Michael Fassbender. El intérprete perfecto
Aunque es famoso por su rol del adicto sexual de 'Shame' o el antihéroe de Magneto en las películas de 'XMen' y la nominación al Oscar de la más seria película de '12 Years a Slave', Michael Fassbender cruza ahora las fronteras de Hollywood, para demostrar sus verdaderas raíces europeas, con el clásico de Shakespeare 'Macbeth' que filmó en Escocia al lado del glamour francés de Marion Cotillard, con un paso por el Festival de Cannes que también eligió para el estreno mundial.
¿Se siente la presión al momento de aceptar el rol protagónico de un clásico como Macbeth?
- Sí, da terror la simple idea de protagonizar una obra de Shakespeare, seguro. Pero una vez que empecé con la preparación, el trabajo tapó todas las presiones. Esa es la mejor solución para los típicos nervios de una actuación. Me zambullí adentro del guion apenas tomé la decisión, sabiendo que el tren iba a salir de la estación en cualquier momento. Siempre depende si uno ya está metido adentro, cuando llega el momento.
¿Llegaste a ver otras versiones de Macbeth durante esa misma preparación?
- Sí. Vi varias rendiciones de la historia, todas las versiones que pude o que estaban disponibles, las vi. Busqué toda la ayuda que estaba en mis manos. Y la versión de Kurosawa es mi favorita, entre todas.
¿Y cuál resultó el más grande desafío del rodaje?
- Supongo que lidiar con el lenguaje, al principio. Para mí fue como un rompecabezas tratar de romper ese ritmo de acento europeo. Y después, tuve que asegurarme que había explorado todas las avenidas posibles. Lo bueno de Shakespeare es que hay muchas formas de interpretarlo, hay miles de opciones y el lenguaje puede ser también interpretado de diferente forma, creo. Por eso me deprimí tanto al final, cuando terminé de explorarlo todo, pero supongo que es el mejor testamento de Shakespeare. Es por eso que todavía estamos haciendo una obra como esa, hoy, porque el lenguaje sigue siendo tan extraordinario como la historia.
El perfil europeo de Michael Fassbender lo demuestran sus documentos, al haber nacido el 2 de Abril de 1977 en Alemania, en la ciudad de Heidelberg. Pero apenas tenía dos años cuando se mudó con la familia a Irlanda, aunque en el verano seguían volviendo a Alemania. A los 17 años, él descubrió que quería ser actor cuando consiguió un rol en una obra de teatro y dos años después, decidió mudarse a Londres para estudiar en el Centro Dramático de Londres, aunque terminó abandonando los estudios para ir de gira con la Compañía de Teatro de Oxford, con la obra de teatro 'Three Sisters', mientras también se ganaba la vida trabajando en bares o repartiendo el correo. El éxito igual lo encontró del otro lado del Océano Atlántico, cuando Steven Spielberg lo contrató para la miniserie de HBO sobre la Segunda Guerra Mundial 'Band of Brothers'. En cine, se destacó con el rol de Stelios en otra película de guerra famosa '300'. En Cannes también llamó la atención con la película 'Hunger' donde se preparó con una dieta estricta de apenas 600 calorías diarias. Pero volvió a Hollywood, con otra película de guerra más famosa todavía: 'Inglourious Bastards' de Quentin Tarantino. También contó el origen de la guerra de X-Men, detrás del personaje de Magneto, mientras encontraba un lado mucho más sensual como el adicto sexual de 'Shame', antes de recibir la nominación al Oscar de '12 Years a Slave'. Y mientras se prepara para una tercera película de 'XMen: Apocalypse', es muy posible que esté entre los próximos nominados al Oscar por su trabajo en 'Macbeth'.
¿Te acuerdas la primera vez que supiste de Macbeth o Shakespeare?
- La primera vez que me crucé con Macbeth, creo que yo tenía 15 años, porque era parte del programa escolar. Y después lo volví a ver otra vez, cuando ya estaba en la escuela de teatro.
¿Y qué encontraste de nuevo, con esta película?
