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Y la sucesión… arranca
Después de este proceso del 6 de junio se acomodan las piezas de la sucesión en Coahuila en donde, como en las serpientes y escaleras, unos suben y otros se eliminan del proceso.
Cabe señalar que Riquelme fue electo con la menor diferencia de votos de su contrincante cercano, con sólo un 6 por ciento, en la historia del estado y que la suma de los votos opositores rebasó su “triunfo” arropado por Gaby.
De los eliminados en la sucesión coahuilense, del lado del PRI y de la oposición sume al príncipe Manolín, quien después de su función pasará a engrosar las filas de la burocracia y alejado de los reflectores, su destino se selló con la nominación de Jericó y Bueno a las diputaciones federales.
Pasarán a mejor vida política Claudio Bres que al perder en Piedras también lo hizo para este proceso; Guadiana, no sólo por edad, sino porque se dejó hacer la carambola y perdió Saltillo; y el superdelegado Reyes que “no dio pie con bola” en un simple asunto de las vacunas y se lo comieron entre Riquelme y el príncipe, ahora en el centro se habla de una próxima sustitución por un caballo negro del que daremos cuenta.
Los que suben y los que están en el proceso que será definido por los patrones del estado, tanto el exdictador como la hechicera hidalguense, al menos por parte del PRI son:
Jaime Bueno, que ha demostrado lealtad a la hidalguense como único mérito y que a través del DIF en la dictadura convirtió a la dependencia en el brazo territorial del PRI a través de la dádiva ancestral de las despensas y los chantajes a las madres con hijos con capacidades diferentes. Ya fue diputado local y ahora se calará en las lides nacionales.
Pancho Saracho, quien se ha desempeñado con prudencia y ha establecido muchos lazos a través de distintos cargos en ambos sexenios, sobre todo con movimientos territoriales y lideresas, rescatando las huestes que manejaba Hilda Flores en su tiempo.
Armando Luna, quien ha estado al lado de Rubén y Humberto en la Secretaría de Gobierno y como diputado federal, además se hizo a un lado para que el príncipe Manolito fuera alcalde, con redes muy sofisticadas a lo largo de Coahuila y que vendría a ser el caballo negro de la sucesión en el estado.
Anotamos a Manolito como candidato de repuesto sólo en caso de que alguno de los nominados del círculo rubeniano no cuiden sus pasos y tropiecen.
Aun cuando está condenado a ser sólo un gerente de negocios, Riquelme tiene su corazoncito y piensa en meter mano a la sucesión con sus candidatos.
El primero es Fernando de las Fuentes, político experimentado que ha sido alcalde y diputado federal, amén de que en sus diversos encargos ha sabido ser discreto y eficiente y cuenta con muchas y buenas relaciones, tanto en esta tierra como en el centro del País. Como secretario de Gobierno ha sabido sortear diversas pruebas, como las de estas elecciones, y ha demostrado tablas de más en el ejercicio de la función pública.
Otro es el recién electo alcalde de Torreón que, aunque pertenece a un grupo muy focalizado, en La Laguna es un político de oficio, como secretario del Trabajo mantuvo la fiesta en paz en el ambiente laboral y sindical. Carlos Román Cepeda representaría la hegemonía de Torreón, lugar al que le había sido negada la gubernatura desde don Braulio Fernandez.
Y evidentemente el último de la terna sería Manolín, quien coincidiría con sus patrones sacando un candidato de consenso para terminar de empinar a este estado.
Vienen los externos al PRI, iniciando con Javier Guerrero, quien ya obtuvo más de 150 mil votos en las pasadas elecciones al Gobierno como independiente, por lo que bajo la plataforma de Morena podría fácilmente tener una campaña cómoda. Javier ha sido alcalde y diputado federal, además de secretario de Finanzas muy eficiente con Enrique Martínez. Es de la ganadería de Beatriz Paredes, expresidenta del PRI, y hoy día funcionario del IMSS con relación directa con las delegaciones. Con una buena campaña y su prestigio de ser honesto pudiera dar la sorpresa en dos años.
El otro da pena nombrarlo, pero puede suceder, es el caso de Chema Fraustro, el “serio millonario” que supo maniobrar a la jugarreta de Rubén de librarse de él enviándolo como candidato a la alcaldía y maniobrando con Alvarito y Guadiana para que perdiera. De no haber sido rescatado por su antiguo mecenas y hoy patrón el gobernador Martínez, se hubiera cumplido la profecía del exdictador.
Y es que unas semanas antes de la elección, en el cuartel de Chema se dieron cuenta de que los resultados no les favorecerían y pidieron a Enrique Martínez les ayudara citando en su casa a la nomenclatura panista a fin de entregar a Tere Romo al sacrificio, con tal de que Guadiana no quedara. Lo malo de Chema es su proclividad para echar a perder las cosas, como lo hizo con la Universidad a la que convirtió en escuela de cuadros y la sed de comprar inmuebles para hacerle competencia a Manuel Bartlett.
La caballada luce muy diversificada, pero lista para arrancar y en forma, solo habrá que esperar 18 meses para dar el zarpazo. Recuerden, paisanos, que un pueblo que elige corruptos no es víctima… es cómplice.