“… se busca garantizar que el diseño e implementación de la política pública represente a la diversidad cultural que existe en la Danza de México y que se asegure la distribución equitativa de recursos que posibiliten el desarrollo de las expresiones artísticas, la formación, la investigación y la preservación del patrimonio dancístico para así colaborar a cumplir con el derecho del acceso a la cultura de la sociedad civil en todo el país”.

(Tomado del Plan Nacional de Danza, el consenso pendiente)

El Plan Nacional de Danza que emergió de la participación representativa de todos los estados de la República, va por buen cauce, unificando la voz de la Danza, parece que ha abierto los oídos de quienes dirigen las instituciones federales, y recientemente, los portavoces de quienes firmamos el documento, se reunieron nuevamente con la Dra. Lucina Jiménez directora del INBAL, Laura Ramírez subdirectora y Nina Serratos Coordinadora Nacional de Danza, quienes han integrado dichas propuestas en la articulación del diagnóstico de los ejes de trabajo que se abordarán desde la Coordinación Nacional de Danza. Parece ser esperanzador, promete apertura y voluntad ante la participación, invita a sumar y a aportar en aras de la construcción de nuevas estructuras.

Fueron claras y precisas las problemáticas que se plantearon en nueve ejes temáticos: el diagnóstico o investigación del sector artístico y su relación con la definición de políticas públicas; los estímulos, sistemas de becas y financiamiento; la formación, actualización y profesionalización; los entornos de contratación, gestión autónoma y de trabajo de artistas; las políticas y criterios de programación de espacios escénicos, circuitos y festivales nacionales e internacionales; el desarrollo de públicos, trabajo comunitario y devolución social; los entornos de inserción de artistas jóvenes, enfoque de género e inclusión social; la vinculación del sector artístico con las problemáticas sociales del país y la legislación, transparencia y no corrupción.

La comunidad dancística identifica también muy claramente ciertas problemáticas: en torno a la educación formal y no formal, la creación, difusión, investigación, circulación, infraestructura cultural, la Danza y su impacto social y el emprendimiento cultural.

Nuestro Estado también está plasmado en este documento, y quienes hacemos Danza en él también buscamos ser escuchados, atendidos en corresponsabilidad para la resolución de dichas problemáticas. Necesitamos hacer presencia, hacernos escuchar, ejercer nuestra libertad y el derecho a desempeñar nuestra profesión con dignidad. Hasta ahora, la única figura en la que podemos incidir con voz y voto en las decisiones que se toman en Coahuila en torno a la Cultura, es el Consejo Ciudadano de Cultura, y el Sector Artístico requiere una representatividad genuina en todas sus áreas. El gremio de la Danza ha observado un crecimiento y diversificación acelerada en los últimos años, y cada vez es mayor la disposición a trabajar en conjunto, a compartir espacios de encuentro, de capacitación y actualización. Esto nos fortalece y consolida el trabajo que de manera individual cada uno ejerce “desde su trinchera”. Y en estos tiempos, en que las instituciones están obligadas a abrirse a la participación ciudadana, nuestra presencia es fundamental.

La invitación continúa abierta para integrarse al Padrón Artístico y Cultural, como una 1ª Etapa para la renovación del Consejo Ciudadano. Formar parte de este padrón nos permite votar y ser votados, opinar, proponer y estar informados de lo que sucede en torno a la política cultural, específicamente en materia de Danza. Actualmente el Padrón está conformado por 274 artistas, en Danza aún no alcanzamos un porcentaje representativo. Hace falta intensificar la difusión de la convocatoria.

Dada la importancia de esta actualización del padrón, se extendió la fecha de cierre para ingresar solicitudes de registro hasta el 21 de Junio.

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Información en: consejoculturacoah@gmail.com