Yo no soy Julieta

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Yo no soy Julieta

Ilustración: Vanguardia/Esmirna Barrera
'Primero fue ella, luego yo y de nuevo ella, otra vez yo, ahora ella y quién sabe después. La verdad podríamos ser un trío activo si ella no fuera tan fea', escribe Tania Plata en un cuento para #PáginaSiete

POR: TANIA PLATA

Para Romeo Valentín

Quién será esa infame que no deja que yo te ame
Si yo la encontrara le partiría esa cara"

‘Bolero falaz’, Aterciopelados

 

Te veo sorber del vaso, Coca Cola. Te digo que ella es linda, mientras el recuerdo de tu lengua humedece mis labios interiores. Pero miento, ella no es linda, es poco agraciada, realmente es fea. Pero eres mi amigo, ella es tu novia y yo no soy Julieta, así que para términos de esta velada: ella es linda, nosotros sólo fuimos amigos (en realidad así fue, es y será) y esta cena es para que “no” quede duda de eso.

Ella regresa del baño, me sonríe y toma tu mano. Yo, la verdad, trato de no ser malvada pero no puedo. Utilizo las ventajas de ser bonita y bendecida, mi escote con sus tatuajes siempre hace chispear tu mirada lasciva detrás de las micas de esos lentes de chico intelectual. Ella te suelta la mano y corta su carne. Corto mi carne. Cortas tu carne. Silencio.

Ella recupera el aliento, me cuenta de sus viajes a España, de las trenzas que le hicieron los indígenas de un lugar innombrable, de que pronto irá a dar la vuelta por Alemania, Inglaterra y Holanda. Todo es fantástico. Ella y su cámara. Treinta y tantos años bien aprovechados. Sin gastar en una buena crema para desvanecer las marcas del acné de la adolescencia y haciéndose la hippie para justificar ser desaliñada. Pero va con ella, va contigo. Tú tampoco te peinas. Pido otra cerveza, esta vez también una para ella y otra para ti. Sé que esto no es una competencia. Así que me ahorro mis aventuras, claro, no tan lejos, esas mismas que escribo y que nos llevaron a conocernos y por las cuales te autoproclamaste mi grupie. Tres libros publicados y ya gozo de ti y de otros. Vuelvo a la plática, digo puras anécdotas graciosas de nosotros, es que no puedo dejar de ser mala, claro que me contengo del final de cada una de ellas, no es de amigas contar cómo la lengua del novio de la otra humedece perfectamente y encuentra el punto exacto del orgasmo de la otra. Aunque si fuéramos amigas, la acompañaría a comprar un sostén que la favoreciera.

Hablo de mi gato. Me gustan los gatos. De hecho, tú eres como un gato: tierno, curioso, con patitas suavecitas al acecho, dejas que una se contoneé alrededor de ti  y, de pronto, sacas tus garritas que atrapan, entonces me convierto en tu presa. Eres seductor y un tanto mustio, como si fueras un gatito esponjoso con apetito de tigre. Pero sí qué me gustas. Sigo hablando de mi gato. No me importa verme nada intelectual ante una chica que no conoce un espejo, peine o simplemente el amor propio. No sé qué le encuentra de interesante a mi vida, si ella ha visto la mitad del mundo a través de su cámara, y lo único que tenemos en común es verte desnudo atravesar tu departamento. Ja. No me rio de su intento de chiste, me rio de que somos algo así como hermanas de semen, de cama.

Soy una mujer ilustrada, llevo flores y mariposas por casi toda la piel y, ahora que no traigo la chaqueta de cuero, me levanto al tocador y dejo que todo el restaurante disfrute la tinta sobre mi cuerpo. Aunque no es una competencia, me siento muy aventajada. La discreción de mi cuerpo la dejaré junto con ese amor indefinido que siento por ti.

Me veo en el espejo, adoro mis lentes de hipster, acomodo mi cabello detrás de las orejas y pinto mis labios. ¿Por qué pedirme esta cena? ¿Por qué le hablaste tanto de mí si yo nunca fui tu Julieta? ¿Por qué andas con una fea? Me lastimas el ego, no sé, igual tiene linda el alma. Después de tu llamada, de ver su perfil en Facebook, sentí una perdida. Porque ahora ya no somos esa clase de amigos y tampoco sé qué demonios somos o qué hago aquí: tragando pedacitos de carne blanda, platicando de Alemania y de mi gato, haciéndonos pendejos los tres, bien que sabemos que somos un trío a destiempo. Primero fue ella, luego yo y de nuevo ella, otra vez yo, ahora ella y quién sabe después. La verdad podríamos ser un trío activo si ella no fuera tan fea. No puedo dejar de sentir esto. ¿Por qué ella? Y no, no son celos, te he visto ser coqueto con otras, me cuentas tus aventuras con las chiquillas practicantes, con las licenciadas, con la que se te ponga enfrente y me agrada ser tu cómplice, saber qué pasa en tu cama cuando no estoy, es excitante. Pero ella, ella en particular, me haces sentir menos hermosa, menos bonita. Me siento una más de las feas que pasaron por tu cama. Me tambaleo en mis zapatillas, como si el rojo no pudiera sostenerme más. Esto está mal, tú estás mal.

El postre. Fresas con crema. Ella te las da de comer en la boca. Se besan. Te incomodas, pero la abrazas. Qué lindo eres. Entonces vuelvo a mentirles y les digo que se ven muy bien juntos. Ella te sonríe y te besa otra vez. Sólo falta que se pare y te mee como perro a un hidrante. Ya sé que eres de ella. Que se comporte la perra. Para esto es la cena, para que yo comprenda que son novios, que si te quiero o no, pues…

Dejo las fresas con crema para otra ocasión, verlas en sus bocas compartidas me provocó asco. Es que podré ser suave, pero no puedo ser blanda. Y prefiero la cereza del pastel, esa que ni siquiera planeé. Un tipo de la mesa del fondo nos invita otras cervezas, con dedicatoria a la señorita: yo. Volteas con esa indudable pose de celos de macho defendiendo a su hembra. La fea también voltea, después te mira, es que no es tonta, es fea y lo sabe todo: supongo que ha de gozar de esos nuevos trucos que intentamos juntos. Lo admito: te veo y ya te extraño, pero sólo pretendes ser mi amigo y así está bien, así te amo. Agradezco las bebidas levantando coquetamente la botella. Ahora todo es perfecto. Aquí la linda soy yo. Aunque ella sea Julieta.

Tania Plata
ESCRITORA (Ciudad de México, 1983). Ha publicado los libros de cuentos El desierto de Diana y otras chicas PlayBoy (ICED, 2010), Soundtrack (ICED, 2013) y Malcriadas miniatura (Nitro Press, 2013). Cuentos suyos aparecen en la antología Lados B  (Nitro Press 2011) y en revistas de circulación nacional. Radica y escribe en Victoria de Durango.