- Nunca se me ocurrió que este personaje podía llegar a sufrir un stress post-traumático. El director me lo mencionó en una de nuestras primeras conversaciones y eso cambió todo. No es el hecho de matar tanta gente o ver tantos soldados en una batalla, a diario, es el hecho de pelear con tus propias manos. La espada es el arma de elección pero también hay que atravesar la piel de alguien o cortarle un hueso, para volver a sacar de nuevo la espada. Y si la espada falla… levantar una roca para tratar de romperle el cráneo a alguien. Esa clase de imágenes son las que traté de explorar, para encontrar la fractura del personaje desde el principio, por la idea de que tiene con las alucinaciones. Hoy sabemos que los soldados vuelven de Irak o Afganistán y describen el stress post-traumático con todo tipo de alucinaciones. Pueden estar caminando por la calle y de pronto sienten que están en medio de Basra. Eso es lo que me dio una mejor idea, al principio, con el personaje, para entender la razón que ve brujas, pensando si realmente están o no están ahí.
¿Y es posible separar por completo la ficción de la realidad sin llevarte a casa esa clase de emociones de tu personaje?
- ¿Si me llevó algo del personaje a casa, al final del día? Es inevitable quedarme con algo, pero trabajo duro para dejarlo todo en el piso, durante el día de filmación. Muchas veces, paso bastante tiempo preparando todo para que cuando llega el día del rodaje pueda dejarlo todo ahí, explorando mejor la actuación. Pero por supuesto, cuando vuelvo a casa, incluso en el viaje de vuelta, siempre existen los planteos si no hubiera sido mejor hacerlo de otra forma. Por eso trato de encontrarme con amigos al final del día que me paren y digan "¿De nuevo estás hablando de tu personaje?" (Risas). Es inevitable.
¿Lo peor de haber filmado en Escocia?
- Whisky y whisky. Las condiciones fueron bastante difíciles, pero tampoco encontré nada negativo. El viento, el frío y el granizo sirvieron para la historia incluso cuando lo complicó todo realmente. Tengo recuerdos maravillosos de Escocia.
¿Se nota la gran diferencia entre una versión de Macbeth del teatro y el cine?
- Absolutamente. Para mí, tratar con Shakespeare y la idea clave del ritmo del lenguaje es lo que dicta todo. Es algo que también hay que respetar mucho, manteniendo la verdad de su mentalidad y lo que tratamos de hacer en términos de intimidad, en términos de observar al personaje que se destruye desde adentro. En ese sentido, creo que el director Justin Kurzel fue muy inteligente al mostrar a Macbeth hablando con figuras imaginarias, porque le da una mejor idea al público del estado mental, además de ayudarme también como actor. La escena de la daga imaginaria flotando por el aire es una escena muy difícil, pero me pareció muy inteligente mostrar el fantasma que se presenta al principio de la escena de la batalla. Es una imagen muy poderosa.
¿Cómo describirías a Macbeth desde tu punto de vista?
- Mucha gente cree que Macbeth era muy justo gobernando, pero él es un soldado. No es político. No es un rey. Por eso creo que la ambición, sí, la ambición es algo muy peligroso. Todos lo sabemos. Podemos verlo en el mundo en que hoy vivimos, sabemos lo que significa el egoísmo y la ambición desmedida.
¿Y qué te pareció la interpretación de Marion Cotillard como Lady MacBeth?
- Creo que fue muy especial la forma en que Marion interpretó a Lady McBeth, con la idea de una mujer ambiciosa y manipuladora. Pero creo que también le agregó soledad al personaje. Yo siento que ella estaba demasiado sola, con un esposo que estaba siempre en campaña, sin verse entre 6, 12 o 18 meses. Y la ambición que desean es algo que piensan que puede cambiarlo todo en la relación, aunque no sea el caso. Es el clásico escenario de tener mucho cuidado en los deseos que pedimos.
¿Y a nivel personal, qué descubriste de especial en Marion Cotillard?
- Marion es lo mejor que tenemos en este negocio. Ella trae su gracia a todo lo que hace. Es algo interior que tiene y al mismo tiempo, es muy humana. Creo que cuando interpreta un personaje, el público siente que tiene un espejo en frente, donde pueden ver algo de ellos, en ella. Y para interpretar este personaje, muestra un lado muy humano de Lady Macbeth. En los ensayos trabajamos muy bien juntos y una vez que empezamos a filmar la película, ni siquiera necesitamos discutir nada. Simplemente nos presentamos delante de la cámara encendida y disfruté esa forma de trabajo. Es un absoluto privilegio trabajar con alguien así.