Gerard Depardieu Un actor ‘por accidente’
Más allá de las controversias políticas que tuvo en Francia, cuando cambió de nacionalidad para pagar menos impuestos, para el resto del mundo Gerard Depardieu sigue siendo el actor francés más importante de Hollywood. Y aunque adoptó la ciudadanía rusa y amenazó con abandonar el cine por completo, a los 73 años volvió a filmar una película en Francia, 'Valle de Amor' que incluso ya pasó también por el Festival de Cannes.
- ¿Al día de hoy disfruta cuando alguien se acerca a firmar un autógrafo o bromea como en la película 'Valley of Love' cuando aparece firmando un autógrafo como 'Bob De Niro'?
- No me gustan tanto ese tipo de situación, pero con De Niro es algo que puede pasar. Lo conozco y sé que él muchas veces da un nombre que no es el suyo. Yo no suelo hacer algo así cuando me piden un autógrafo. Por supuesto, puede ser que ni siquiera entiendas lo que firmé (Risas) pero no hago algo así.
En la ciudad de Chateauroux, en Francia, Gerard Xavier Marcel Depardieu nació el 27 de Diciembre de 1948. El padre, René Depardieu trabajaba en ese entonces como un bombero que después le costó bastante apagar las travesuras del joven Gerard. La actuación empezó a los 16 años con un teatro itinerate llamado Café de la Gare, con Patrick Dewaere y Miou-Miou. En cine consiguió roles menores, hasta que llegó la popularidad con la película 'Les Valseuses' de Bertrand Blier. Y con Robert De Niro se destacó en la película '1900' de Bernardo Bertolucci. También ganó la versión del Oscar francés, el César, por duplicado, con la película 'El Ultimo Subte' y 'Cyrano de Bergerac' donde también lo nominaron al Oscar. Así fue como también cruzó el Océano Atlántico para llegar hasta Hollywood con el éxito de la película 'Green Card', antes de aparecer en la versión de Cristobal Colon de Ridley Scott '1492: Conquest of Paradise' y el clásico de 'Hamlet' que después dirigió Kenneth Branagh o la más reciente película donde Ang Lee terminó llevándose un Oscar con 'Life of Pi'.
- ¿Después de haber trabajado con los más grandes maestros del cine internacional como Bertolucci, Ridley Scott, Kenneth Branagh y Ang Lee qué opina sobre la nueva generación de directores?
- La verdad es que no los conozco tanto. Yo no veo mucho cine, ni siquiera veo películas francesas en TV o DVD. Me gustan las series o películas con actores como Bruce Willis. Al principio él no me gustaba, pero ahora me parece una persona extraordinaria. El cine con los locos efectos especiales y personajes completamente increíbles es lo que me atrae. Es verdad. Pero también disfruto con una buena película de Rossellini o Maurice Pialat. Son grandes directores, también Marco Ferreri. En Brasil también tienen muy buenos directores y es un cine que me gusta. Pero no estoy tan familiarizado con los directores actuales.
- ¿Desde su experiencia, quién es más importante para el éxito de una película... el director o el productor?
- Por supuesto, el director tiene mucho que ver con la elección de los actores, pero es algo que los productores también tienen que aceptar. Los productores hoy son grandes compañías o canales de televisión que respaldan un presupuesto. Obviamente, la idea es elegir los actores apropiados para una película. Eso es obvio. Es algo que descubrí en los últimos 20 años. Pero cada vez quedan menos productores. Cada vez es más difícil hacer una película y como director hay que tener cierta determinación para poder hacer cine de la forma que él quiera. Ahí es donde empieza la buena dirección. Hay muchos actores que también quieren trabajar con ciertos directores, para encontrar ciertas respuestas y los actores pueden hacer muchas preguntas (Ríe). Y por supuesto, los directores no quieren demasiadas preguntas de los actores, porque también se vuelven difíciles.
- No hace mucho en medio de las controversias de Ucrania y Rusia, usted dijo que tenía cierto parecido con Putin y que Ucrania era parte de Rusia, pero después usted mismo dejó Rusia ¿Cambió en algo su opinión sobre Ucrania y Putin?
- Yo soy igual que todos. Los conflictos son algo terrible. Conozco al Señor Putin muy bien, me agrada mucho y todavía sigo viajando a la Unión Soviética, perdón, a Rusia quise decir.
- ¿Qué opina entonces sobre Ucrania?
- No tengo ningún punto de vista personal. No creo que tenga que decir nada, porque nadie entiende mucho sobre el tema de Ucrania. Es una historia muy complicada la que tiene con Rusia. Y no tengo ninguna opinión personal para dar. Claro que lo que pasó me chocó como a todos. Conozco bien a Viktor Yushchenko, me encanta la gente de Ucrania pero ¿qué puedo decir sobre el conflicto?. Si hubieran sido americanos, hubiese sido muy diferente. Yo estuve muchas veces con Viktor Yushchenko y él nunca quiso estar en el poder. Y lo bueno de esta persona es que llegó al poder con las manos en sus bolsillos, por decirlo de alguna forma. No lo quería. Pero es muy difícil juzgar a la gente. Lo mismo pasa con Rusia. Hay demasiados grupos étnicos y no puedo decir que conozco muy bien la situación. No me gustan los conflictos porque la gente muere. y me gustan menos aquellos que se involucran en los conflictos y nadie habla sobre el tema.
