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Andrea, así funciona el dólar frente al peso
CIUDAD DE MÉXICO.- En los últimos días se armó un zafarrancho en México porque Andrea Legarreta mencionó al aire que el dólar no nos afecta y no es culpa del Gobierno. Esto, obviamente, puso furiosos a muchos en redes sociales, generó una buena cantidad de memes y volvió a encender un tema que lleva provocando insomnios desde 2014.
El problema de lo dicho es que no aporta argumentos, datos ni aborda la cuestión de fondo en un asunto que está dominado por recuerdos económicos tortuosos, percepciones y falta de información. Incluso la conductora remató la polémica con un tuit en el que decía que su trabajo sólo era “leer menciones”.
Para no hacer lo mismo que esta presentadora hay algunas cosas que sería bueno que todos supiéramos sobre el tema del dólar:
1. ¿Quién fija el precio del dólar?
Hasta 1994 México tenía un sistema de cambio “fijo” y el Gobierno publicaba en un decreto cuál sería el tipo de cambio del día. En 1994 se pasó a un tipo de cambio “flotante” que depende del “mercado”, es decir, que la cotización del dólar/peso se define por la oferta y demanda que haya de las monedas: si mucha gente quiere dólares, se requerirá más pesos para comprar cada billete verde (el peso se deprecia); en cambio, si mucha gente viene a invertir a México, está alto el precio del petróleo, aumentan las exportaciones o las remesas y entran muchos dólares a la economía, el peso se fortalece y el dólar baja.
En América Latina los países con tipo de cambio fijo son Venezuela, Cuba y Argentina (aunque el actual presidente quiere dejarlo flotar). Y de los competidores importantes está China, que el año pasado devalúo el yuan para mantener competitividad. Parte de que otros quieran venir a invertir en el país o cambiar sus dólares por pesos tiene que ver con qué tan fuerte, saludable y atractiva para hacer negocios vean la economía frente a otras. Factores como la estabilidad económica, seguridad, estado de derecho y nivel de corrupción por supuesto juegan un papel en esta percepción.
2. ¿Es verdad que otras monedas emergentes están cayendo frente al dólar?
El caso del peso mexicano no es único: El peso colombiano, el real brasileño, el yuan, y muchas otras monedas emergentes han sufrido fuertes caídas o han devaluado desde 2014. Pero más allá del “consuelo de muchos, consuelo de tontos” importa saber por qué ha pasado. Para resumir hay dos factores: las tasas de interés en Estados Unidos y los precios del petróleo.
En 2008 Estados Unidos bajó sus tasas de interés para enfrentar la crisis, estimulando el consumo con crédito más barato. El detalle es que las tasas de interés – aparte del costo del crédito- también es lo que reciben los inversionistas por meter su dinero en los instrumentos de deuda de un país. Como los bonos del Tesoro en Estados Unidos estaban dando muy poco, los inversionistas tomaron sus dólares y los llevaron a países emergentes que ofrecían mejores tasas de interés. Cuando empezaron los rumores de que EE UU ya iba a subir de nuevo sus tasas de interés, esos mismos capitales empezaron a regresar, sacando sus dólares y golpeando las monedas emergentes.
Para acabar de completar el cuadro, el precio de muchas materias primas también se ha desplomado y son una fuente muy importante de ingresos para muchos emergentes. En 2014 el petróleo que andaba arriba de los 100 dólares el barril comenzó a caer y ahora anda en los 30 dólares por barril. Esos dos temas van a traer en jaque a los países emergentes y sí es una situación global, pero lo que pase internamente puede mejorar o empeorar el escenario. Para entender un poco más de qué factores inciden en el precio del dólar contra las monedas emergentes está este video.
3. ¿Esta caída del peso es como la de 1994 o la devaluación de López Portillo?
Por la historia económica de México la apreciación del dólar tiene el efecto psicológico de pánico y cataclismo. El 2008 nos enseñó a todos – y en especial a los banqueros centrales- a dejar de llamar “catarrito” a las potenciales crisis, pero sí hay algunas cosas que son distintas entre 1994 y ahora:
> El efecto del dólar en la inflación. Los mexicanos asociamos el aumento del dólar con la hecatombe porque normalmente venía acompañado de subidas de precios de TODO. En el último año sí han subido muchas cosas importadas o en dólares (por ejemplo las computadoras, smartphones y boletos de avión al extranjero) pero no ha habido un contagio a todos los precios, al menos hasta ahora. La inflación general reportada en diciembre del 2015 fue de 2.13 por ciento anual, la más baja en años, mientras que en diciembre de 1995 estaba en 51.97% anual. La percepción es que sí, que todo está más caro, pero lo precios suben todos los años, el punto es cuánto. Quizás nos demos cuenta de que el aumento general no ha sido de la misma magnitud que la caída del peso si revisamos cuánto gastamos rubro por rubro: vivienda, transporte, alimentación, servicios de telefonía, agua, luz, gas, entretenimiento, etc… A nivel global tiene un poco que ver con que muchas de las materias primas (granos, metales, hidrocarburos) han bajado, pero también con que antes el tipo de cambio fijo era lo último que caía en una economía, cuando ahora que es flotante es lo primero que absorbe impactos.
