Los Congresos de Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Durango, Estado de México, Jalisco, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Tabasco y Tamaulipas votaron ya a favor de la reforma constitucional que desvincula el salario mínimo como referencia de multas, sanciones penales, reglamentos… Son 13 Congresos. 

Otros cuatro, al menos, lo harían esta semana. La mesa quedaría puesta para que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos calcule el aumento para 2016 con los viejos criterios, o con este nuevo panorama.

Para el Gobierno del DF, gran promotor de la desvinculación y de un aumento considerable al mínimo, este es el momento para dar el salto que cambie las condiciones de vida de millones de personas. Según sus cálculos, no habrá pretextos para no llevar la cifra a 86 pesos y 33 centavos diarios, que es la línea que Coneval determina como de mínimo bienestar.

“Si insisten en poner pretextos para no llegar al 86.33 es que no están tomando en cuenta a los trabajadores que menos ganan”, me dijo ayer el secretario de Desarrollo Económico del gobierno del DF, Salomón Chertorivsky. “Es una oportunidad que no se había presentado en una generación. El salario mínimo ha estado anclado 37 años. Ahora se podrá discutir en otros términos. No se puede desaprovechar la oportunidad a favor de los mexicanos que, trabajando duro, no llegan al fin de quincena con dinero para comer”.

El Gobierno del DF repite que puede argumentar la viabilidad y urgencia del 86.33 con solidez económica y jurídica. Pero la Secretaría del Trabajo y la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos no parecen entusiasmadas con las prisas. Explican que, aparte de la aprobación en los 17 Congresos, faltaría la publicación de la reforma constitucional para que no queden dudas de la desvinculación del mínimo. Y eso en las pocas sesiones de Congreso que restan luce improbable.

Hace unos días, el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, me dijo que gracias a la conjunción de distintas variables, el mínimo se ha recuperado en términos reales un 5% en 2015. Y que confiaba que por la baja tasa de inflación, la Comisión podría ir un punto más allá del índice inflacionario. Eso significaría un aumento del orden de 4%, que pondría el salario alrededor de los 73 pesos: 18% debajo de lo que busca el Gobierno de Miguel Ángel Mancera.

“Esperamos que escuchen el mandato de la democracia, la unanimidad con la que votó el Congreso a favor de la desindexación, la velocidad con la que están votando los Congresos estatales”, concluye Chertorivsky. “Sería realmente una locura que hagan como que no escuchan”.

No sé si una locura, sí una oportunidad perdida por el Gobierno del presidente Peña Nieto y la Comisión para comenzar la travesía que deje atrás al México donde se paga entre mal y muy mal.

Sí al 86.33. Sí se puede.
 
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