Iram López Se cuentan historias de amor
Si Iram López volviera casarse como hace 13 años pensaría dos veces a quién pedirle que contara su historia de amor en fotografías. Y es que con el tiempo se ha dado cuenta que no solo es disparar con la poderosa Cannon, sino que detrás de cada pareja de novios hay una historia de amor que merece ser contada a través de las fotos.
La historia de este fotógrafo empieza en Piedras Negras, donde nació. Cuando tenía apenas seis años la vida lo llevó a radicar en Tabasco donde creció hasta su juventud, luego pasó por Sonora y terminó regresando a Coahuila, pero ésta vez a vivir en Saltillo.
Iram estudió la licenciatura en Diseño Gráfico, donde trabajó por varios años y descubrió que tenía algo que lo enlazaba fuertemente con la fotografía.
Si Iram López volviera casarse como hace 13 años pensaría dos veces a quién pedirle que contara su historia de amor en fotografías. Y es que con el tiempo se ha dado cuenta que no solo es disparar con la poderosa Cannon, sino que detrás de cada pareja de novios hay una historia de amor que merece ser contada a través de las fotos.
La historia de este fotógrafo empieza en Piedras Negras, donde nació. Cuando tenía apenas seis años la vida lo llevó a radicar en Tabasco donde creció hasta su juventud, luego pasó por Sonora y terminó regresando a Coahuila, pero ésta vez a vivir en Saltillo.
Iram estudió la licenciatura en Diseño Gráfico, donde trabajó por varios años y descubrió que tenía algo que lo enlazaba fuertemente con la fotografía.
Congelar el momento en un clic
Iram está convencido de los clics que puede captar esos momentos mágicos, aunque también está seguro que no todo depende de él, puesto que las cosas pueden complicarse cuando los novios no han sabido transmitir la chispa que los une el Día D.
El error que cometen muchas personas —narra— es que preguntan por el precio pero no por la calidad del servicio y eso, en parte, rompe con la magia del momento. La fotografía —según Iram— no debería ser vista como la contratación de un servicio de segundo nivel sino como algo en que los novios deberían preocuparse más porque implica una trascendencia.
—Estamos documentando una historia que será contada mucho más adelante y tenemos que hacerles ver esa parte de nuestro trabajo. El fotógrafo de bodas tiende a crear una atmósfera de armonía en que la gente se siente a gusto en el momento en el que estamos haciendo fotos para ellos. Es muy importante que la gente vea en nosotros más que en un staff, como alguien que pueda entender la esencia de por qué se están casando, por qué están teniendo ese momento tan importante.
Para Iram es muy importante que los novios le cuenten su historia, y le digan qué les gusta el uno del otro, cómo se conocieron, cómo se declararon... A veces —dice— es importante saber cuánto tiempo tienen de novios porque ellos pueden olvidarse de su clic amoroso.
Hay parejas que duran muy poco tiempo como novios, se casan y son felices para siempre; en cambio, hay otras que tienen tantos años de convivencia que los lleva a un noviazgo turbulento y terminan decidiendo si “se casan o se quedan”. En ocasiones esos novios no se abren de tajo y el fotógrafo se convierte en un vínculo nuevo entre ellos porque crea una manera diferente de verse, de abrazarse, de tocarse y quizá de besarse.
—Mis fotos trabajan en eso, en que ellos se sientan cómodos y se sientan amorosos. Yo trato de tener una relación esencial con ellos, yo veo la esencia de ambos y sé en qué momento transmiten una esencia, juntos, y esa es la parte que no podría explicar porque se siente y se puede vivir en ese momento.
Durante un tiempo Iram creyó en documentar un antes y un después de la boda. Sin embargo, luego cayó en cuenta que antes de la celebración todos los detalles se traducen en dinero, cómo los novios buscan los detalles e incluso hacen una lista de fotografías que quieren.
