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Millennials cambian el ideal de trabajo
CIUDAD DE MÉXICO.- Para el año 2020, 35% de la fuerza laboral estará formada por millennials, jóvenes que nacieron entre 1980 y el año 2000, quienes se definen como la generación de emprendedores e innovadores digitales. Identificado como nativos digitales o Generación “Y”, este sector de la población tiene por delante un ultramaratón de carrera ante sus profesiones y prevén hacer pausas durante el trayecto para enfrentar nuevos retos.
En lugar de tener un puesto de trabajo para toda la vida, conciben su desarrollo profesional con caminos diversos, ciertas pausas y pasos quizá desiguales. La época de jubilaciones anticipadas a los 50 o incluso 60 años ha quedado atrás: “Somos aquellos que buscamos tener la libertad para realizar nuestros propios proyectos, ser independientes. Por mi tipo de trabajo tengo que estar muy rápido en muchas cosas.
“Aprendo muy rápido. Soy totalmente digital. Terminé mi licenciatura, pero soy autodidacta también en el área de edición, fotografía, animación. Buscamos tener experiencias, conocer nuevas personas y países.
“Quiero trabajar para poder viajar. Vivo con mi novia. Tener hijos por ahora no nos interesa, quizá a los 35. Rentamos entre ambos, funcionamos como un equipo de doble ingreso en el trabajo”, así se define Alberto Hernández Mendoza, editor multimedia en un área de comunicación institucional, quien nació en 1990.
Christian Ascencio, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, asegura que “la también llamada generación milénica se caracteriza por cierta movilidad laboral, con modelos menos rígidos y una tendencia muy fuerte hacia el ´outsourcing´, el trabajo más dinámico, no permanente, menos orientado a una estabilidad de por vida. Incluso a costa de aspectos relacionados con seguridad social; aunque lo cierto es que hay una gran parte de la población juvenil que es sumamente tradicional, no digital y que pertenece a los sectores menos favorecidos”.
“Nos preocupamos mucho por ubicar a los jóvenes, en general, como parte de una generación muy estandarizada. Pero hay muchos que no pueden incorporase a un sistema estandarizado como millennials”, afirma.
Ascencio, quien es investigador de temas relacionados con la antropología de la juventud, considera que los integrantes de este grupo manifiestan cierto desinterés por aquello que va más allá de lo individual. Tienen posturas muy hedonistas, son ególatras. Su vida social es virtual, a distancia y los medios tecnológicos se convierten en herramientas para favorecer estas relaciones sociales y virtuales.
“En lo económico, esta generación de jóvenes no está afianzando cuestiones que les permitan cierta estabilidad como seguridad social: un sistema de ahorros, de jubilación o pensión. Transitan de una disciplina a la otra, les cuesta enfocarse en un solo eje; han renunciado a un trabajo estable de por vida y prefieren el dinamismo. Colocan la satisfacción por encima de lo que en otro momento era la responsabilidad en el sentido tradicional.
“No quiero decir con esto que los millennials son irresponsables, sino que no están dispuestos a comprometerse con un trabajo para toda la vida. Existen todo este tipo de consecuencias para ellos, lo cual repercutirá por supuesto en las generaciones venideras”, detalla.
Los resultados del estudio “Las Carreras de los Millennials, visión 2020”, para el cual fueron entrevistadas 19 mil personas de 25 países, indican que 75 % de los millennials confía en que si pierde su principal fuente de ingreso, en un lapso de tres meses puede encontrar un trabajo igual o mejor. Además, en el documento se indica que 42% de los millennials mexicanos labora a la vez en dos o más puestos de trabajo remunerado.
Flexibilizar contrataciones
Mónica Flores Barragán, presidenta para Latinoamérica de Manpower Group, destaca que este grupo generacional se prepara para “ultramaratones de carrera, de modo que hoy tenemos que flexibilizar las contrataciones con otros modelos de trabajo; ellos están preparados para correr ultramaratones ante sus profesiones y prevén hacer pausas durante el trayecto para enfrentar nuevos retos.
“La mayoría señala que van a quitar el pie del acelerador durante su carrera en diversos momentos; 80% prevé tomar recesos de más de cuatro semanas a lo largo del camino, por razones personales, para viajar, tomar vacaciones y relajarse. Las empresas deberán ser sensibles a esta realidad”, asegura.
