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El módulo “Schiaparelli” aterriza en una sola pieza sobre Marte
La Agencia Espacial Europea (ESA) reconoció hoy que no sabe si el módulo "Schiaparelli" de la misión ExoMars aterrizó de una sola pieza sobre Marte o se estrelló, aunque subrayó el éxito que supone que el satélite TGO, la otra parte de la misión, entrase en órbita alrededor del Planeta Rojo.
La misión ExoMars, que la ESA lleva a cabo en cooperación con la agencia rusa Roscosmos, tiene como objetivo buscar vida en Marte. Esta primera fase perseguía poner en órbita alrededor del planeta al satélite "Trace Gas Orbiters" (TGO), en el que viajó hasta ahora "Schiaparelli", y conseguir que este último aterrizase en la superficie marciana. Ambos partieron a mediados de marzo en un viaje de 500 millones de kilómetros.
El escudo protector de "Schiaparelli" funcionó "a la perfección" durante el descenso a gran velocidad, pero no se comportó "como se esperaba" en el momento en el que tenía que desprendese del paracaídas, explicó el director de la misión planetaria, Andrea Accomazzo.
"El módulo no se comportó como se esperaba", añadió. "Nos llevará algún tiempo analizar los datos", añadió destacando que éstos eran "significativos". "Shiaparelli" dejó de enviar señales en los últimos 50 segundos antes del aterrizaje pero recabó datos. "Eso es lo más importante", subrayó Accomazzo. Podría ser que el módulo fuese demasiado rápido en su acercamiento a la superficie marciana, señaló.
Por ahora, los expertos no pueden confirmar si el módulo se ha descompuesto o se mantiene intacto sobre el Planeta Rojo. "No lo sabemos", reconoció al ser preguntado al respecto el director de la ESA, Jan Wörner.
"Schiaparelli" debía aterrizar la tarde del miércoles en Marte mediante una maniobra automática. Tras el momento de llegada programado pasaron varias horas sin que llegasen datos del módulo. Finalmente se recibieron señales a través del satélite de la ESA Mars Express que los expertos analizaron cuidadosamente durante la noche.
"Tenemos los datos, tenemos los resultados de las pruebas. Estoy muy satisfecho", afirmó Wörner.
El módulo de pruebas "Schiaparelli", de 600 kilogramos, no tenía importantes objetivos de investigación para la misión ruso-eruopea. Más bien debía servir como prueba para la segunda fase, que arrancará en 2020 y con el objetivo de llevar un "rover" a Marte que taladre en la superficie del planeta para buscar indicios de vida orgánica.
También el director de vuelo, Michel Denis, subrayó que se trataba de una prueba. "aprenderemos de ello. No lo veo como un fracaso", dijo a dpa. Pero lo cierto es que se repite lo ocurrido con otra sonda de la ESA, "Beagle 2", que llegó al Planeta Rojo en 2003 pero no envió señales.
El director de la ESA calificó de "gran éxito" la puesta en órbita del satélite TGO tras una complicada maniobra de frenado. "Pueden decir que no hubo un aterrizaje suave (de "Schiaparelli") y hasta ahora ningún contacto. Pero tenemos un TGO que funciona y con el que podemos investigar", destacó Wörner.
Una de las tareas del satélite será buscar metano en la atmósfera de Marte, lo que podría ser un indicio de actividad biológica en el planeta. Además, servirá como transmisor de datos con el "rover" en la segunda fase de la misión.
Por el momento no está claro las consecuencias que tendrá este accidentado aterrizaje para el futuro de ExoMars, pues los países participantes todavían tienen que aportar otros 300 millones de euros (329 millones de dóalres).