El rey que supo ganarse el trono: Juan Carlos I cumple 70 años

mundo

Usted está aquí

El rey que supo ganarse el trono: Juan Carlos I cumple 70 años

Madrid.- Hace apenas unos días, el rey Juan Carlos volvió a demostrar por qué es la más respetada en España. El monarca, que este sábado (5 de enero) cumple 70 años, hubiese podido despedir el 2007 tranquilamente en el palacio de La Zarzuela con su familia, sobre todo después del inusitadamente complicado año vivido por la Corona.
Pero el monarca prefirió desplazarse en un arriesgado viaje a Afganistán, acompañado por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y brindar con los soldados españoles destacados en aquel país.

Las imágenes del rey, en su uniforme de faena y con el apellido "Borbón" bordado en su guerrera, dieron la vuelta al mundo. Así como dieron la vuelta al mundo semanas antes las imágenes en las que el monarca espetaba el ya famoso "¿Por qué no te callas?" al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la Cumbre Iberoamericana de Chile.

En un año muy movido para la Casa Real española estuvieron también la muerte de la hermana menor de la princesa Letizia, la polémica por una caricatura sexual del príncipe Felipe y su esposa, la quema de fotos de los reyes a manos de independentistas catalanes, las peticiones de abdicación dirigidas al monarca por un conocido locutor de la cadena COPE, propiedad de la conferencia episcopal, y la separación matrimonial de la infanta Elena, la hija mayor del rey.

Un auténtico "annus horribilis", según lo describieron algunos comentaristas especializados en la Casa Real. El rey incluso se vio obligado a defender públicamente la monarquía parlamentaria, al recordar que ésta ha determinado "el más largo periodo de estabilidad y prosperidad en democracia vividos por España".

En un año tan convulso, al que, sin embargo, puso alegría el nacimiento de la infanta Sofía, la segunda hija de Felipe y Letizia, el rey quizás se habrá acordado de sus comienzos como jefe de Estado, hace 32 años.

Porque no siempre Juan Carlos I ha podido sentir el afecto de los españoles. "El trono hay que ganárselo día a día", dijo alguna vez el monarca, rememorando la reciente historia del país. Cuando Juan Carlos de Borbón y Borbón fue proclamado Rey el 22 de noviembre de 1975, España era una país políticamente dividido.

Juan Carlos era considerado en amplios sectores una "marioneta" del dictador Francisco Franco. El propio "Caudillo", bajo cuya tutela fue educado desde su regreso a España en 1948, lo había designado en 1969 como su sucesor. Esto se cumplió dos días después de que el "Generalísismo" muriera, el 20 de noviembre de 1975.

El rey tenía apenas 37 años. Y la tarea que afrontaba era más que difícil. Pero Juan Carlos I no tardó en ganarse la confianza de los españoles al convertirse en una de las figuras clave de la transición democrática de un país que vivió desde 1939 bajo la mano dura del general Franco.

Ya en su discurso de proclamación, el monarca anunciaba la apertura y democratización de España. De forma sosegada y diplomática comenzó a impulsar reformas, teniendo cuidado en no romper de forma abrupta con el antiguo sistema y, a la vez, buscando el consenso con la oposición, ganándose incluso el respeto del Partido Comunista (PCE) y dejando atónitos a todos aquellos que vaticinaban su fracaso apodándole "Juan Carlos, El Breve".

"Quiero ser un paraguas para todos", manifestaba Juan Carlos en otoño de 1976. Y lo tuvo que demostrar también aquél 23 de febrero de 1981, cuando su intervención fue esencial para acabar con el intento de golpe de estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero. Apoyado por unos 200 oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, Tejero, arma en mano, irrumpió en el Parlamento, tomando como rehenes a los diputados y al gobierno. "La Corona, símbolo de permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático", proclamaba Juan Carlos de madrugada en una mensaje a la nación, vestido con uniforme militar y en su calidad de jefe de las Fuerzas Armadas.

"España, un país de larga tradición republicana, es en la actualidad mayoritariamente monárquico; o, en cualquier caso, juancarlista", constataban años después los historiadores. En todo caso, a los demócratas en España poco parece importarles que el sistema en el que viven es una monarquía. Así lo corrobora una reciente encuesta, según la cual éste es el sistema político "ideal" para el 69 por ciento de los españoles, frente a un 22 por ciento que se pronuncia a favor de la república.

"Juan Carlos podría haber sido un excelente presidente de una república", opinó en su día incluso el legendario líder comunista Santiago Carrillo, antes un acérrimo crítico del rey. A la popularidad de la Corona -que como tal ni siquiera existe en la monarquía española, así como tampoco una corte real- contribuye también que la familia real no hace ostentaciones de su condición y se desenvuelve con completa naturalidad.

En vez de vivir en el fabuloso Palacio Real en el centro de Madrid, los reyes residen en el más bien modesto Palacio de la Zarzuela, en las afueras. El lujo, desde luego, no falta. No por ello falta, empero, la cercanía con sus "súbditos", a los que el rey suele tutear, si bien se exige que éstos, según la tradición de los Borbones, le llamen "Su Majestad". El rey es un gran deportista, amante de las competiciones de vela, potentes automóviles y motos, de los aviones y del esquí.

La popularidad, sin embargo, no ha evitado que también el monarca se convirtiera en blanco del terrorismo del grupo armado vasco ETA. En Mallorca, donde la familia real suele veranear, la policía desbarataba en agosto de 1995 un intento de atentado en su contra. Nacido en Roma el 5 de enero de 1938, en plena Guerra Civil española, Juan Carlos pasó su infancia en el exilio en Italia y Portugal antes de regresar a su país en 1948.

Tras completar sus estudios militares y universitarios, se casó con Sofía de Grecia, hija del rey Pablo I, el 14 de mayo de 1962. Exactamente quince años después, su padre, Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, le cedía todos sus derechos dinásticos.