Ya basta de mentir, ya basta de disfraces: AMLO
Usted está aquí
Ya basta de mentir, ya basta de disfraces: AMLO
En la parte inicial de una larga entrevista que AMLO dio a un reconocido periodista —Jorge Ramos de Univisión hace unos días— acuñaba con el título de esta colaboración el ultimátum que lanzó al PRD y a otros partidos para que declinaran a favor de Morena las candidaturas en Edomex, Nayarit, Veracruz y Coahuila.
“Que se definan” porque están de “paleros del PRIAN y de Peña Nieto”. No es amenaza ni intransigencia, dijo AMLO al periodista, sino “hacer a un lado la simulación”.
O sea, La Verdad, la dice y la dicta él, frente a la cual todo lo demás es mentira, es disfraz, es falsedad. La entrevista lo pinta de cuerpo entero:
Sobre Eva Cadena, la corrupta diputada veracruzana de Morena: “la grabaron con una intención política; la grabaron para afectarme a mí”. Por lo tanto, aunque cometió un error, está perdonada.
¿Quiénes están detrás de este “nuevo complot” de 2017? “EL UNIVERSAL” fue el medio, porque antes —según él— ese video de Eva Cadena lo habría visto Yunes, EPN y éste se lo entregó a Chong para luego dárselo a EL UNIVERSAL.
O sea, los malos, los perversos son los otros, no la gente que lo rodea; a ellos “les ponen cuatros”, pero son buenos porque ya están con él. Por eso su candidata Delfina Gómez en el Estado de México, acusada probadamente de cobro indebido de cuotas a funcionarios municipales de Texcoco, también es “gente buena” por la que a su favor debe declinar Juan Zepeda, candidato del PRD ¡Mira nada más!
También, AMLO es una especie de paria, sin dinero, sin cuentas ni tarjetas bancarias, ni propiedades “porque todo se lo ha entregado a sus hijos”, como si la ley lo eximiera de responsabilidad en sus declaraciones patrimoniales para evitar actos de corrupción.
En la parte final de la entrevista, Jorge Ramos (JR) le hace una batería de preguntas con petición de respuestas cortas:
—JR: “¿Peña Nieto es corrupto?”, pregunta. AMLO: “Sí”. JR: “La casa que su esposa compró, Angélica Rivera, de siete millones de dólares de un contratista gubernamental ¿es un acto de corrupción?”. AMLO: “Sí, pero no solo eso”. “¿Usted los va a enjuiciar por este acto de corrupción?”. “No va a haber persecución”, contesta AMLO. “Me está evitando la respuesta, señor López Obrador”, “¿Va a enjuiciar a Peña Nieto por corrupción… por la casa que su esposa compró?” AMLO: “No, no, no, eso lo van a hacer los jueces”. “Entonces eso es una amnistía anticipada”, dice el entrevistador y lo sentencia: “No se atreve a decir que Peña Nieto va a ser enjuiciado”.
En el último tramo de la entrevista se desnuda a quien quiere dirigir al país en el próximo sexenio.
—JR: “A muchos les preocupa que, siendo usted el líder de la izquierda mexicana, sea usted ‘derechista de clóset’… ¿cree en el aborto?” AMLO busca evitar respuesta clara, rodea, “no es blanco y negro”, dice. “¿Cree en el aborto?”, lo acorrala JR; “no, yo creo que eso lo tienen que resolver los ciudadanos”, responde el “estadista”. “¿Matrimonio entre homosexuales?”, le dispara la pregunta; “también que se consulte”. “¿Adopción de homosexuales?”, “también”.
“¿Legalización de las drogas?”, “yo voy a gobernar consultando al pueblo”, dice para no comprometerse en estos temas básicos, ¡como si los derechos debieran votarse! Y se recluye en el discurso general sobre la austeridad, y contra la corrupción, pero justifica su alianza con los liderazgos del SNTE encabezados por Elba Esther Gordillo.
Tampoco se asume feminista, sino “respetuoso de las mujeres” que “merecen irse al cielo”, aunque la Tierra para ellas sea algo parecido a un infierno.
Enjuicia a Trump de racista, pero no se atreve a decir algo sobre Venezuela ni contra Maduro. ¿Ese es el liderazgo democrático y de izquierda que México requiere para un nuevo régimen político? Definitivamente no.
“Ya basta de mentir, ya basta de disfraces”. AMLO no es de izquierda, AMLO es un “derechista de clóset”.