La dolarización ahonda la brecha entre ricos y pobres en Tijuana

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La dolarización ahonda la brecha entre ricos y pobres en Tijuana

Se disparan las rentas de inmuebles, tasadas en dólares, y los precios de la canasta básica

Tijuana, BC. Todas las mañanas la mayoría de los tijuanenses se despiertan con tres preocupaciones: cómo amaneció el precio del dólar, cuál es el pronóstico del tiempo y de cuánto es la espera en las garitas de cruce a Estados Unidos.

En una ciudad donde las rentas se tasan en dólares y el billete verde es moneda corriente (se puede pagar el súper, la lavandería o la gasolina con él), la depreciación del peso ha resultado devastadora para un grupo, y de gran beneficio para otros, sobre todo los maquiladores y el sector agroexportador.

Esta frontera es la más dolarizada del país, no sólo porque forma parte de una zona metropolitana que incluye a San Diego (una de las ciudades más ricas de California), sino porque es la frontera terrestre más transitada del mundo; todos los días la cruzan 50 mil vehículos y 25 mil personas (por un puente peatonal).

La inmensa mayoría de ellas se levantan entre las 4 y las 5 horas para llegar a tiempo a sus trabajos en centros comerciales, fábricas o restaurantes del sur de California, según la Administración de Servicios Generales de Estados Unidos (GSA, por sus siglas en inglés).

Antes, una gran cantidad de tijuanenses llevaba a sus hijos a las escuelas del otro lado. Sin embargo, las largas filas y las minuciosas revisiones a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York hicieron desistir a muchos.

En la actualidad, algunos días los ciudadanos tienen que formarse más de dos horas, aunque San Diego está a 20 minutos en automóvil cruzando la garita, y a unos cuantos pasos los centros comerciales de San Ysidro y la conurbación de Imperial Beach.

Un efecto negativo de la economía dolarizada de esta frontera lo padecen quienes rentan su casa o el local de su negocio. La Cámara Nacional de Comercio en Pequeño ya pidió al Congreso local que obligue a los arrendatarios a firmar contratos en pesos.

Uno de los usos y costumbres es que los contratos para locales en plazas comerciales, pero también para departamentos, se pactan en dólares. Así, quien rentó una oficina o un local en mil dólares en enero de 2015 pagaba 13 mil pesos y ahora debe desembolsar 18 mil, 38.4 por ciento más.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) en Mexicali, Juan Manuel Espinoza Rodríguez, informó que de los 235 negocios afiliados en la capital del estado, 90 por ciento tienen contratos de renta en dólares.

Explicó que son convenios privados y no hay opción, sobre todo en plazas comerciales. El argumento de los administradores es que ellos tienen contratos en la misma divisa.

En el mercado Hidalgo de Tijuana los precios de los productos que integran la canasta básica se han disparado, a pesar de que en la frontera el dólar está casi siempre un peso más barato que en el centro del país, porque hay más circulante.

La cebolla y el jitomate cuestan 30 pesos el kilo y la calabacita alcanzó un máximo histórico de 55. Un kilo de carne vale 150 pesos, más de 10 por ciento del salario semanal de un empleado de maquiladora, que es de mil 200 pesos en promedio.

El sector maquilador es uno de los ganadores. La depreciación del peso frente al dólar hace que empresas ahorren hasta 14 mil dólares por semana sólo en nómina, reveló el presidente de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO), Rodolfo Valtierra.

Pero esta situación no beneficia al trabajador, porque estamos en una zona dolarizada donde los productos que se consumen todos los días cuestan más; entonces el salario que tenía la semana pasada no le ajusta para ésta.

Los 56 mil dólares que una maquiladora ahorró en un mes con la devaluación los perdió el trabajador en poder adquisitivo, planteó el líder de 219 empresas registradas en la AIMO, que emplean a 68 mil 300 trabajadores.

Otro sector favorecido es el agroexportador. En el sur del estado, en el valle de San Quintín (municipio de Ensenada), se asientan unas 105 grandes empresas productoras de fresa, frambuesa, pepino y jitomate, entre otros productos que exportan, fundamentalmente a Estados Unidos, pero también a destinos tan lejanos como China. Son las que hace un año tuvieron un conflicto con 60 mil jornaleros agrícolas, quienes nunca consiguieron que les pagaran 200 pesos el jornal.

Aunque ninguno de sus socios ofrece información sobre sus ganancias por la depreciación del peso, al igual que las maquiladoras, venden en dólares y pagan entre 115 y 170 pesos al día a los jornaleros.