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¿Y si eres flexitariano y no lo sabes?
El empleo del término flexitariano se dio por primera vez a principios de la década de los 90 cuando una reportera de una publicación americana entrevistó a una propietaria de un nuevo restaurante sobre las características que iba a tener su establecimiento y ella le contestó que sus menús seguirían el modelo flexitariano, lo que después se puso de moda en otros países.
La responsable de Nutrición y Salud de Nestlé, Anabel Aragón, asegura que “no se trata de un subtipo de vegetarianos; son personas que basan su alimentación principalmente en productos de origen vegetal, toman lácteos y huevos y consumen de forma ocasional carne o pescado”.
La experta explica que la dieta que seguían “nuestros abuelos basada en la dieta mediterránea sería muy similar al flexitarianismo”.
Y es que antes se comían muchos vegetales frescos, patatas, legumbres, frutos secos, lácteos y huevos pero muchas veces debido “a la falta de recursos, la carne y el pescado sólo se tomaban de manera ocasional”, detalla.
La Encuesta Nacional de Ingesta Dietética de 2011 mostró que el consumo de carne de los españoles excede en las recomendaciones. Se llegan a tomar hasta 160 gramos diarios de carnes, de los que 70 proceden de carnes rojas.
Entre algunas de las ventajas que enumera la nutricionista en relación con este patrón de alimentación se encuentran:
Ingeriremos menos grasas totales y saturadas porque limitamos el consumo de proteínas animales.
Tomamos más fibra por lo que los índices de colesterol y de triglicéridos son mejores. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades como diabetes, hipertensión arterial u obesidad.
Se considera una dieta más respetuosa con el medio ambiente porque cultivar vegetales exige menos recursos naturales que la producción de carne.
No hay restricciones totales de ningún alimento por lo que comer fuera de casa nunca supone ningún problema.
Comparten los beneficios del vegetariano al consumir más cantidad de frutas, de verduras, de vegetales crudos y de legumbres pero ademasse resuelven comiendo carne de forma ocasional algunas de las carencias típicas del vegetariano como son la vitamina B12 o el hierro.
En el caso de querer seguir este patrón de alimentación en nuestra cocina “hay que hacer que los alimentos vegetales sean los protagonistas de nuestros platos y los de origen animal cuando se empleen tienen que estar presentes en pequeñas cantidades”.
Una pechuga entera de pollo empanada o un chuletón de buey no serían recetas para un flexitariano pero sí que podrían serlo, por ejemplo, un wok de fideos con verduras y trocitos de pollo, matiza la experta.