Amparo Dávila recibe la Medalla Bellas Artes

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Amparo Dávila recibe la Medalla Bellas Artes

La escritora se caracteriza por su uso único de la ficción y entre sus fanáticos se encontraba Julio Cortázar. Foto: Archivo
El galardón le fue otorgado por sus sobresalientes aportaciones al arte y la cultura de México

México DF.- Flores amarillas embellecieron el escenario que recibió el martes, entre aplausos, a la narradora y poeta zacatecana, Amparo Dávila, quien en silla de ruedas, recibió la Medalla Bellas Artes por sus sobresalientes aportaciones al arte y la cultura de México.

Su rostro marcado por la vida daba testimonio de sus más de 87 años. Su voz fue como un murmullo, como un susurro suave al oído que logró recorrer toda la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la cual, por cierto, se encontraba en su totalidad llena.

“Con profunda emoción recibo esta medalla que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) me ha otorgado de manos de su directora, María Cristina García Cepeda, un honor que me enorgullece grandemente. Para la directora y sus colaboradores mi profundo agradecimiento por su generosidad hacia mi obra”, expresó Dávila.

 

Foto: Archivo

Durante la ceremonia se realizó un análisis de la obra de Dávila que estuvo a cargo de Mauricio Montiel, coordinador nacional de literatura; Georgina García Gutiérrez, investigadora y docente; y por el investigador Evodio Escalante.

Los investigadores desmenuzaron la obra de Dávila. La alabaron, aplaudieron y reconocieron su estética y la forma que tiene para entrelazar la fantasía con la realidad. Afirmaron que pertenecía a la llamada “Generación del medio siglo”. La llamaron “Decana de la imaginación en México”. Además se proyectó un video que resumía la trayectoria de la cuentista zacatecana.

María Cristina García Cepeda, directora general del INBA, fue la encargada de entregarle a Dávila la medalla que la reconoce como una “privilegiada de la literatura fantástica de Latinoamérica”.

“Nos ha reunido esta noche una de las artes que disfrutamos sobre todo en soledad porque nos habla de nosotros mismos haciendo música con las palabras. La literatura expresa nuestra naturaleza de tal forma que es capaz de atraparnos hasta hacernos vivir las experiencias de otros. Nuestra querida homenajeada nos sumerge en un mundo extraordinario, donde lo mágico, lo sobrenatural y lo inexplicable nos hechizan haciéndonos creer en un mundo impenetrable”, expresó García Cepeda.

Además afirmó que Dávila creó una narrativa que explora las orillas del sueño, de la locura y de la muerte, escenarios donde su pluma ha penetrado con curiosidad, lirismo y humor negro. “Sus relatos nos han enfrentado a lo más oscuro de la esencia humana, la angustia, el miedo, lo sobrenatural, lo misterioso, lo siniestro evidenciando la delgada línea que separa la cordura de la sinrazón”.

Dávila con sonrisa en el rostro respondió diciendo que su obra tiene “un rigor estético basado no solamente en la perfección formal de la técnica, en la palabra justo, sino en la vivencia. La sola perfección formal no me interesa porque la forma no vive por sí misma, es digamos sólo la justificación de la escritura. Hay textos técnicamente bien escritos, pero que naces muertos”.

La crítica especializada considera que Amparo Dávila es una de las pocas cuentistas cuya literatura parece rebasar la realidad sin entregarse por completo a la fantasía, una de las características que impresionó a Julio Cortázar, con quien entabló una amistad duradera: “Hemos sido muy amigos, aún lo somos, porque siento que no se ha ido. A él gustaba lo que yo escribía”.