—Es importante que los novios entiendan lo que tú buscas hacer con ellos. Yo he trabajado con muchísimos amigos y de alguna manera entienden qué estoy pensando, me gusta que se dejan guiar, se olvidan por un momento de lo que deben pagar y se dedican a disfrutar.
Una de las partes más complicada para Iram es cuando se enfrenta a desconocer a la pareja de novios con la que trabajará, porque no conoce sus gustos ni su química y tiene que lograr embonar esa magia.
Los momentos mágicos
—Hace poco estuve presente en una boda donde, mientras maquillaban y peinaban a la novia, su papá era quien la mimaba, le daba de comer, estaba al pendiente de ella. Nunca pensé ver a un papá chipilando a su hija, él sentado a un lado de la cama, le mostraba algunas cosas mientras avanzaban en su arreglo personal.
Esa fue la primera vez que Iram vio a un papá despedirse de esa manera de su hija y aunque pensó en muchas maneras de demostrarle su amor y cariño, fue lo que menos esperó encontrar en la habitación.
—No es una sensación de tristeza, sino una emoción de desapego donde tuve que hacer muchos clics de esa parte porque me dejaron. Ella pudo haberme dicho: ‘No, no me tomes foto’; sin embargo yo tomé la foto en ese momento porque su papá quería demostrar su cariño por ella. Y yo quería capturar ese momento; a veces es muy difícil, porque a mí muchas veces me gana la emoción de ver eso.
Esos son los momentos mágicos de los que habla Iram.
Y es que mientras la gente piensa que uno de los momentos más importantes en la boda es la entrega de la novia en el altar, hay instantes que rebasan la ceremonia misma. Una bendición de mamá antes de casarse, un beso de papá en la mejilla, un abrazo, una mirada, en ocasiones se convierte en los momentos más importantes para una pareja porque reflejan el desapego entre ellos y su familia.
Para este fotógrafo de eventos sociales el matrimonio implica responsabilidad y compromiso con el otro. El apoyo incondicional y el acompañamiento de los dos para emprender una vida juntos.
—No tiene nada que ver si es una boda muy cara. Tiene que ver con una realización personal de su pareja, cuando alguien más te apoya a hacer lo que siempre has soñado, que te acompañe por el camino que siempre has querido ir.
El día de la boda es tan importante como un nacimiento, porque es un momento tan único que no se vuelve a repetir jamás y si lo desaprovechas, lo pierdes.
“De Tripas Corazón”
Desde hace varios años que Iram ha impartido varios talleres de fotografía de eventos sociales y este año organizará el taller “De Tripas Corazón” que está dirigido a fotógrafos de boda y eventos sociales.
Se trata de un taller donde se abordan técnicas para hacer fotografía de boda; sin embargo, es de gran utilidad para un fotógrafo de bodas para que conozcan el momento virtuoso para crear. Salir avante cuando no hay una buena locación, iluminación, entre otros problemas a los que se enfrentan durante los eventos.
Además del taller a fin de año también cerrará el campamento “Creative Camp photo”, un taller donde estarán presentes al menos 11 de los mejores fotógrafos de bodas en México.
Se trata de un proyecto muy ambicioso que pretende que los asistentes conozcan diferentes técnicas de la fotografía nocturna, submarina, entre otras que ofrecerán los 11 gurús de la fotografía de boda, entre los que se encuentran: Bruno Rezza, Iván Castro, Emmanuel Esquer, Danny Cuevas, Erick Pozos, Lázaro Casas, Samuel Luna, entre otros.
El campamento se realizará del 28 al 30 de noviembre en Real de Catorce, San Luis Potosí. El costo es de 8 mil 500 pesos y puede liquidarse en pagos.
Serán tres días de talleres que incluirán todas las actividades, dos talleres exprés a elegir (siete personas máximo por tallerista), todos los coffe breaks, dos comidas, lunch box, traslados en "willis" por la sierra, souvenir del camp, dos noches de taller de foto nocturna y fiesta de despedida.