Los Ángeles. Kobe Bryant se dislocó un dedo a falta de dos minutos para el final del último partido de su carrera ante Spurs de San Antonio (119-113 a favor de los texanos). 

El escolta de Lakers de Los Ángeles dio el susto, se retiró durante unos segundos y Gary Vitti, médico del equipo, le colocó la falange antes de que regresara para anotar la última canasta de su cuenta particular. 

“Traté de ir a por el balón y me resbalé. Mi dedo se torció contra el suelo. Traté de ir a por la pelota de nuevo pero mi dedo estaba mirando para otro lado. No estaba derecho así que Gary usó su magia y me lo colocó. Duele, pero no era tanto el dolor sino el no saber si podía meterlo de nuevo. No hay fractura así que jugaré el domingo”, afirmó Kobe. 

Kobe saboreó su último partido ante San Antonio con 25 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias. Fue el máximo anotador de la cita junto a Tony Parker y tras el susto del dedo, regresó a la duela para anotar su última canasta.

Otro de los momentos más emotivos fue el duelo que vivió contra Tim Duncan, contra el que se ha medido en 82 ocasiones a lo largo de su carrera. Se trata del jugador con el que más veces se ha enfrentado y la química entre ambos sobre la duela fue más competitiva que amistosa, algo que fue una tradición desde que comenzaron a ser rivales en 1997.

“Fue un placer competir con él todos estos años. Hoy tuvimos la oportunidad de tener buenas conversaciones y ha sido muy divertido competir contra él. Lo disfruté de verdad. Me han llevado al límite y han potenciado mi juego. Estoy triste porque esos enfrentamientos no volverán a suceder”, apuntó ante los señalamientos de la prensa.

 “Para nosotros los jugadores lo que hacemos es disfrutar y apreciarnos entre nosotros. No es cuestión de quién es mejor o quién es la leyenda”, comentó.