Usted está aquí
Sigue la desbandada en el PRI Coahuila; renuncia Onésimo Flores
Porque Coahuila no aguanta otro sexenio bajo el régimen del llamado “moreirato”, porque es imposible un cambio democrático desde dentro del PRI, y porque le avergüenza el pragmatismo pusilánime de muchos liderazgos en ese partido, el investigador saltillense Onésimo Flores Dewey renunció al Revolucionario Institucional.
Experto en desarrollo urbano egresado de la Universidad de Harvard, el también articulista de VANGUARDIA, este domingo hizo pública su decisión de separarse del partido al que estaba afiliado.
“Hace mucho tiempo dejé de sentirme representado por ese partido”, planteó (...) “Hace más de una década fui Consejero Político Nacional y funcionario de un Gobierno emanado de ese partido. Sé que en las filas del PRI hay gente honorable, que quiere hacer las cosas bien. Por ello siempre mantuve una esperanza, quizás ingenua, de que muchos priístas concluirían eventualmente que la disciplina no puede sustituir a los principios...”.
Flores Dewey, extitular de la Secretaría de la Juventud durante la administración de Enrique Martínez como gobernador, celebró la decisión de Javier Guerrero de renunciar al PRI.
“Me parece un acto de congruencia y valentía, que otros precandidatos y militantes del partido deberían considerar con seriedad”, expuso. “¿Cómo seguir en el PRI cuando es abundantemente claro que en Coahuila el PRI protege a los corruptos?”
Dijo que en Coahuila, el PRI está secuestrado por una cúpula cerrada que se ha dedicado a hacer negocios, a someter o amedrentar a periodistas y opositores, además que durante los años del moreirato, el líder de los Zetas se avecindó en Coahuila y el crimen impuso su ley.
“Dos sexenios han sido suficientes para socavar nuestras instituciones, para devastar nuestras finanzas y para ensuciar nuestra historia”, escribió. “Es tiempo de unir fuerzas para reconstruir Coahuila, para empezar de nuevo, para recuperar la confianza en nuestros gobernantes”.
Flores sostuvo que en los últimos dos sexenios estatales, el Congreso de Coahuila, el Tribunal Superior, la Auditoría Superior del Estado y varios partidos locales ha actuado como “peones” de la familia que gobierna.
Así mismo, la Procuraduría, la Contraloría y la Secretaría de Finanzas del Estado se dedicaron a esconder la evidencia, a entorpecer procesos y a legitimar a un régimen corrupto durante el cual miles de millones de pesos entraron y salieron de las arcas del Gobierno sin que jamás se aclarara su destino.
“La megadeuda sigue creciendo, y el monto que hemos pagado solo de intereses es superior al costo de todas las obras realizadas durante el sexenio de Humberto Moreira (…) En el camino, decenas de funcionarios locales y sus socios terminaron con millonarias cuentas bancarias y propiedades en el extranjero, con empresas ‘fantasma’, con notarías y con medios de comunicación a sus nombres”.
Onésimo Flores subrayó la disyuntiva a la que se enfrentan otros priístas en el mundo:
“La elección del próximo año es demasiado importante para tolerar medias tintas. Apoyamos a los Moreira o queremos que se vayan. Celebramos la impunidad o exigimos rendición de cuentas. Queremos más de lo mismo o decimos basta. Nos congratulamos o nos avergonzamos de los últimos 12 años. La circunstancia de la próxima elección de Gobernador obliga a todos los coahuilenses a escoger bando: con el PRI para proteger a los Moreira, o contra el PRI para defender al Estado”.