerrero el 64.4, Veracruz el 62.2 y Puebla el 59.4 por ciento.

Como puede observarse, la ciudad de México y cuatro estados del norte del país son los menos afectados por los índices de pobreza, mientras que los del sur son los más golpeados A nivel nacional Coneval concluye que la población en situación de pobreza se redujo en 1.9 millones de personas entre 2014 y 2016, al pasar de 55 millones 341 mil a 53 millones 418 mil mexicanos.

En situación de pobreza extrema también hubo un decrecimiento, pues mientras en 2014 hubo 11.4 millones de personas, el año pasado hubo 9.4.

El Coneval subraya que ente 2010 y 2016 se observó una mejora continua en los indicadores de carencias sociales a nivel nacional, y en la mayoría de las entidades federativas y el número de carencias promedio de la población en situación de pobreza, pasó de 2.6 a 2.2.

BIEN, PERO AÚN FALTA
Aunque la más reciente medición del Coneval revela que al 2016 el porcentaje de personas en pobreza extrema en México es de 7.6 por ciento, la cifra más baja en los últimos siete años, sigue siendo alta respecto al resto de países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). 

Piden ataque Transversal
Tras presentar la evolución de la pobreza 2010-2016 el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona, reconoció la urgencia de que las políticas públicas le ganen la carrera al aumento poblacional.

“La vía más lógica de reducción de la pobreza es una mejora del mercado laboral acompañada por políticas sociales”, señaló.

Indicó que los retos importantes del futuro que afronta México para seguir reduciendo la carestía son lograr un ritmo de crecimiento económico alto y sostenido, garantizar el ejercicio pleno de los derechos sociales y aminorar la desigualdad entre regiones y entre grupos de población, así como reducir la inflación actual.

Por otra parte, especialistas entrevistados por la agencia El Universal, sostienen que México requiere un replanteamiento de la política social y del modelo económico para atender este problema de manera transversal.

José Luis de la Cruz, académico del Tecnológico de Monterrey, señaló que aun falta mucho para garantizar a la población la igualdad de oportunidades y el acceso a necesidades básicas como la alimentación, por lo que se requiere replantear la política social para atender de manera estructural este mal, pues a pesar de que la población tiene empleo, su ingreso no es el suficiente para cubrir sus necesidades.

Enrique Cárdenas, ex rector de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), destacó que la política social debe garantizar la igualdad de oportunidades para toda la población a lo largo del ciclo de vida, desde el nacimiento hasta su muerte, y no sólo centrarse en el combate a la pobreza, sino en que haya una transversalización de las medidas gubernamentales. 

Con información de El Universal