‘Yo solo anhelaba estar entre sus brazos’

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‘Yo solo anhelaba estar entre sus brazos’

ESTIMADA ANA:

Comenzaré por decirle que tengo 35 años de edad y jamás he tenido una relacion de pareja, mi relación con el sexo opuesto no es la mejor, a pesar que soy una mujer bien educada, con estudios  y atractiva.

Le escribo porque tengo un problema: trabajo a las afueras de la ciudad y cada semana debo conicidir con un hombre del que me he enamorado profundamente. Él trabaja aquí, pero es casado.

Con el tiempo sin darme cuenta descubrí que lo quiero pero he escuchado rumores que es amante de otra compañera de trabajo, he visto que desayunan, comen y meriendan juntos en la oficina.

Para que tenga sentido lo que es estoy escribiendo, debo mencionar que nos hicimos amigos por facebook y durante los últimos tres meses solo escribíamos para saludarnos, pero de pronto una noche  comenzamos a platicar de manera muy amena y en una de esas conversaciones me confiesa que le gusto mucho, que se estaba resistiendo porque quería que yo encontrara a alguien que me valorara, que su supuesta amante lo quiere mucho (me dijo que no son amantes, aunque yo sé que sí lo son).

Nuestras conversaciones continuaron , hasta que una tarde fui sincera: le dije que me gustaba mucho y que buscaba en él a un amigo íntimo.

Le dije que él podia reservarse todos los derechos y yo aceptaba, a cambio de obtener afecto, cariño. Le gustó la idea, pero todo cambió cuando cometí el error de confesarle que yo nunca había estado con un hombre.

Él se retractó de todo y aunque al parecer al final había aceptado, sucedió lo peor: su esposa descubrió mis últimos mensajes por celular y él tuvo problemas con ella. Ese mismo día me avisó personalmente que me daría de baja del facebook, de manera que su mujer no pudiera localizarme.

Me comentó que su esposa es bastante agresiva y capaz de venir a buscarme al trabajo. Está de más mencionar que rechazó mi “oferta”-

Ana no me critique por intentar seducir a un hombre casado, yo sé que es incorrecto, no es la forma como me educó mi madre, yo solo anhelaba estar en los brazos del hombre que quiero, aunque sea por unos minutos experimentar el amor fisico.

Me siento tan desilusionada y lo más triste es su actitud hacia mí,  se ha vuelto muy distante, ya no me saluda como antes, ni me habla como solía hacerlo, siento que puso otra barrera.

Por supuesto, aún comparte el comedor con la otra compañera de trabajo, se exhibe con ella incluso delante de mí, lo cual me lastima aún más porque no puedo dejar de quererlo. Siento odio hacia mí misma por no ser lo suficiente capaz de obtener el amor de un hombre, tampoco puedo perdonarme haber llegado virgen a mi edad siento que he fallado como mujer, mi condición física me agobia y es un conflicto para mí y no ayuda en las relaciones de pareja y lo que me sucedio con este hombre lo demuestra.

Me odio por ser distinta al resto de las mujeres que se cruzanen mi camino , pero esa es otra historia. Agradezco su respuesta. 

     DORA 

ESTIMADA DORA:

Ahora menos que nunca debes dejarte vencer por una situación que de antemano suponías que era imposible que sucediera. Afortunadamente estás consciente de que no era el hombre indicado, que además le es infiel a su esposa y que aceptó una propuesta de una tercera mujer, sin importarle las consecuencias.

Sé que es difícil, te ilusionaste y tus expectativas a su lado fueron muy altas, creíste que podías mantener una relación de ese tipo solo para sentirte aprecidada o deseada por alguien.

Es urgente que comiences a ver por ti, que valores la mujer que eres y que te convenzas que no puedes aceptar solo las migajas de alguien. Convéncete que tú vales mucho y que tarde o temprano la vida pondrá en tu camino a un verdadero hombre que te quiera de verdad, sin necesidad de elaborar contratos ni llegar a acuerdos.

Si crees que es necesario, busca ayuda profesional, es importante que comiences a recuperar tu autoestima, que logres quererte por lo que eres y por cómo eres. El primer paso se da así, pensando en uno mismo antes que en nadie más. Un abrazo sincero, ¡ánimo!.

        ANA

 

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