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Los Stones llenan Toronto de rock con documental sobre su show en Cuba
Keith Richards y Ronnie Wood desfilaron el viernes a la noche por la alfombra roja del Festival de Cine de Toronto para asistir al estreno mundial del documental "The Rolling Stones Olé Olé Olé!: A Trip Across Latin America", que da cuenta de la gira latinoamericana de la banda que culminó con el histórico concierto en La Habana el 25 de marzo de este año.
El documental de Paul Dugdale da cuenta de cada una de las estaciones de la gira "Olé Tour": Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia, México y Cuba, pero también de los contratiempos que tuvo que superar el equipo de productores de los Stones para poder concretar el concierto gratuito en la isla gobernada por los hermanos Castro desde hace casi 60 años.
A los temores de que el Gobierno cubano se echara atrás a último momento y de que el enorme escenario llegara a tiempo por mar a la isla, se fueron sumando distintos obstáculos, como el anuncio, en medio del deshielo político, de que Barack Obama visitaría la isla.
La primera visita de un mandatario estadounidense en 90 años obligó a reprogramar la fecha del concierto, que fue, está claro, mucho más que un show de rock. Como lo resume en el film Adam Wilkes, que funcionó como nexo entre la banda británica y las autoridades cubanas: "Castro ve esto como una política de Gobierno, algo que simbolice positivamente la apertura".
El documental de Dugdale, quien tiene una vasta experiencia filmando junto a bandas de rock -ya lo hizo en el pasado con los Stones y con grupos como Coldplay y Die Toten Hosen o artistas como Adele- no debe confundirse con "Havanna Moon", del mismo realizador, que se estrenará este mes en cines de todo el mundo y que brinda una experiencia inmersiva en el concierto cubano.
"The Rolling Stones Olé Olé Olé!" busca reflejar más bien el vínculo que fueron construyendo a lo largo de los años los músicos con América Latina, y en el que Argentina -país al que el film dedica uno de los capítulos más largos- desempeña un papel clave.
Es así como se ve a Mick Jagger explicar a cámara la existencia de "the rollingas", una tribu urbana única en el mundo que profesa una total devoción por los Stones y que desarrolló incluso una estética propia de flequillos rectos, camperas de jean y pañuelitos al cuello, o conversar unos minutos con los músicos de "Blues Motel" una de las bandas clave de la movida "rollinga".
Richards, por su parte -quien presentó el año pasado en el Festival de Toronto el documental "Keith Richards: Under the Influence", de Morgan Neville- asegura, mientras sale a saludar a sus fans desde el balcón de su hotel o sonríe desde el automóvil que los traslada al show en el Estado Único de la Plata, que la relación con Argentina es especial.
En Uruguay -país en el que tocaron por primera vez en el marco del "Olé Tour"-, los Stones se hacen un hueco para ir a candombear con el músico Rubén "el Negro" Rada, mientras que en Perú -donde tampoco se habían presentado nunca- son invitados por un grupo de músicos afrodescendientes a bailar con ellos.
En Brasil, Ronnie Wood se reúne a un amigo artista para pintar mientras que en México se escapa a jugar al pool con Armando Molina Solís, fundador del histórico Festival de Avándaro, una suerte de "Woodstock" mexicano que se celebó en los años 70.
"Con México hay una gran cercanía musical porque están cerca de la frontera con Estados Unidos", reflexiona Richards, idea que retrata a la perfección una simpática banda de mariachis tocando "Tumbling Dice".
Chile y Colombia ocupan capítulos muy breves en el documental. En el caso de Chile apenas se ve marchar a un grupo de uniformados, mientras Richards explica en off que durante las décadas del 60 y 70, el rock estuvo prohibido por las dictaduras en América Latina.
Entre estación y estación, Jagger y Richards hablan sobre su química especial, el cariño de sus fans, vivir a la luz del ojo público y hasta recuerdan entre risas la solícita atención prestada por una "amiga" de la banda en sus años de juventud. Todo ello intercalado por momentos clave de sus shows -con un siempre energético Jagger brillando en el escenario- y canciones como "Out of Control", "Sympathy For The Devil" o "Honky Tonk Women".
Sin embargo, el clímax llega al final, cuando los Stones logran finalmente tocar antes miles de enfervorizados cubanos en la Ciudad Deportiva de La Habana, a unos pocos kilómetros de la Plaza de la Revolución, en un país en el que el rock and roll había llegado a estar estar vetado en la radio y televisión y algunos de sus fans detenidos por escucharlo.