Biopsia líquida como ‘revolución’ al cáncer

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Biopsia líquida como ‘revolución’ al cáncer

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No sustituye a la tradicional pero gracias a la biopsia líquida se podrá conseguir un diagnóstico precoz del cáncer

MADRID.- Conocer toda la información genética de los tumores con un simple análisis de sangre ya es una realidad gracias a la biopsia líquida, un avance “tremendamente importante” que ha supuesto una “revolución” en la oncología porque cambiará en muy poco tiempo la forma de tratar el cáncer.

No sustituye a la tradicional pero gracias a la biopsia líquida se podrá conseguir un diagnóstico precoz del cáncer, determinar las mutaciones de los tumores y conseguir así tratarlos con fármacos diana, además de comprobar las posibles recaídas antes de verlas por imagen y si un tratamiento está siendo eficaz, según explican expertos.

En en marco del Día Mundial contra el Cáncer, el pasado 4 de febrero, el presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO), Vicente Guillem, afirma que es una prueba “sencilla y no invasiva” ya que es un análisis de sangre al paciente con cáncer, a través del cual se puede detectar el ADN del tumor y sus posibles mutaciones.

“Hasta ahora nos basábamos en imagen morfológica para ver la respuesta a los tratamientos, veíamos si el tumor disminuía o no o si incluso desaparecía, pero a veces esas desapariciones radiológicas no son del todo reales, ahora podemos ver si las mutaciones genéticas han desaparecido de la sangre y por tanto saber si el paciente está en remisión”, abunda.

El jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, Rafael López, define la biopsia líquida como una “foto del tumor” y recuerda que cuando él empezó en la oncología, hace cerca de 30 años, se tenía la creencia de que todos los tumores eran iguales, que todas las células eran iguales.

Durante años, explica López, se ha aprendido que los tumores tienen “muchísimas mutaciones”, que trozos del tumor son distintos a otros, que las metástasis son diferentes entre sí y el cáncer primario, pero no existía ninguna herramienta para saber realmente cómo eran y así poder atacarlos.

“Empezamos a hacer de forma experimental algunas biopsias dirigidas, pero teníamos la limitación de que son métodos muy cruentos. De repente, con la tecnología y el conocimiento vimos que había células tumorales en la sangre y que había trocitos de ADN sueltos o bien encapsulados en otras partículas y con el avance en la tecnología éramos capaces de estudiar a nivel molecular todo el tumor”, detalla López.

Lo que pretende esta técnica, insiste el experto, es “monitorizar al paciente” para elegir el mejor tratamiento.