> El tiempo que ha tardado la caída. No es lo mismo que una moneda caiga 45% en un día que a lo largo de un año. Es un ajuste muy fuerte, sin duda, pero más ordenado y que deja posibilidad a regresar a niveles anteriores si los factores de la pregunta 2 se corrigen.
> No se mezcló con una crisis bancaria. Hace unos meses me preguntaron si la subida del dólar causaría que nuestros ahorros en los bancos desaparecieron. Por extraña que suene la pregunta es de alguien que vivió la crisis de 1994 y que no sabía que aparte de una crisis en la moneda había habido una simultánea en el sector bancario, donde mucha gente tenía deudas de dólares, los bancos no estaban bien capitalizados, no existía buró de crédito y una persona le podía pedir a 5 bancos, no había seguros de protección al ahorro bancario, etc… En este momento las deudas de dólares son bastante menos comunes (y la mayoría de las empresas tienen cierta cobertura con derivados), a los bancos se les exigen mayores requerimientos de capital, existe el seguro del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario y el buró de crédito. Siempre puede existir el riesgo de que algún banco quiebre ¡Claro! Pero es más difícil que muchos lo hagan a la vez con las nuevas reglas.
En los asuntos económicos siempre habrá mensajes de todo tipo, pero el contexto que tengamos es básicos para filtrarlos y tener mejor información para proteger nuestro dinero.
¿En qué nos afecta?
El economista Samuel García, director de Arena Pública explica en qué se equivocaba la presentadora con sus declaraciones.
“La depreciación del peso sí afecta a los mexicanos”, sentencia García. Aunque reconoce que no sólo es culpa del Gobierno, coincidiendo en parte con el resto de la declaración de la conductora.
Pero, ¿cómo ha afecta a la ciudadanía?
1. El aumento de precio en los productos duraderos. Estos son los llamados de “línea blanca”: electrodomésticos y coches principalmente. Muchos de ellos importados. “Los precios de la industria automotriz han aumentado entre un 5% y un 7%, el doble de la inflación nacional”, cuenta García.
2. La competencia nacional aprovecha la coyuntura. Dado que muchos productos importados han aumentado el precio, la competencia nacional ha hecho lo mismo para su propio beneficio. Aunque en su mayoría son artículos de lujo. “Si las corbatas de seda italianas, con un precio de referencia en dólares, tienen un precio mayor, las mexicanas subirán también los costes”, explica el economista, quien explica esta tendencia con un término llamado “fenómeno hormiga”, que se trata de una subida de precios por comparación.
3. Una inflación encubierta. García reconoce que la inflación está muy controlada en México, con un 2,13%, pero asegura que se debe a que todavía los productos básicos no se han visto afectados por la inflación que están asumiendo los productores. “Ahora mismo los precios al productor se han incrementado por encima del 5%, casi el doble de la inflación nacional. Están asumiendo menores márgenes de ganancia debido a la competencia y a la escasa demanda nacional. En cuando mejore algo la economía, la inflación subirá por encima de los salarios de los trabajadores”, advierte el economista.
4. Han aumentado los precios de algunos servicios. Las empresas que tienen como referencia los servicios del exterior, como pueden ser las universidades y escuelas privadas, han aumentado los costes, en este caso, de matrícula, explica García. “Debido a una depreciación cambiaria asumen una inflación a futuro y aumentan los precios”, señala.
5. El coste de los peajes es más caro. Muchos de los tramos de las autopistas mexicanas están operados por empresas privadas y éstas trabajan en su mayoría con componentes importados que se han encarecido por la subida del dólar. El Gobierno ha autorizado para este nuevo año las subidas en los peajes, señala, y añade que “aunque no se trate de una inflación directa, si el camión que transporta los frijoles tiene que pagar más para llevarlos a un lugar, se verá afectado en un medio plazo el precio de este producto básico”.
¿Todo es malo?
Entre los beneficios inmediatos de la depreciación destaca el aumento del turismo extranjero y la ganancia por las exportaciones. No obstante, los mexicanos que quieran viajar al exterior tendrán que asumir una pérdida de poder adquisitivo en el extranjero. Sobre las exportaciones, García se muestra también escéptico: “Hay que tener en cuenta que eso es un beneficio a corto plazo. México sigue siendo un país maquilador. El 40% del valor de lo que exporta se debe a lo que importa”.
Otro de los beneficios, que destaca el economista, es que las familias que reciben remesas del exterior verán traducido el cambio en un mayor número de pesos, lo que aumentará sus ingresos. Pero reconoce que para la mayoría de la población “el ajuste en el tipo de cambio es indeseable, ya que piensa que generará inflación y crisis”.
“La depreciación genera mala expectativa sobre el futuro de la economía y esto va a influir también en un medio plazo a la subida de precios. Se pueden aumentar los costes por miedo”, señala Samuel García. Y concluye: “A corto plazo la depreciación es beneficiosa, pero la ilusión no dura mucho. La devaluación de la moneda puede provocar al final la pérdida de poder adquisitivo de los mexicanos”.
Para recordar
> Tras la crisis de Estados Unidos en el 2008 quienes invertían en ese país buscaron mercados emergentes (como México) que les ofrecieran mejores condiciones. Al fortalecerse la economía gringa, los inversionistas regresaron.
> Las inversiones extranjeras se atraen ofreciendo una oportunidad atractiva de negocios y en esto intervienen factores como la estabilidad económica, seguridad, estado de derecho y nivel de corrupción