Mi primer viaje en Uber

Usted está aquí

Mi primer viaje en Uber

Mientras la tecnología se aplique para beneficiar a los humanos bienvenida sea, al igual que Uber a Saltillo.
Descargo la aplicación en cuestión de segundos y así me doy de alta con los pocos datos que me pide / Archivo

Son las 16:30 horas, el sol está en su apogeo y la temperatura en los 34 grados.  Acabo de salir de un consultorio ubicado en la calle Adolfo Mateos, esquina con Juan Escutia en la colonia Ángeles, al norte de la ciudad y espero encontrar un taxi para llegar a mi trabajo, así que camino hacia el oriente, rumbo al bulevar Nazario Ortiz Garza, que queda como a cinco cuadras.

Camino primero por una acera, pasa un taxi y le hago la señal para que se detenga, pero va ocupado, luego así pasa por otro y también va ocupado, cruzo hacia la acera de enfrente a ver si la suerte me cambia un poco, pero nada, pasan pocos taxis y no se detienen.

Tengo que llegar al trabajo a las 17:00 horas y pienso que la única opción es llegar al bulevar debido a que ahí pasarán más autos de alquiler, pero media cuadra antes de llegar recuerdo que es 2 de agosto y que Uber inició operaciones en Saltillo.

 Así que caminando bajo el sol, descargo la aplicación en cuestión de segundos y así me doy de alta con los pocos datos que me pide, entre estos los números de la tarjeta de crédito.

Veo tres pasos a seguir y los hago, con la ubicación, en automático solicito un taxi Uber y de inmediato la pantalla me despliega los vehículos que están cerca, también el vehículo que me prestará el servicio, marca, color, nombre del chofer y su foto, dice que tardará seis minutos en llegar a donde estoy, bulevar Vito Alesio Robles y Adolfo López Mateos.

Efectivamente, en seis minutos llegó el auto, se estaciona y el chofer que es el mismo que viene en la foto pregunta mi nombre y me invita a subir al vehículo con las características que antes fueron designadas.

Archivo

“¿Gustas que te ponga el clima o prefieres viajar así con los vidrios abajo?”, pregunta. Ya le digo que así, con los vidrios abajo.

Ve que traigo un celular en la mano y me pasa un cable conectado directo al autoestereo para que ponga la música que traigo en el teléfono, pero le comento que prefiero platicar sobre la llegada de Uber a Saltillo.  

Hace plática, habla sobre el clima, le pregunto sobre su experiencia  como conductor de Uber y comenta que le ha ido bien, que es una experiencia bonita, también dice qué ruta tomará y explica la dinámica del cobro por el servicio.

En 12 minutos llegó a mi destino, cuatro antes de la hora de entrada, me bajo del auto, entro a la oficina y llega un correo electrónico detallándome el recorrido así como el costo del servicio.

Mientras la tecnología se aplique para beneficiar a los humanos bienvenida sea, al igual que Uber a Saltillo.