- ¿A qué conflictos se refiere?
- Estados Unidos, por ejemplo. En nuestra película hablamos del Valle de la Muerte y estoy seguro que 100 o 200 años atrás cruzaron a caballo el Valle de la Muerte, mujeres y niños que deben haber pasado un infierno, particularmente al sobrevivir. Hay que tener un gran temperamento y un carácter muy fuerte para que alguien haya podido viajar a lo largo de todo Estados Unidos. En países como México o lugares donde hay junglas, puede llegar a ser peor que el desierto. Pero en lugares donde hay desierto la gente aparece como santos. En el Valle de la Muerte con la temperatura que hay es muy difícil sobrevivir. Hay que tener una vida interior muy intensa y no hacer demasiadas preguntas, para emerger en la vida.
Con la dirección de Guillaume Nicloux, Isabelle Huppert y Gerard Depardieu interpretan la historia de una pareja que también se llama Isabelle y Gerard reuniéndose seis meses después del suicidio del hijo cuando reciben la invitación para encontrarse en el Valle de la Muerte, en California.
- ¿Cómo fue que aceptó una película como 'Valley of Love' ?
- Me gustó la idea de trabajar con Isabelle Huppert y esta joven actriz extraordinaria, Louise Bourgoin. Me gustó la historia simple de la película aunque tenga momentos violentos. Tiene un misticismo que perturba. Cuando me dieron el guion lo leí enseguida y por supuesto me maravilló la fantasía y todo lo que significa para nosotros, donde los personajes reviven lo que experimentaron 30 años atrás, con la muerte de un hijo.
- ¿Después de filmar una película que habla del suicidio de un hijo, se puso a pensar que viene después de la muerte?
- Hay muchas preguntas que uno no puede responder porque nadie volvió a contarnos lo que se vive después de morir. Es una dimensión muy interesante que tampoco se cubre en muchas películas o ni siquiera muchos libros incluso, no se puede pensar lo que pasa después de la muerte.
- ¿Y el hecho de interpretar un personaje que se parece tanto a usted, al punto de llamarse incluso Gerard, resultó difícil recordar sus propias experiencias con la muerte de su hijo Guillaume que también falleció de neumonía, en el año 2008?
- No, no fue más difícil. No puedo usar el duelo de la muerte de mi hijo Guillaume, pero puedo entender el duelo de la muerte de otra persona que en el caso del rol de Isabelle no vio desde que él tenía siete años y en mi caso desde que él tenía 16. Puedo imaginar el infierno que viven estas dos personas y lo que puede pasar cuando se vuelven a ver. No hay que mirar adentro de nosotros. Solo hay que imaginar lo que viven los personajes. Yo soy un actor que prácticamente me había retirado en esta película. Y el personaje se parece bastante a mi, cuando intepreto alguien que en cierta forma se volvió en un espectador.
- ¿Qué escena es la que le gusta más de la película?
- Lo más hermoso es cuando llegan y se besan. Es magnífico porque es lo que pasa en la vida real cuando viviste con alguien. De repente se besan y ese beso es esencial. Las marcas del tiempo son muy claras en nuestros cuerpos y nuestras experiencias. Es inevitable, pero el amor y compartir algo toman prioridad en la película. Uno puede ser muy sínico sobre la vida, pero en momentos así dejo de ser escéptico y acepto la persona que soy.
- ¿Qué tan cómodo fue filmar interpretando diferentes versiones suyas, con personajes que se llaman tal cual como ustedes?
- El director, Gillaume Nicloux se concentró en la cronología de la historia y quiso filmar cada escena en orden. No sé por que todo tiene que ser tan ordenado, a lo mejor fue el calor, pero no pudimos filmar en orden porque con el calor hubo días que paraban todo si la temperatura subía por encima de ciertos grados. Pero con Isabelle ya nos conocíamos porque vamos siempre a los mismos lugares en París. Ella hace mucho teatro y fue un placer trabajar juntos cuatro o cinco semanas.
- ¿Le gustaría tener más tiempo en el cine, como pasa con el teatro?
- Otras películas se filman en ocho semanas y ahora se filma en cuatro, a veces en tres. Y por supuesto, los actores no somos máquinas. A lo mejor hay actores jóvenes que se aburren y piensan que se aburren, pero la experiencia de filmar una película es muy enriquecedora. Es como leer un libro que plantea preguntas sobre todo lo que nos olvidamos. Así es el cine.