La experta explica que este sector de los mexicanos priorizan tres aspectos a la hora de elegir dónde y cómo trabajar: dinero, oportunidades de promoción y beneficios. Valoran las vacaciones y el tiempo libre, un ambiente de trabajo flexible y la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades.
En lugar de un trabajo para toda la vida, entienden la necesidad de tener un continuo desarrollo de competencias en pro de que siga existiendo trabajo para ellos; 80% de los millennials mexicanos ha incorporado el aprendizaje permanente a su quehacer y está dispuesto a invertir su propio tiempo o dinero para capacitarse más, confirmando así su deseo de buscar nuevos retos, así como la posibilidad de tener múltiples empleos.
Malabarismo académico
Luis Miguel Martínez Cervantes, coordinador del Programa de Convergencia Digital en la Universidad Iberoamericana, dice que el “malabarismo académico” es una de las principales características del citado grupo de población.
“Por ejemplo, para este sector de la población no bastaría que en clases un profesor le explicara qué es una raíz cuadrada en la pizarra, sino que debería darle un tutorial en internet o una página en Wikipedia o, inclusive, referirlo a Encarta, la enciclopedia digital.
“Esta generación no se adapta al aprendizaje a través de la repetición. La tecnología y rapidez conforman parte indivisible de su vida cotidiana. Todo gira con base en sus intereses. Son intolerantes ante el aprendizaje. Este sector aprendió que el sustento de una sociedad está en permanecer necesariamente comunicados, conectados rápidamente”.
Según un estudio de la Global Web Indez (GWI), México es el país que tiene más usuarios de redes sociales a través de dispositivos móviles a escala mundial: siete de cada 10 personas.
Claudia Arruñada, quien nació en 1982, comenta a EL UNIVERSAL que para ella el reto está en estar actualizada: “Soy muy digital; buscamos información por internet todo el tiempo. Yo dependo mucho de lo que sucede en el gadget, por ejemplo, para acudir a un lugar, primero lo busco, hago banca por línea.
“Siempre optaré por lo digital frente a lo análogo; no me gusta lo procesado, prefiero lo natural. Creo en la unión libre y no en el matrimonio. La mayoría de mis amigas casadas se han divorciado; somos dinámicos y antitradicionales”, asegura.
Luz María Garay Cruz, doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en comunicación de la UNAM, quien participó en el proyecto de investigación “Jóvenes y Cultura Digital. Nuevos escenarios de interacción social”, en el que intervinieron varias universidades, explica en entrevista que una de las reflexiones del estudio partió del hecho de que los jóvenes han encontrado en las tecnologías digitales instrumentos para la acción.
“Desde hace tiempo y desde diferentes ámbitos como el académico y familiar, la juventud ha sido calificada como apática; sin embargo, su uso y apropiación cotidiana de los recursos digitales sugieren una participación que pudiera ser clasificada como activismo en red, clik-activismo o ciberactivismo”, define.
Este estudio destaca que 72% de los jóvenes encuestados asumen que no pueden vivir sin sus gadgets tecnológicos, lo que se define como slaktivismo o “activismo flojo”.
“Hoy en día los jóvenes, ciertamente, se apropian de los artefactos tecnológicos, navegan en la red, interactúan y participan en actividades en línea; sin embargo, la pregunta a plantear es qué tanto esas acciones pueden ser calificadas como un activismo o una participación política como tal. Hasta qué punto sus interacciones, por ejemplo en las redes sociales, pueden propiciar algún cambio social significativo”, cuestiona la experta.
Afirma que movimientos sociales recientes como el denominado #Yosoy132 dan pauta para pensar que algo importante ocurre en internet y que efectivamente existen formas de activismo en línea o ciberactivismo que procuran resultados en la realidad; sin embargo, hay estudios que indican que a pesar de la intensa actividad que se genera en internet en tiempos de campañas electorales, la mayoría de los usuarios, practican el slaktivismo o “activismo flojo”, que consiste en sólo participar lo mínimo posible en algún debate o tema de interés, por ejemplo, en el caso de Facebook, sólo poniendo “Likes”, sin involucrarse en verdad.