Y por si no lo sabía la capirotada recuerda la muerte de Jesús

A decir de los que saben, este platillo no solo es un deleite al paladar; en ella se conjugan los elementos de la pasión de Cristo

En una cazuela pan crujiente, miel y piloncillo: una infusión que le da vida a este manjar llamado capirotada.

Este platillo típico de Semana Santa que los saltillenses han hecho una tradición para degustar los viernes de Cuaresma, por ser una representación de la pasión de Cristo.

De acuerdo a antiguas cocineras de Saltillo, el pan es el cuerpo de Cristo y la miel su sangre, los clavos de olor y la canela son la madera de su cruz y las estacas sobre su cuerpo durante la crucifixión.

Versión que confirmó el representante de Coahuila en el Conservatorio de la Cultura Gastronómica de México, Jesús Salas Cortés, quien destacó que en algunas regiones han agregado ingredientes con representaciones iguales, como el queso o coco, para imaginar el manto blanco con el que Jesús fue cubierto al bajar de la cruz.

Manjar. Los ingredientes más usados en una capirotada, le dan ese olor y sabor tan característico. Fotos: FRANCISCO MUÑIZ

Así como un sinfín de múltiples colores y sabores entre frutos secos, pan de trigo, pan de cereales e incluso bañados en diferentes leches, en lugar de miel, como otra variante de este típico platillo, una evidente manifestación más del folclor de cada región donde se vive la cuaresma.

“Todas las capirotadas están hechas con base en pan, pero con los variantes que surgen en cada región, pero el pan es porque guarda un significado bíblico como el alimento que compartió Jesús con los apóstoles, así como el bocado de austeridad durante este periodo para la religión”, comentó el también comunicólogo.

Montañas de trozos de bolillo bañadas en la mezcla de miel y piloncillo con almohadas de plátano en algunas regiones de Coahuila; cacahuate, pasas y coco esparcidas adornan el platillo.

La versión más moderna incluye miel de agave, agua de miel, cabuches y flor de palma como algunos de los agregados que el desierto añadió a la capirotada coahuilense; el dátil de Viesca o la nuez de Parras.

La capirotada de Coahuila destaca por el uso de ingredientes de la tierra desértica”.

“La capirotada de Coahuila destaca por el uso de ingredientes de la tierra desértica que cubre nuestro territorio, típicos del noreste de México y de consumo local”, agregó Salas Cortés.

Cuatro horas de cocción para caramelizar la miel y que el pan de cobertura crujiente absorba los sabores de los frutos secos a su alrededor, es el tiempo perfecto para concluir la preparación de la capirotada.

Antiguas leyendas refieren que al inicio este postre era un platillo salado, preparado con carne y algunos embutidos, donde algunas regiones les agradaban salsa de tomate, que fue modificado con el tiempo hasta convertirse en postre.

Su aroma se cuela en la cocina de los hogares saltillenses, como uno de los olores que junto a los platillos hechos a base de granos y alimentos del mar caracterizan la comida de Cuaresma.

HAGA HISTORIA EN SU HOGAR

Elaborar un postre cuaresmal como Dios manda requiere:

* 3 bolillos rebanados o un baguette en rebanadas.

* 100 gr de cacahuates naturales o de almendras finamente picadas.

* ½ taza de acitrón picado en cubos.

* 1 taza de pasitas.

* 150 gr de queso cotija o panela.

* 150 gr de manteca de cerdo.

 PARA LA MIEL DE PILONCILLO

* 1 kg de piloncillo.

* Cáscara de naranja.

* Pimienta entera.

* 6 clavos de olor.

* 1 rama de canela.

* 1 guayaba pequeña.

* 1 ½ litros de agua.

Colorido. Además de su sabor, a la vista el platillo es atractivo.

MODO DE PREPARACIÓN

1. En una olla fundir el piloncillo con el agua. Para tener una miel aromática y con más sabor añadir canela junto con la pimienta, el clavo, la cáscara de naranja y la guayaba, así tendrás una miel más dulce con notas aromáticas que abrirán el apetito de cualquiera que lo huela.

2. Freír el pan con manteca muy caliente hasta que empiece a tener un tono dorado y su textura esté tostada, para que cuando se le vierta la miel el pan no se rompa.

3. Después en un plato de preferencia hondo, acomodar las rebanadas de pan y encima verter el acitrón, las pasitas, los cacahuates naturales previamente pelados y dorados. Luego espolvorear el queso panela o cotija.

4. Por último, bañar poco a poco la preparación con la miel para que el pan se vaya hidratando. Formar capas con el pan y repetir el paso tres. Posteriormente dejar reposar para que el pan absorba la miel.